Por Mario González / Redactor en 360 para cliente
Cambridge Analytica habría recolectado datos de entre 50 y 60 millones de perfiles de Facebook.
El espionaje y la manipulación de las personas a través de la tecnología es un tema que ya había sido puesto en la mesa por personajes como Julian Assange o Edward Snowden, sin embargo, el último escándalo protagonizado por Cambridge Analytica y Facebook parece ir más allá, ya que de alguna manera confirma algo que quizá todos sabíamos, o sospechábamos, pero no queríamos aceptar: la información que compartimos en Facebook es vulnerable, y puede ser utilizada para fines corruptos.
El escándalo de Cambridge Analytica
Comenzó el pasado 17 de marzo, cuando The New York Times y The Guardian dieron a conocer las revelaciones de Christopher Wylie, un científico de datos ex empleado de la compañía que explicó cómo esta empresa habría utilizado la información de 50 o 60 millones de perfiles de Facebook para favorecer la campaña de Donald Trump durante las elecciones del 2016.
De acuerdo con este informe, conocido como The Cambridge Analytica Files, todo comenzó cuando Wylie ingresó a SCL Group, una empresa que tenía una subsidiaria llamada SCL Elections, dirigida por Alexander Nix. La especialización de esta subsidiaria era algo que denominaban como “operaciones psicológicas” (psyops), donde se lograba un “dominio informativo” con base en la difusión de rumores, desinformación y noticias falsas. Dicho modelo habría sido utilizado en 200 procesos electorales pertenecientes a democracias en desarrollo, sin embargo, esto sólo sería la antesala de lo que estaba por ocurrir.
En 2013, Wylie y Nix conocieron a Steve Bannon, editor de Breitbart, un sitio que apoyaba a la llamada derecha alternativa en Estados Unidos. Este, al conocer el impacto de su propuesta, contactó de inmediato al multimillonario Robert Mercer, un partidario y fructífero donante de la campaña republicana. De esta forma surgió Cambridge Analytica, con una inversión de 15 millones de dólares dirigidos a un solo objetivo: usar el “dominio de información” para ayudar a que el partido republicano ganara las elecciones estadounidenses de 2016.
Para lograr el cometido, Wylie necesitaba un medio para obtener millones de datos provenientes de los posibles votantes, por lo que contactó al psicólogo Alexandr Kogan, quien creó una empresa llamada Global Science Research (GSR), donde desarrollaría un test de personalidad para Facebook llamado ThisIsMyDigitalLife. Al utilizarla, la app “pedía permiso” a los usuarios para acceder tanto a sus perfiles como a los de sus contactos, logrando así la captación de 320,000 perfiles nativos, y los de sus amigos, dando como resultado un promedio de entre 50 y 60 millones de perfiles en un periodo de 2 a 3 meses. Sin embargo, los usuarios realmente no estaban autorizando su uso final, ya que la declaración permitía a la empresa utilizar la información exclusivamente para fines académicos.
Pese a ello, Cambridge Analytica diseñó contenidos a la medida para influir en distintos colectivos de personas, creando anuncios personalizados y desarrollando un algoritmo que permitía predecir el comportamiento de otros usuarios de esta red social, lo que podría haber sido fundamental para el triunfo de Donald Trump en los procesos electorales.
Al respecto, Paul Grewal, vicepresidente de Facebook, reconoció en un comunicado que en 2015 supieron que Kogan les mintió y violó las políticas de su plataforma, dejando en evidencia que la compañía supo del caso, pero no hicieron nada al respecto. Después del escándalo, Facebook suspendió la cuenta de Cambridge Analytica y bloqueó el acceso de Wylie y Kogan a su red social, además de emitir un comunicado donde reafirmaban el compromiso de cuidar la información de sus usuarios, sin embargo, el caso podría afectar gravemente a la compañía de Zuckerberg, ya que un día después de haberse dado a conocer esta información, sus acciones tuvieron una caída cercana al 7% en Wall Street.
Hasta el momento, Cambridge Analytica afirma que la obtención de información fue de manera legítima, y Facebook ha reiterado su compromiso con la privacidad, pero pareciera ser que la reflexión final no está del lado empresarial, sino personal, ya que como lo mencionamos en un inicio, la vulnerabilidad de nuestra información no solo en Facebook, sino en toda la web, es algo que “todos conocemos”, pero quizá ha llegado el momento de ser más conscientes respecto a su valor y a la responsabilidad que debemos tener al exponerla, ya que su uso podría definir no solo el siguiente anuncio o contenido que aparezca en nuestro perfil, sino posiblemente el futuro socio-político de todo un país.
Imagen vía Axios: Logo of ‘Cambridge Analytica’ is seen on the screen of an iPhone. Foto: Chesnot/Getty Images.