Cupido-Eros y sus flechas de amor

¿Te ha pasado que cuando estás a lado de esa persona especial que “te mueve el tapete” el corazón se te acelera, sonríes más de lo normal, te llenas de una intensa energía y pareciera que los días fueran más dulces? Bienvenido al enamoramiento, ¡has sido flechado por el mismísimo Cupido!

Y ojo, no estamos hablando del amor, porque eso ya es otra historia, pero el día de hoy te compartiremos el mito de ese niño alado que flecha a las parejas a su antojo.

¿De dónde salió Cupido?

La historia de Cupido tiene miles de años en el mundo, pero hay diversos mitos respecto a su origen, algunos de los más conocidos son:

  • Según los griegos, Cupido es en realidad Eros, dios del amor y del deseo sexual y es hijo de Afrodita (diosa de la belleza y el amor) y Ares (dios de la guerra). Ahora entendemos de donde viene su intensidad.
  • En la mitología romana, se aseguraba que Cupido era hijo de Venus (la Afrodita de los griegos) y de Marte (o sea, Ares).
  • De acuerdo con Virgilio, Cicerón o Séneca, fue concebido por una mezcla de amor, noche y sombras realizada por Júpiter (principal dios de los romanos). Según esta versión, Cupido reflejaba el deseo, las pasiones, los caprichos e incluso las violencias que podemos desbordar los seres humanos.

A pesar de los diferentes mitos respecto a su nacimiento, todos coinciden en que Eros llevaba dentro de sí una mezcla de belleza y violencia, lo carnal y lo material, la riqueza y la pobreza. Además, se dejaba arrasar por sus pasiones y emociones, olvidándose muchas veces de la razón.

Cupido y sus flechas. Tomada de Tenor.
Atravesando corazones

La historia de Cupido supera hasta a los mejores cuentos de Disney. Se dice que le gustaba pasear por el bosque, en donde un día encontró ramas de madera de un fresno recién caído y con ellas hizo su propio arco y flechas. Todo comenzó como un juego, pero poco a poco fue perfeccionando sus disparos hasta volverse un experto.

Tiempo después, su madre se dio cuenta de su gran habilidad con los tiros y le regaló un arco de oro y flechas con puntas diferentes: unas con punta de oro y plumas de paloma y otras con punta de plomo y plumas de búho. Junto con ese regalo, le dio una tarea que él aceptó gustoso: se encargaría de disparar esas flechas directo al corazón de los seres humanos, las de oro serían para unir a aquellas personas que merecieran estar juntas en pareja y las de plomo provocarían olvido e ingratitud en los corazones de quienes lo necesitaran. Aquellas flechas eran tan poderosas que incluso hacían efecto en los dioses más fuertes.

Cupido también se enamoró

En este mito no pudo faltar algo muy común en las historias intensas: los celos y la envidia. De acuerdo con el mito griego, Afrodita, mamá de Cupido, envidiaba la belleza de Psique —una princesa que vivía en el mundo de los mortales— y por eso, mandó a su hijo a la Tierra con la misión de hacerla enamorarse del hombre más feo, hostil y despreciable del mundo.

Eros iba a cumplir el deseo de su madre, pero al mirar a la princesa se enamoró profundamente de ella y tiró al mar la flecha que iba destinada a Psique. En ese instante, Cupido dejó de ser solo un niño para transformarse en un joven. Tomó a Psique entre sus brazos y se la llevó a su palacio para vivir con ella, la princesa aceptó porque días atrás el oráculo ya le había predicho ese destino. Él le puso como única condición que nunca lo mirara directamente al rostro, porque una mortal no podía ver a un dios.

Eros: el eterno insatisfecho. Tomada de: VEIN Magazine.
La tentación que venció a Psique

La pareja vivió feliz por un tiempo, pero llegó el día en que Psique ya no pudo aguantar la curiosidad de conocer el rostro de su amado y rompió la promesa que había hecho. Cupido se sintió traicionado y la abandonó, no sin antes decirle: “el amor no puede vivir sin confianza”.

Para recuperar el amor de Eros, Psique acudió a su suegra Afrodita, quien le encomendó cuatro difíciles retos, uno de ellos consistía en bajar al inframundo y guardar en un cofre un poco de la belleza de la diosa Perséfone para dársela a ella. Psique no pudo evitar la tentación y de regreso del viaje abrió el cofre para volverse más bella, esa terrible decisión la hizo caer en un sueño profundo parecido a la muerte.

Pero este no fue su fin, porque Cupido la seguía en secreto y quedó enternecido al ver todo lo que ella había luchado por recuperarlo, la despertó de su sueño y pidió a Júpiter que la convirtiera en una diosa para poder casarse con ella sin temor. Al final el dios aceptó y tiempo después, de la unión entre la pareja nació Hedoné (la encarnación del placer, la sensualidad y el deleite).

Ahora que conoces más sobre Cupido, ya puedes echarle la culpa por su mala puntería o agradecerle por haber flechado tu corazón en el momento indicado.

El cine de oro mexicano: ¿lucha de clases, lucha de enmascarados o Lucha Villa? (Parte II)

De vuelta a los 50-60. Mientras que la psicodelia y el amor libre se apoderaban del mundo, los cineastas mexicanos comenzaron a mirar lo que causaba sensación en otros mercados, especialmente el estadounidense, que poco a poco recobraba su mandato como el epicentro del showbusiness y la industria cinematográfica. Lo que encontraron: monstruos (literalmente hablando) y superhéroes encapuchados que ayudaban a restaurar la paz en un presente posguerra.

Y de ese híbrido temático, que podría parecer un absurdo colosal en manos de cualquier otro país (con excepción, quizás, de Japón) es que surge el cine de luchadores: los superhéroes mexicanos; hombres y mujeres extraordinarios, con fuerza y habilidad sobrehumana, que ponen sus talentos al servicio de una nación aterrorizada por vampiros y vampiresas, momias, hombres lobo, extraterrestres y hasta el mismo Satanás.

Cine de luchadores /Tomada de Time Out México.
El Santo, el Cavernario… 

No pretendemos asegurar que el cine de luchadores es más importante o influyente que el cine de “oro” aunque sería interesante averiguar qué personaje es más reconocido a nivel mundial: Pepe el Toro o el Santo pero su trascendencia no es un tema menor. 

El cine de luchadores quizás no ejemplifique tan bien ese realismo mágico mexicano que admiramos en obras como Nazarín de Buñuel o la literatura de Juan Rulfo, después de todo, las intrincadas metáforas de Pedro Páramo son un tanto más complejas que ver a Blue Demon, Santo y Capulina enfrentándose en un mano a mano con la hija de Frankenstein. 

Tomada de Giphy.

No obstante, y al final del día, se trataba de hombres y mujeres que un niño podía ver en la pantalla grande una tarde, y admirar por la noche, en un combate de máscara contra cabellera en la Arena México. De este modo, balanceando esa disparatada fantasía con un realismo que ningún otro género cinematográfico podría igualar (salvo los documentales, pero ¿quién quiere ver una película para hacer todo lo opuesto a “escapar de la realidad”, es decir, quedarse en la realidad y deprimirse?).

El que se fue a la Villa

Finalmente tenemos a la tercera “lucha” de este ensayo: la querida Lucha Villa, a la que hacemos alusión no solo por prestarse para un simple juego de palabras (aunque esa es la verdadera razón), sino como representante de aquello en lo que se convertiría el cine nacional durante las décadas de los 80 y 90, una vez que los luchadores colgaron sus capas y el cine norteamericano transicionaba hacia el terror slasher, la comedia sexy y el cine de acción/kung-fu. 

Con un currículum que incluye Las Noches del Blanquita, El Fiscal de Hierro, El Mil Usos II y Semana Santa en Acapulco, la diva de Chihuahua simboliza esa época de estancamiento y plagiarismo vil que adoptaría la industria, buscando capitalizar cualquier modo de entretenimiento que fuera popular en los Estados Unidos. De ahí que surgieran respuestas mexicanas al cine de acción, con los Hermanos Almada; a la comedia sexy/erótica/“picante” de la mano de César Bono, Polo Polo, Tun Tun y Héctor Suárez, así como su variante menos afortunada, el “cine de ficheras”, instigado por la ya legendaria cinta Bellas de Noche

Y aunque sí, se podría decir sin temor a equivocarnos, que este ha sido uno de los puntos sino es que el punto más bajo de la cinematografía nacional en sus casi cien años de vida; historias crudas y vacías que se basaban en el desnudo y el albur para vender boletos.

No obstante, el impacto social de este cine, especialmente el de ficheras, fue tremendo, pues nuevamente se levantó la cortina para dejar entrever el funcionar del bajo mundo de la ciudad; aquel que todos sabían que existía, pero nadie se atrevía a admitirlo. Al mismo tiempo que Sara García se convertía en la abuelita de México, Sasha Montenegro pasaba a ser la “mamacita” de México. 

Entre broma y broma, la verdad se asoma

¿Es entonces para terminar este divague estimulado por cafeína y chocolate menos importante esta etapa que las anteriores, solo porque se apelaba al denominador más bajo? Después de todo, estas cintas también marcaron una época, también lanzaron al estrellato a decenas de artistas y también dieron de comer a sonidistas, escritores, gaffers y extras por más de una década. 

Calabacitas tiernas/ Tomado de Tumblr

Nadie puede menospreciar el cine de oro nacional. Después de todo, casi un siglo después sus historias, personajes y situaciones siguen siendo relevantes, pese a que la sociedad mexicana sea diametralmente opuesta a lo que apreciamos en Calabacitas tiernas. La familia nuclear compuesta por siete u ocho hijos, más sirvientes y nanas viviendo en una casa de dos pisos, con patio central y jardín (¿los recuerdan?), suena como un prospecto igual de inverosímil que Drácula moliendo a coscorrones a Alushe. Sin embargo, es una fórmula efectiva, que nos recuerda una época mejor, una época “dorada” donde no existían la delincuencia ni el calentamiento global y todo podía resolverse con una canción.

No obstante, y si a relevancia contemporánea nos vamos, los luchadores siguen estando tan vigentes ahora como hace 50 años si no es que más hasta convertirse en una parte ubicua de la cultura popular nacional y mundial. No solo el concepto de la lucha libre es ampliamente aceptado y adoptado en casi cualquier rincón del planeta, el cine de luchadores posee un estatus “de culto” en Europa y Asia, incluso mayor al de otras vertientes cinematográficas divergentes y visionarias como el expresionismo alemán, el surrealismo o el horror de Hammer y Universal, pues Santo, Tinieblas y compañía destilaron lo mejor de cada uno de esos géneros, en un elixir igual de exótico, cautivador y místico que aquellos confeccionados por el malévolo Doctor Brancov.

Si quieres conocer más sobre el cine de oro mexicano y te perdiste el capítulo I de este texto, solo da click aquí

La misteriosa epidemia de baile

La danza es el lenguaje oculto del alma.
Martha Graham.

En los días en que estamos melancólicos, un buen baile puede ser la solución para alegrar nuestra alma y olvidarnos de los problemas al ritmo de la música. Pero, ¿te imaginas ser dominado por los movimientos de tu cuerpo y no poder parar de bailar? Aunque suene increíble, esto ocurrió hace cientos de años en la llamada epidemia de baile.

Todo empezó un día de julio de 1518, cuando una mujer llamada Frau Troffea salió a las calles de Estrasburgo, Francia, y empezó a bailar desenfrenadamente, no podía parar, su cuerpo parecía poseído por el movimiento. Danzó sin descanso por cuatro días, hasta que su cuerpo no pudo más y falleció.

Durante este tiempo se unieron al baile otras 34 personas y meses después ya eran un total de 400 y todas tuvieron el mismo desenlace: cayeron muertas por infartos, agotamiento, invalidez de piernas, derrames cerebrales, etc.

Fuente: El mundo del misterio.
 ¿Un remedio equivocado?

Esta situación preocupó a las autoridades y a la nobleza, por eso pidieron consejo a los médicos, quienes aseguraron que era una enfermedad ocasionada por un exceso de sangre caliente. Pero en lugar de aplicarles las “sangrías” que se acostumbraban en esa época, decidieron dejarlos bailar día y noche, porque creían que solo así se curarían de la rara enfermedad.

Las autoridades pusieron “manos a la obra” y contrataron diferentes músicos que tocaban las 24 horas, se abrieron salones de baile y se construyeron escenarios. El remedio no sirvió de nada, los bailadores no paraban de danzar hasta que la muerte los alcanzaba.

Fuente: Gifer.

Inexplicablemente —así como llegó— la plaga de baile por fin terminó en septiembre de ese mismo año. Actualmente no se ha encontrado el origen de ese extraño hecho, pero quedó marcado en la historia, y aunque ya se tenía registro de otros 10 sucesos parecidos anteriores al de 1518, de este es del que se tiene más información.

 Bajo los efectos de psicoactivos

Eugen Backman explica en su libro Bailes religiosos en la iglesia cristiana y en la medicina popular, que el origen de la epidemia de baile pudo haber sido una intoxicación alimentaria.

La gente de la región comía pan hecho con centeno o cebada, se cree que estos pudieron contaminarse de principios psicoactivos de los hongos del cornezuelo que crecen en los granos del trigo. Estos hongos están relacionados con el LSD-25 y de acuerdo con Backman, esto provocó efectos en la corteza cerebral de las personas. Sin embargo, hay quienes descartan esta posibilidad, ya que el LSD-25 provoca visiones, pero no da tanta energía para bailar.

Fuente: Imagui.
 Psicosis masiva

La teoría de John Waller, autor del libro Tiempo de bailar, tiempo de morir, dice que se trató de una histeria colectiva. Los habitantes de la región acababan de pasar por grandes crisis de hambrunas, enfermedades y estrés, esto pudo provocar una psicosis masiva. Estaban sumergidos en el temor y la desesperación, por eso entraron en un estado de trance, bailar fue la forma en que su mente y su cuerpo buscaron liberarse de esas sensaciones.

Esta última teoría es una de las más aceptadas, pero aún no se sabe con certeza si fue la verdadera razón que llevó a decenas de personas a entregarse al baile hasta morir.

 

 

¿Quiénes son los savant o personas con “síndrome del sabio”?

Al igual que el universo, el cerebro se encuentra lleno de misterios, dentro de él guardamos tanta información que podría compararse con la de una gran biblioteca o —en términos actuales— con la gigantesca memoria de una PC. A pesar de que la memoria es limitada para la mayoría de nosotros, para las personas con el “síndrome del sabio” o savant no lo es, ellos tienen una gran capacidad de almacenamiento y habilidades increíbles.

¿Te imaginas poder memorizar libros enteros, aprender idiomas fácilmente o tocar un instrumento musical sin tener que estudiar?, sin duda sería algo fantástico y es posible para algunos savant. Pero no todo es tan maravilloso como parece, porque a pesar de ser personas superdotadas en algunas cosas, tienen discapacidades mentales, físicas, del habla, sociales o motoras, e incluso muchos de ellos no pueden cubrir sus necesidades más básicas y la mitad de los casos se relacionan con trastornos del espectro autista.

Tomada de Amino Apps.
¿Cómo surgió el término del síndrome del sabio?

Fue el psiquiatra Benjamin Rush, quien en 1798 narró por primera vez el caso de un paciente que mostró una habilidad increíble para calcular la edad de las personas con solo verlas durante unos segundos, pero todavía no existía una palabra para denominar a quienes tenían esta condición.

Casi cien años después, John Langdon Down —famoso por sus aportes en cuanto al síndrome de Down— dio a conocer el término “idiot savant” (“idiota erudito”) para referirse a estas personas superdotadas, pero este resultó denigrante y poco aceptado. Después se les llamó “sabios autistas”, pero también fue erróneo porque no todos los savant tienen autismo. Actualmente se les conoce como savant o personas con “síndrome del sabio”, una definición mucho más acertada.

¿Qué ocurre en el cerebro de los savant?

A pesar de que hoy en día existen grandes avances tecnológicos en neurociencias, no hay un estudio médico que explique al cien por ciento esta condición, pero hay teorías al respecto: se cree que los savant tienen una disminución de las habilidades del hemisferio izquierdo del cerebro (que se encargan de las cuestiones lógicas, simbólicas y lingüísticas), mientras que las habilidades del hemisferio derecho están aumentadas (las artísticas no simbólicas, habilidades visuales, motoras, música y artes plásticas), también algunos tienen una gran habilidad matemática.

Daniel Tammet, Savant británico.
Los savant más famosos de la cultura popular

A lo largo de la historia se ha escuchado del caso de varios savant, cada uno con talentos diferentes.

  • Tony Deblois: tiene Síndrome de Asperger y es invidente, pero toca el piano desde los 2 años, ¡además puede interpretar de memoria unas 8 mil canciones!
  • Alonzo Clemons: un excelente escultor de figuras de animales que se venden como pan caliente, en precios de hasta 45 mil dólares.
  • Daniel Tammet: un savant británico que aprendió islandés en una semana y habla 11 idiomas diferentes.

    Stephen Wiltshire.
  • Stephen Wiltshire: desde los 3 años se comunicaba por medio de dibujos y con solo mirar una vez paisajes o edificios los plasma detalladamente. Este caso es muy parecido al de August, uno de los personajes de la novela Lo que no te mata te hace más fuerte (2015) de David Lagercrantz, un niño autista que —aunque no habla— dibuja de una forma impresionante y logra captar detalles que para otros pasarían desapercibidos, además despierta distintas emociones en quienes los ven.
La verdadera historia de Rain man

Otro de los savant más conocidos en la historia es Kim Peek (1951), quien nació con el cráneo agrandado y con daños en el cerebelo. Esta condición no le permitía hacer cosas tan básicas como abrochar su camisa, pero su memoria era sorprendente y recordaba 10 mil libros completos; si te preguntas cómo había leído tantos libros en su vida, la razón parece de otro mundo: ¡con cada ojo leía una página diferente al mismo tiempo!

Además de leer tanto, también memorizó mapas que incluían calles y carreteras de Estados Unidos, así que el GPS se quedaba corto a su lado y su precisión era infalible.

Rain man.

Todas estas asombrosas habilidades llegaron a oídos de un guionista durante un congreso de una asociación de niños con discapacidad, quien quedó impactado con la historia y decidió llevarla a la pantalla grande con la película Rain Man (1988), protagonizada por Dustin Hoffman y Tom Cruise.

Para que los gestos y rasgos de personalidad transmitieran la verdadera esencia de Peek, Hoffman se reunió varias con él. Convirtiéndose así en una conmovedora historia basada en hechos reales que llegó a un gran número de espectadores alrededor del mundo.

 

 

Así escriben los que escriben

Solemos pensar que, como la literatura es una expresión artística, el escritor se sienta a esperar a las musas y se pone a escribir cuando “la inspiración le llega”. Esto no pasa. O sí, pero en contados casos. 

Para los hombres y mujeres que viven del oficio literario, escribir viene acompañado de horarios, rutinas, sudores, supersticiones, manías e inseguridades y la anhelada inspiración los alcanza trabajando. Aquí algunas costumbres de reconocidos escritores: 

Más temprano que tarde

Levantarse temprano es más una regla que una excepción y lo que hacen la mayoría de los autores más premiados: Carlos Fuentes e Isaac Asimov empezaban todos los días a las seis, Ernest Hemingway y Susan Sontag al amanecer, Haruki Murakami y Silvia Plath a las cuatro de la mañana, Kurt Vonnegut a las cinco y media, William Gibson y Goethe a las siete, como parte de una larga lista.

Inspiración. (Tomada de Gif Animados)

Casos contrarios: Simone de Beauvoir se levantaba de malas y comenzaba a escribir hasta las diez. Roberto Bolaño, Honoré de Balzac y Charles Bukowski eran noctámbulos. Por último, Juan Carlos Onetti, quien solo trabajaba cuando las musas lo abordaban, pasó largos periodos de su vida acostado y leyendo  novelas policiacas.

Andando y creando

No son pocos los escritores que dan largas caminatas. Puede que sea por gusto, pero estudios científicos revelan que caminar aumenta la producción creativa. Así que tal vez por eso Charles Dickens, Virginia Woolf, obert Louis Stevenson y otros autores caminantes escribieron tantas páginas durante sus carreras literarias. Y ni qué decir de Murakami, que condimenta su mínimo de seis horas diarias escribiendo como poseso con largas carreras.

Caminata. (Tomada de Pinterest).
Maniáticos

¿Cuál manía será más extraña? Gabriel García Márquez no podía concentrarse si no había en su escritorio un jarrón con una rosa amarilla. George Bernard Shaw se construyó una cabaña sobre un mecanismo giratorio para que el sol pudiera iluminar su ventana todo el transcurso del día. Victor Hugo escribió un par de novelas… desnudo, para no caer en la tentación de salir a la calle. Otro romántico, Friedrich Schiller, se inspiraba con aroma a manzana podrida. Había quienes exigían silencio absoluto y cero interrupciones para “dejar salir el genio”, como Juan Ramón Jiménez y Roald Dahl. 

Pero quizá T.S. Eliot les ganó a todos al ponerse maquillaje ¡verde!, según él para mostrar un semblante cadavérico y demostrar que podía ser un escritor audaz y rebelde.

Gabriel García Márquez . (Tomada de LeerMx)
Supersticiosos

Se dice que Jack Kerouac todos los días antes de empezar a escribir, se ponía de rodillas y rezaba. Scott Fitzgerald —más que nada para justificar su alcoholismo— redactaba de noche bebiendo champaña. Ana María Matute jamás escribía de espaldas a una puerta. Hemingway no trabajaba sin tener a mano un amuleto, y es cierto que escribía de pie, pero no por supersticioso, sino para aliviar el dolor de una vieja herida en la pierna.

Revisar, revisar, revisar

Siguiendo con Hemingway, era un maniático de las revisiones y releía y corregía sus obras más de treinta veces. Patricia Highsmith consideraba las correcciones más importantes que la escritura en sí, y dedicaba las tardes a revisar y reescribir el trabajo de las mañanas. Simone de Beauvoir también pasaba unas horas al día solo revisando y corrigiendo. Murakami es tan obseso de las revisiones como de correr. Y así muchos otros.

Correcciones. (Tomada de Tenor).

Sean cuales sean los hábitos y las manías, lo más importante es no parar, sobre todo si se está en pleno desarrollo de una obra, o como lo hacía Ray Bradbury, que escribía a diario sin falta, sin importar el sitio o las condiciones de trabajo. Para él, eso significaba hacer lo que más amaba desde que el mago de una feria lo señaló con una espada de fuego y le dijo, “vive por siempre”:

“Descubrí que tal vez podía vivir por siempre si me convertía en escritor. Así que he estado escribiendo cada día desde esa vez en Tucson, Arizona. En los últimos 75 años nunca he dejado de escribir.”

El Libro de los muertos: la última aventura

Para los antiguos egipcios, la muerte era mucho más que un fin: antes de alcanzar el Paraíso, el fallecido tenía que correr una variedad de aventuras que se pueden observar en imágenes, así como los conjuros para vencer las “adversidades post mortem”, en el ancestral Libro de los muertos. Aquí algunos datos curiosos acerca de él.

“¡Oh, vosotros, todos los dioses y todos los espíritus, preparad un camino para mí!” Libro de los muertos.

El origen del misterioso libro
  • Si nos atenemos a la traducción literal, en realidad se llama Libro de la salida al día, una metáfora sobre la vida después de la muerte. Recordemos que los egipcios le rendían culto al sol y creían que al morir se unían a él en su diario recorrido del día a la noche. 
  • El título por el que lo conocemos actualmente se le debe a uno de sus traductores, el egiptólogo alemán Karl Richard Lepsius, quien lo estudió en el siglo XIX.
  • Se calcula que este conjunto de sortilegios se utilizó desde el 1650 a.C. hasta el año 60 a.C. 
  • En un principio solo los miembros de la nobleza tenían acceso a él; después su uso se extendió a los adinerados que podían darse el lujo de adquirir un ejemplar y poco a poco las demás clases sociales pudieron conseguirlo, aunque fuera en forma de copias de mala calidad. Lo importante era dejar cerca del muerto esas instrucciones para que pudiera alcanzar el Inframundo, equivalente al Paraíso de los cristianos. 

“Mi boca es abierta por Ptah,  las ataduras de mi boca son soltadas por el dios de mi ciudad.”  Libro de los muertos.

El oscuro viaje después de la muerte
  • Según los antiguos egipcios, la aventura de la muerte comienza con el ritual de la apertura de la boca, que realizaba el sacerdote durante el funeral. Consiste en “abrir” los ojos, la boca, los oídos y la nariz del difunto para que pueda iniciar su viaje al Más Allá.
  • Durante el viaje el muerto es acechado por seres terroríficos que tratan de impedir que llegue a su destino, pero gracias a los conjuros del Libro de los Muertos, puede adquirir poderes similares a los de los dioses y luchar contra estos enemigos.
  • Luego de esta lucha hay que cruzar un laberinto. El Libro de los Muertos revela cómo acceder a él por una de sus múltiples puertas.
  • Una vez cruzado el laberinto, el difunto llega a una sala donde están los dioses, que escuchan sus buenas y malas acciones en vida y le realizan un juicio pesando su corazón. Si este pesa lo mismo que la pluma de la justicia se salva; si no, se le considera impuro y recibe el castigo eterno.

“Me ha sido concedida la gran Corona Roja y salgo al día contra mi enemigo, para capturarlo, porque tengo poder sobre él.” Libro de los muertos.

La salvación
  • Para los que alcanzan la salvación comienza una nueva rutina, en un valle similar a aquel donde estuvieron en vida. Cada día se levantan con el dios sol, Ra, comen, beben y cultivan los campos para obtener sustento.
  • Los ayudan en su trabajo los ushebtis, estatuillas que los familiares depositaban en el sepulcro y que gracias a un conjuro del Libro de los muertos, cobran vida y se convierten en sus sirvientes.

Así es como los egipcios —los buenos egipcios—, después de su aventura alcanzaban una vida de trabajo reposada y sin dificultades. Hoy en día no estaría de más tener un Libro de los muertos para conjurar a los entes malignos del estrés, el desempleo y cosas peores que nos atormentan en la vida antes de la muerte.

 

10 años

Diez años se escribe fácil y se dice más fácil todavía, incluso hasta con un poco de nostalgia o añoranza al recordar un momento, un disco, una canción, un libro, una película o algún evento que dejó huella en nuestra vida.

Hace diez años era 2011 y comenzaba con la edición 32 del Rally Dakar que desde 2009 hasta 2019 recorrió Argentina y Chile —antes comenzaba en París, continuaba a través de los desiertos de África y concluía en Dakar— es una de las competencias de motor más duras porque se recorre una distancia total de entre 8,000 y 9,000 km enfrentando intensos desafíos que ponen a prueba todas las destrezas del piloto, entre ellas fortaleza mental, resistencia física y experiencia, además de las técnicas, por supuesto, como el control del vehículo.

Tomar la decisión de emprender es más o menos parecido al Rally Dakar, porque es la pasión por algo que disfrutas lo que te mueve a dar los primeros pasos, arriesgar y seguir, sin importar cuántos y qué tan difíciles sean los obstáculos a los que te enfrentas —los conocidos y los desconocidos—. En mi caso fue escribir, lo había hecho desde la Universidad, para revistas, periódicos, gacetas, sin importar que no me pagaran en un principio, lo que quería era escribir y ver mi nombre publicado.

Muchos años más tarde llegaba el 2011 y con él mis planes de “dominación mundial” —insertar risa malévola—, que iban tomando la forma de una agencia editorial dedicada a escribir, escribir y escribir. “Allá afuera hay muchos que necesitan alguien que les ayude a contar sus propias historias”, pensé. Así entonces es que se apareció abril en el calendario, un buen mes para sacar punta a los lápices y preparar las libretas. 360 contenidos y publicidad on demand, hoy de cariño: 360 Agencia Editorial, estaba lista para ponerse a escribir.

Diez años más tarde, aquí estoy escribiendo, y para este blog post quise seleccionar momentos que considero importantes e interesantes en la historia de aquel 2011, porque para mí marcó el inicio de un rally raid profesional y personal que ha tenido prácticamente de todo: acción, comedia, drama, suspenso —terror, seguro—; pop, rock, jazz, disco, hasta cumbias, norteñas y banda. Otro tanto de logros desbloqueados, anotaciones, faltas, triples, match points y knock outs. Un poquito de realeza, dragones y frases célebres: “Winter is Coming”.

Entonces, aquí vamos:

Febrero. El basquetbolista norteamericano Ray Allen pasa a la historia de la NBA tras anotar su triple 2,561. Superando a Reggie Miller.

Marzo. Tras 39 vuelos, el transbordador espacial Discovery se lanza hacia su última misión, la STS-133.

Abril, 13. 360 Grados Agencia Editorial inicia labores desde una oficina “virtual” en Polanco, preparando contenidos para la primera edición de un festival de animación y videojuegos.

Abril, 15 . En Guadalajara se declara el Día Mundial del Arte durante la XVII Asamblea General y Congreso de la Asociación Internacional de Artes Plásticas (AIAP).

Abril, 17. HBO cambia la vida de 2.2 millones de televidentes con el primer capítulo de la primera temporada de Game of Thrones titulado: “Winter is Coming”.

Abril, 29. El príncipe Guillermo de Gales se casa con su novia de toda la vida, la terrenal Catherine Elizabeth Middleton (William y Kate).

Mayo. Después de 25 temporadas, finaliza la transmisión del programa de televisión The Oprah Winfrey Show.

Junio. Google lanza su red social, Google+ (RIP).

Julio. En Los Ángeles se lleva a cabo la premier de Captain America: The First Avenger.

Agosto. Steve Jobs renuncia a su cargo de CEO de Apple, dos meses más tarde fallece a los 56 años.

Septiembre. Llega Snapchat al mundo de las redes sociales.

Octubre. Abre sus puertas Legoland Florida, el parque temático más grande del mundo.

Noviembre. En la entrega 39 de los American Music Awards, Taylor Swift y Adele son las grandes ganadoras de las categorías artista del año y artista femenina favorita de pop/rock respectivamente.

Diciembre. Los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León logran ganar el Torneo Apertura 2011 ante Santos Laguna luego de 29 años de sequía.

Y para cerrar con el festejo y el recuento, les comparto unos modestos Top 5, con un par de extra para escuchar.

Películas

Acortar las listas es un reto, porque invariablemente habrá alguien que esté en desacuerdo. Para evadir la culpabilidad citaré al crítico de cine y cineasta Scout Tafoya, colaborador en RoberEbert.com: “2011 no solo albergó algunas de las mejores películas artísticas de nuestra época, sino que también supuso una revolución en el lenguaje de las películas taquilleras”, a continuación, su selección —que no es un Top 5.

  • Drive
  • The Three of Life (El árbol de la vida)
  • Once Upon a Time in Anatolia
  • Keyhole
  • Contagion
  • The Adventures of Tintin
  • Sherlock Holmes: A Fame of Shadows

Series

Pensé en que lo correcto sería guiarme por los ganadores del Golden Globe o Emmy, pero en realidad es que me deje ir por las conversaciones con amigos y compañeros de trabajo, este es el resultado:

  • Game of Thrones
  • Teen Wolf
  • American Horror Story
  • Black Mirror
  • Grimm

¿Alguien habrá visto Pan Am? Yo sí.

Videojuegos

Para esta lista, decidí que lo mejor era acudir a la lista de Ganadores de los Video Game Awards 2011

  • The Elder Scrolls V: Skyrim – juego del año y mejor RPG
  • Batman: Arkham City – juego de acción, aventura; mejor adaptación y mejor juego para Xbox 360
  • The Legend of Zelda: Skyward Sword – mejor juego para Wiii, mejor juego con control de movimiento.
  • Portal 2 – mejor juego para PC, mejor multijugador, mejor contenido descargable: Peer Review.
  • Uncharted 3: Drake’s Deception – mejor juego para PlayStation 3 y mejores gráficos.

Libros

Stieg Larsson planeaba escribir una serie de 10 libros, de los cuales solo logró escribir tres que se publicaron de manera póstuma tras su repentina muerte en 2004.

En 2011 la lista de libros de ficción mejor vendidos del New York Times publicaba en el lugar dos, tres y cuatro, las para entonces ya famosísimas historias de Larsson:

  • Los hombres que no amaban a las mujeres (The Girl with the Dragon Tattoo)
  • La chica que soñaba con un cerillo y un galón de gasolina (The Girl Who Played with Fire)
  • La reina en el palacio de las corrientes de aire (The Girl Who Kicked the Hornet’s Nest)

También conocidas como la serie Millennium. En 2013 el periodista y escritor David Lagenrcrantz fue contratado por la editorial sueca Norstedts para continuar con la saga de Larsson, quien hasta 2019 ha agregado tres novelas más a la serie.

Música

Desde una búsqueda y selección vía Spotify

Rock

Hits

🙂

Ciudad-seudónimo

Hay escritores que crean pueblos o ciudades de otros planetas. Hay autores que conciben universos o lugares imposibles dentro de la Tierra. 

Italo Calvino inventó ciudades-espejo, ciudades-deseo, ciudades-símbolo, ciudades-destino y muchas más de nombres exóticos y cualidades desafiantes en Las ciudades invisibles. J.R.R. Tolkien no solo creó pueblos, sino regiones inconmensurables atrapadas en la Tierra Media… y sus lenguajes. Y George R.R. Martin describe ciudades siempre en guerra en su serie Canción de hielo y fuego.

GRANDES CIUDADES LITERARIAS

Hay escritores que no inventan, recrean un sitio particular de nuestro mundo, un pueblo que ya existe y le dan vida nueva. A este pueblo le cambian el nombre, le extraen historias y personajes que lo cambian para siempre y lo vuelven famoso, universal, lo convierten en un pueblo mítico, literario, una zona que conocerán lectores de diversos lugares.

  • Así lo hizo William Faulkner con Lafayette, al que rebautizó con el enredado nombre de Yoknapatawpha County
  • Lo hizo también Marcel Proust cuando le puso Balbec a un lugar llamado en realidad Cabourg.
  • El Aracataca natal de Gabriel García Márquez se hizo famoso bajo el nombre de Macondo, tanto así que los mismos habitantes de este pueblo colombiano (los verdaderos, no la familia Buendía) han solicitado que se le cambie el nombre para ser oficialmente Macondo, siempre Macondo.
  • Juan Rulfo tomó el nombre de Comala, un pueblo de Colima, y lo trasplantó a un universo literario donde su Comala se parece poco al verdadero. Rulfo lo habita de fantasmas y los hace tatemarse en el calor del pueblo como si andarán sobre las brasas de una hoguera.
  • El Cuévano de Jorge Ibargüengoitia es fácil de identificar, en realidad es Guanajuato, pero el autor lo describe bajo seudónimo para ironizar la doble moral, las costumbres absurdas y la gente timorata.

Macondo, Comala y Cuévano, ciudades-seudónimo, existen, pero resultan más reales cuando son escritas por García Márquez, Rulfo e Ibargüengoitia y son reinterpretadas por cada lector a su manera.

 

Lo que no sabías del doblaje de voz en películas

Según cuenta la leyenda, al inicio de los años 80, cuando Star Wars llegó a España y Latinoamérica, muchos niños no conocieron a Luke Skywalker, Chewbacca y RD2D, sino a Lucas Trotacielos, Mascatabaco y Arturito, nombres que los cines pensaron más acordes a las tierras hispanohablantes. Aunque tal historia es un mito urbano, con apenas un toque de verdad, refleja bien la complicada historia del doblaje; para muchos, este arte y negocio ha sido un puente para conocer películas, series y caricaturas de todo el mundo; para otros, es un atentado contra la integridad intelectual de la obra. 

Una controvertida historia

Durante la época del cine mudo, las películas apoyaban su narrativa en intertítulos que, entre escenas, mostraban escritas las descripciones y diálogos, o en un “charlatán”, que explicaba la película para aquellos que no podían leer. Sin embargo, la llegada del cine sonoro supuso nuevos problemas para la exhibición de cintas extranjeras, aunque algunos trataron de verlo como oportunidades. La productora Metro Goldwyn Mayer estaba segura de que la gran maquinaria del cine estadounidense haría del inglés la lengua mundial, pero esto solo ayudó a desatar el pánico internacional a la “intrusión lingüística”, y países como Francia recurrieron al subtitulaje para rescatar el idioma nativo de la oleada norteamericana, prohibiendo exhibir películas en idiomas ajenos que no llevaran subtítulos.

El analfabetismo predominaba en todo el mundo, así que las productoras buscaron otras opciones. En 1928 nació el doblaje moderno, cuando Paramount Pictures logró sincronizar el diálogo de The Flyer, traducido del inglés al alemán, con los movimientos labiales de los actores. 

Sin embargo, la calidad de la técnica solía ser pésima, por lo que los cineastas preferían otros métodos, llegando a filmar sus películas varias veces con actores de diferentes países como la excelente versión española de Drácula de 1931, protagonizada por Carlos Villarías y Lupita Tovar, lo cual resultaba costoso y, a falta de supervisión constante, la calidad de una versión a otra era muy variable. Por esto, varios años y avances tecnológicos después, el doblaje tuvo un gran renacimiento.

De México, para el mundo

En los años 40, la Metro Goldwyn Mayer se llevó a sus estudios de Nueva York a un puñado de actores mexicanos de radionovelas  para doblar sus películas. Rápidamente, en México y otros países de Latinoamérica, como Argentina creció una gran industria del doblaje. Sin embargo, para finales de la década varios gobiernos decidieron que esta práctica fomentaba la competencia desleal para la producción local, y prohibieron que los cines nacionales presentaran películas extranjeras dobladas que no fueran infantiles. En México, este veto estuvo vigente hasta el año 2000, por lo que los doblajes fueron territorio mayormente televisivo por medio siglo.

Evangelina Elizondo, bajo la dirección de Santos, fue nuestra Cenicienta mexicana. Fuente: Disney y De Memoria.

La industria del doblaje en Latinoamérica se volcó al público infantil. Walt Disney mismo se interesó en las posibilidades del doblaje mexicano después de la fuerte crítica que el locutor Edmundo Santos hizo del mal doblaje al español de Blanca Nieves, y en poco tiempo, Santos pasó a ocuparse de la traducción de las canciones de Disney. Unos años más tarde, se convirtió en asesor oficial del idioma, desarrollando las reglas gramaticales para el llamado “español neutro” que evitaban tropicalizaciones o acentos típicos. 

El problema de la tropicalización

A inicios de los 50, Santos se mudó con su equipo a la Ciudad de México para trabajar en La Cenicienta, y pasaría los siguientes 27 años, hasta su muerte, encargándose por completo del doblaje al español de películas y productos derivados de Disney. Aunque esta era nos regaló joyas como El Libro de la Selva con la voz de Tin Tan para Baloo, Luis Pelayo tras Bagheera y a Carlos Petrel como Sheer Khan, la práctica del español neutro fue abandonada a partir de 1991 para La Bella y la Bestia, en favor doblar una versión latinoamericana y otra con el castellano de España. 

 

Mientras tanto, la televisión seguía siendo el campo más fértil para los actores de doblaje. A diferencia de la actuación frente a la cámara, contar con la voz como herramienta principal implicaba que ni la edad, ni el aspecto físico ni el género eran barrera, y la libertad de acción era tal que, sobre todo en caricaturas, se permitían incorporar rasgos culturales y ciertas tropicalizaciones que las hicieran más accesibles y reconocibles; a pesar de que esto no pocas veces resultaba en interpretaciones que desmerecen la versión original, también nos permitió disfrutar de creaciones excepcionales como la que hizo Jorge Arvizu, “el Tata” para Don Gato y su pandilla: mientras que en los EUA pasó desapercibida, en toda Latinoamérica se volvió un ícono cultural, tal como te contamos en uno de nuestros artículos pasados.

Don Gato y su pandilla.

El doblaje en la actualidad

En décadas recientes la labor de doblaje comenzó a devaluarse, los estudios y televisoras dieron preferencia a voces menos entrenadas, pero más baratas, o cayeron en la práctica del star system, dando los papeles principales a actores y cantantes populares, expresamente contratados para interpretarse a sí mismos o a sus personajes más conocidos. De igual forma, se volvió cada vez más frecuente el introducir en trabajos extranjeros chistes locales, referencias o modismos de la cultura popular, sin ningún cuidado o respeto por el trabajo original ni por la labor profesional de los verdaderos actores del doblaje. Resulta curioso que, de entre todas las voces de profesionales y cinéfilos que a través de los años se han alzado contra esta mala práctica, sea la de Jorge Luis Borges, desde el lejano 1945, la más profética: 

“Las posibilidades del arte de combinar no son infinitas, pero suelen ser espantosas. (…) Hollywood acaba de enriquecer ese vano museo teratológico; por obra de un maligno artificio que se llama doblaje, propone monstruos que combinan las ilustres facciones de Greta Garbo con la voz de Aldonza Lorenzo. ¿Cómo no publicar nuestra admiración ante ese prodigio penoso, ante esas industriosas anomalías fonético-visuales?”.

 

Así nació El Principito de Saint-Exupéry 

¿Te imaginas ser un piloto aviador y poder recorrer diversas partes del mundo?, Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944) lo era y muchos de sus viajes fueron la inspiración para convertir sus vivencias en literatura, como es el caso de obras como: El aviador, Vuelo nocturno y El Principito. Esta última, seguramente la has leído en algún momento de tu vida.  

El Principito es una de las obras más conocidas alrededor del mundo y aunque se ha considerado un libro para niños, la realidad es que sus temas como: la pérdida, la soledad, la muerte y el amor, son también para adultos.  

Las cartas en las que nació El Principito 

Fueron varias las causas que se juntaron para que su autor decidiera crear esta historia, una de ellas fue el impulso de sus amigos, a quienes les mandaba cartas en las que agregaba el dibujo de un hombrecito rubio con bufanda y cabello alborotado, era como su “alter ego infantil”, pues a través de él, expresaba las emociones que a su parte adulta le era difícil decir. Por eso, sus amigos lo animaron a que le diera vida a aquel simpático joven y lo hizo en el año 1942, dedicándose a realizar los dibujos en acuarela, así como a escribir la increíble historia del muchacho rubio.  

Encuentro entre el Principito y el aviador.

A su vez, Saint-Exupéry en varios momentos de su vida cayó en etapas de profunda tristeza y alcoholismo, — debido a que en Nueva York se sentía aislado, su vida en pareja era inestable y los exiliados franceses lo acusaban de colaborar con el gobierno de Vichy — por eso, buscó una manera de plasmar parte de su sentir y pensamientos.

“Es muy curiosa la desesperación. Necesito renacer”, escribió él.  

Así, por medio del Principito, el autor pudo recuperar a su niño interior y conmovernos por medio de su personaje, quien llora o se entristece por instantes, pero también conserva ilusiones, se ríe, aprende y muestra una gran fortaleza.  

El terrible accidente que dio origen a El Principito 

Otra de las situaciones en las que se basó el autor para dar origen a El Principito, fue el accidente que sufrió junto con su mecánico aviador André Prévot, cuando en uno de sus viajes aéreos, la avioneta en la que viajaban se estrelló en el desierto de Libia, increíblemente él y su compañero sobrevivieron al impacto; sin embargo, después de dos días, la poca comida y bebidas que llevaban (uvas, naranjas y vino)  se agotó, lo que provocó que Saint-Exupéry tuviera alucinaciones visuales y auditivas en las que se enfrentaban sus dos “yo”: el que daba todo por perdido y el que aún se aferraba a la esperanza. 

Saint-Exupéry como aviador.

Fue hasta el cuarto día cuando milagrosamente fueron rescatados por un beduino que iba en camello; así que, esta anécdota en la que casi pierden la vida, ha quedado claramente retratada en el libro.   

Los mensajes de libertad de El Principito 

Por otro lado, aunque la obra de Saint-Exupéry deja grandes lecciones en cuanto a la amistad, el amor y el dolor, al mismo tiempo, por medio de los viajes del Principito a varios planetas, el escritor plasma su visión sobre el mundo moderno y tecnológico en el que predominan las personas que han dejado a un lado la importancia de las relaciones humanas para centrarse únicamente en el deseo de obtener poder, reconocimiento y riqueza. A la vez, se refiere a la libertad, usando como ejemplo contrario a un dictador, fue por estos temas que su obra fue censurada durante la dictadura militar en Argentina. 

“No soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero, si me domésticas, tendremos necesidad el uno del otro.”

Sin duda, El Principito es una obra que hace reflexionar a chicos y grandes, pues sus temas van más allá de lo que se lee a simple vista; así que, ahora ya conoces la historia del autor y de los motivos que lo llevaron a plasmar parte de sus emociones en voz del pequeño muchacho rubio.