Dos detectives

Vivimos en un país impune. Tan solo en cuestión de feminicidios, un reportaje de El País informó recientemente que 95% de los homicidios de mujeres (nomás por ser mujeres) simplemente no se resuelven… y de enero a agosto de este 2022, 600 mujeres han sido asesinadas. Las cárceles se llenan de inocentes y chivos expiatorios esperando juicios y sentencias, sin esperanzas de poder pagar su libertad, mientras que los criminales de verdad viven tranquilamente sus vidas.

En este contexto, las novelas policiacas son los cuentos de hadas modernos, historias donde un hombre o mujer se obsesiona por resolver un caso ¡y lo logra!, donde se sacia la necesidad de venganza y las preguntas de los deudos se responden. El paraíso de la justicia donde habitan los detectives que resuelven casos y las víctimas que en paz descansan.

En este negro edén de novela negra viven mis dos detectives favoritos: Kurt Wallander y Charlie Parker.

El policía sueco

Cuando inventó a Wallander, la única intención de Henning Mankell (Estocolmo, 1948-2015) era denunciar el racismo en su natal Suecia a través de una novela policiaca (Asesinos sin rostro). Eligió el nombre de Kurt Wallander de una guía telefónica y le dio vida al inspector de Escania. 

A través de él Mankel exorcizó sus demonios, sacó a flote los conflictos que lo molestaban y afectaban, desde el mencionado racismo en contra de los migrantes en Suecia hasta el viejo apartheid en Sudáfrica, el negocio de los trasplantes de órganos o las tensiones entre Rusia y Letonia.

Asesinos sin rostro. Tomada de Alef.

Kurt Wallander arrastra algunos males endémicos de un policía (de novela) adicto a su oficio: el abandono de su esposa, una relación contradictoria con su padre pintor —que pinta siempre el mismo cuadro y no quiere que su hijo sea policía—, la diabetes, la obsesión por encontrar al asesino en cada caso arriesgando la integridad física, el puesto y hasta la propia vida.

Mankell tomó características de sí mismo y se las regaló a Wallander: su edad, su complexión, sus opiniones e ideales. Al combinarlas con el talento y la disciplina del buen escritor surgió un personaje completamente humano y entrañable, con quien el lector empatiza y sufre con su paulatino declive a lo largo de más de diez novelas donde conviven el suspenso propio de la investigación del crimen y los altibajos de la vida cotidiana de un policía sueco que, como dice su creador, después de jubilarse “se dedicará a deambular por esa tierra crepuscular que le pertenece, con Jussi, su perro de pelo negro.”

El detective y el gore

Lo que en Wallander es nostalgia, observación, búsqueda de justicia y sentido del deber, en Charlie Parker es furia, persecusión y hambre de venganza. Porque para el detective privado de Maine todo crimen se vuelve personal. Lo que en Mankell es realista y casi natural como la vida misma, en John Connolly, creador de Parker, es excesivo y paranormal.

Mirada criminal. Tomada de Facebook.

La historia comienza cuando Charlie Parker trabaja como policía en Nueva York. Una noche, al volver a casa tras saciar su alcoholismo, encuentra a su esposa y su hija de cinco años violentamente asesinadas. Esto desatará una crisis durante la que Parker dejará su trabajo y se dedicará a perseguir y vengarse del homicida, dejando a su paso un baño de sangre.

La crudeza de la primera novela (Todo lo que muere) de esta serie que casi alcanza veinte volúmenes irá tomando tintes cada vez más sobrenaturales en obras subsecuentes gracias a la convivencia de Parker (ya convertido en detective privado) con los fantasmas de la hija y la esposa muerta, así como a sus encuentros con criminales que son mucho más que eso, son la maldad encarnada.

Poco a poco los lectores nos vamos enterando de que los inicios de la historia del detective tal vez se remontan a tiempos milenarios, mucho antes de que Parker vislumbrara la faz de la Tierra, y él podría ser algo más que un simple mortal.

Detective en búsqueda de la verdad. Tomada de Phoneky.

John Connolly (Dublín, 1968) abrevó de la tradición fantasmagórica de sus tierras irlandesas, del espíritu redentor de su religión católica y de la más pura novela negra estadounidense para lograr una serie igual de negra que mezcla la novela policiaca con el cuento de terror, en contextos realistas donde puede abordar por igual el tráfico de drogas o el comercio de arte, y las sitúa en esos poblados perdidos en los amplios territorios del norte de Estados Unidos, donde la aburrida tranquilidad esconde el horror de la descomposición moral.

Es posible que a quienes aman a Wallander, Parker les resulte demasiado explícito y desagradable, mientras que los fans de Parker se aburran con las tramas pausadas de Wallander. Pero ambos detectives son personajes complejos igual de apasionantes y cada uno a su manera nos hacen vivir a los lectores el cuento de hadas donde los culpables sí reciben su merecido.

¿Qué ver, leer y jugar en Halloween?

Spooktober (o Rocktubre para los más alternativos) ha llegado. Sí, el mes de los espantos, la Serie Mundial de beisbol y las fiestas de noche de brujas donde la mitad de los invitados se disfrazan como Joker y la otra mitad como Harley Quinn. 

Con una pandemia a cuestas, es probable que este Halloween lo que más quiera hacer todo el mundo es salir de parranda, pedir dulces de casa en casa y celebrar como si fuera 1999 una vez más… Habemos otros, sin embargo, que preferimos los placeres más sencillos y aprovechamos esta época de espantos para recostarnos en nuestro sillón favorito, acompañados por un pumpkin spice latte (¡obvi!) y dejar que Lovecraft, King, Hitchcock y Carpenter sean nuestros guías en un viaje por lo desconocido y lo perturbador.

Shiver 

Junji Ito

Comenzamos con algo light… si marionetas asesinas, deformaciones y cabezas flotantes pueden considerarse como tal. Toda la literatura del maestro del manga de horror es indispensable, pero este compendio con nueve de sus mejores historias cortas es una buena forma de adentrarse en el bizarro, trastornado y, a veces hilarante, mundo de Ito.

Shiver, Ito.
Control

William Goldman

Todos hemos tenido lapsos de hartazgo y desquicio en algún momento de nuestras vidas, ya sea por una llanta ponchada, un microbusero en triple fila o una barra de chocolate atorada en la máquina expendedora. Pero qué pasaría si, por un instante, perdiéramos completamente el control. De la astuta mente del talentoso y premiado guionista y escritor William Goldman, Control es una inquietante obra de terror psicológico que apropiadamente explora una de las regiones más escalofriantes del universo: la mente humana.

The Turn of the Screw

Henry James

Esta novela, que ha sido adaptada y reinterpretada en múltiples ocasiones a lo largo de los años, combina el folclore de la era Victoriana con el horror gótico y las clásicas –mas no por eso menos efectivas– historias de fantasmas y remotas casonas embrujadas. El hecho de que su autor se caracterice por pertenecer a la escuela del realismo literario es la cereza en el terrorífico pastel.

Turn of the screw.
SOMA

Frictional Games

Si prefieres tu horror del tipo interactivo, no puedes dejar de jugar esta obra maestra del suspenso y el terror psicológico que hace uso del miedo existencial y la razón del ser para hilar una historia que es tan angustiante como deprimente. ¡Ah! Y hay máquinas asesinas y mucho body horror.

3 Extremes

Varios

El terror japonés se ha convertido, especialmente durante el siglo XXI, en una de las corrientes cinematográficas más importantes y aclamadas. Sea por su temática, elegancia, pacing o la sensación de suspenso que acompaña cada cuadro, prácticamente cualquier cinta perteneciente al subgénero es básica en un maratón de noche de brujas. Pero hoy no hablaremos de clásicos como Ringu o Pulse sino de esta antología que reúne a Takashi Miike, Chan-wook Park y Fruit Chan, cada uno aportando su sello muy particular, en tres historias plagadas de gore con una pizca de humor negro.

3 Extremes, Cut-Chan-wook Park.
The House that Jack Built / Riget (The Kingdom)

Lars von Trier

Para terminar, tenemos un double-feature de uno de los cineastas más controversiales, polarizadores y, francamente, geniales de todos los tiempos. The House that Jack Built es una íntima obra de terror psicológico en la que acompañamos por cada faceta de su vida –y muerte– a un carismático, pero sumamente perturbado, asesino en serie. 

Riget, por su parte, es una miniserie que tiene como protagonistas a los médicos, pacientes y personal de un hospital danés azotado por fenómenos sobrenaturales. Con una tercera temporada en producción (casi 30 años después de la original), esta respuesta nórdica al realismo fantástico de Twin Peaks es un must para aquellos que prefieren su terror con tintes absurdistas.