Muchos de nosotros nos preguntamos cómo será la vida en la Tierra en el futuro. Principalmente después de que nuestro planeta ha pasado por una gran cantidad de eventos catastróficos como huracanes, terremotos, pandemias, escasez de agua y pérdida de la biodiversidad, algunos de estos como producto del cambio climático.
Para saber qué le ocurrirá a la Tierra, cómo será nuestra vida en el futuro, qué trabajos tendremos, qué comeremos y cuáles tecnologías estarán imperando a lo largo del mundo, la compañía Kaspersky, en colaboración con futurólogos, científicos e internautas ha creado el proyecto Earth 2050. Un bosquejo que nos da un vistazo de cómo será la vida en la Tierra dentro de 10, 20 y 30 años a través de un mapa terrestre interactivo.
Una vez que el usuario seleccione un año –2030, 2040 o 2050– y se posicione sobre alguna región del mapa, conocerá cuáles son las predicciones en cuanto a tecnología, alimentos e infraestructura para las diferentes ciudades y países. Los círculos en el mapa indican los lugares donde alguien ha dejado una predicción, aprobada por un moderador. Muchas de las ilustraciones son panorámicas, a 360 grados.

Con este mapa, Kaspersky busca saber qué amenazas existirán, qué hay que proteger y cómo interactuará el entorno físico con el virtual. De esta forma, cuanto más se consideren las trayectorias probables de la sociedad y la tecnología, más se podrá prever, haciendo que nuestro futuro común sea mejor y más seguro.
La vida actual en la Tierra
Nuestro hogar, el de millones de personas, plantas y animales, es un planeta terrestre y rocoso, que tiene una superficie sólida y activa con montañas, valles, cañones, llanuras, entre otros. En este, catalogado como planeta océano, el agua cubre el 70% de la superficie y su atmósfera está compuesta particularmente por nitrógeno y oxígeno. Estos elementos, así como la distancia que la separa del Sol, su tamaño, densidad, el campo magnético terrestre y la presencia de otros bioelementos hacen posible la vida en la Tierra.
Al día de hoy se estima que la población mundial alcanza los 7 900 millones de personas y de acuerdo con las Naciones Unidas se espera que para 2050 alcance los 9 700 millones, mientras que para 2100 habrá 11 000 millones de personas.

Este crecimiento acelerado de la población, aunado al avance tecnológico de los últimos años ha propiciado nuevas formas de convivencia entre el hombre y la naturaleza. Las grandes ciudades han sido testigos de cómo la tecnología está cambiando el mundo y la vida del hombre.
Redes sociales que nos conectan con los demás, tecnologías para limpiar los océanos, cambios de paradigmas en los sistemas educativos y en las empresas promueven nuevas formas de aprendizaje y colaboración para afrontar los continuos desafíos.
Earth 2050 predice el impacto de la tecnología en el futuro
De acuerdo con Earth 2050 las imágenes del futuro variarán, desde guerras por los recursos naturales hasta la recuperación de los bosques. Estas son algunas expectativas.
El calentamiento global seguirá avanzando. A tal punto que a mitad del siglo XXI el Polo Norte se derretirá y en el Ártico no habrá nieve, lo que supondrá nuevos panoramas para la navegación comercial y militar. Incluso se cree que podrían empezar a crearse balnearios árticos.
Para 2050 se espera que en Moscú existan hoteles flotantes, avatars y turismo espacial.

Si bien, al parecer el derretimiento del Polo Norte podría beneficiar a algunos países, otros sufrirán consecuencias catastróficas, como en el caso de Daca, la capital de Bangladesh, la cual se encontrará bajo el agua como consecuencia del incremento del nivel del mar.
La nanotecnología podría salvar a la humanidad de la hambruna. En cuestión de los alimentos, algunos afirman que la sobrepoblación, la escasez de agua y el calentamiento global conducirán a revueltas y guerras por los recursos naturales. Sin embargo, otros afirman que gracias a la nanotecnología se crearán mecanismos para convertir el agua salada en agua dulce, lo que protegería a África y América Latina de la sequía.
El futuro depara un mundo desigual. Kaspersky también augura que habrá un crecimiento de la desigualdad, ya que mientras que en los países desarrollados la vida será más cómoda –en cada hogar habrá una impresora 3D y hologramas–, el destino de los países poco desarrollados o en vías de desarrollo no será así, solo la gente con riquezas podrá acceder a los privilegios.
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El futuro. Tomada de Impulsplus. La inteligencia artificial superará a los humanos. Definitivamente, algo que destaca Kaspersky es que la inteligencia artificial seguirá desarrollándose y los robots podrían llegar a sustituir a las personas. Incluso, hay pronósticos extremos que plantean que el intelecto artificial gobernará a los humanos.
En conclusión, a pesar del panorama proyectado por Earth 2050, se desconoce si los pronósticos se cumplirán o no, por lo que el futuro de la Tierra todavía está por verse.
Por Verónica González
¿Qué comen los astronautas?
¿Alguna vez soñaste con ser astronauta, viajar por el universo y ver desde arriba lo pequeña y maravillosa que es la Tierra? Solo unos cuantos afortunados lo han logrado: conocieron la Luna o trabajan en la Estación Espacial Internacional (un laboratorio en la órbita terrestre, en donde se realizan investigaciones sobre astrobiología, astronomía, meteorología, física, etc.).
Aunque vivir en un lugar sin gravedad y “volar” en lugar de caminar suena bastante divertido, si estuviéramos en el espacio tendríamos que cambiar nuestros hábitos y renunciar a algunos de nuestros platillos favoritos o comerlos de otra manera.
Tomada de Foro Anime. De las pastas a los helados
El primer astronauta que comió en el espacio fue Yuri Gagarin el 12 de abril de 1961. Su comida no era del todo apetitosa: llevaba unos rollos metálicos, parecidos a los de pasta de dientes, que exprimió para comer pasta de carne y de hígado.
En los viajes que se realizaron años más tarde, los astronautas siguieron comiendo esas pastas que, a pesar de su mal sabor, demostraron que —contrario a lo que pensaban los científicos— los humanos podíamos comer fuera de la Tierra sin que nuestros órganos se dañaran o nos enfermáramos.
Por suerte, estos tubos de comida fueron reemplazados a finales de los años 60 por alimentos deshidratados: se les agregaba agua caliente que los reconstituía y en cinco minutos quedaban listos, esto permitió que hubiera más variedad para el paladar de los astronautas. Ya en las misiones del Apolo a la Luna, comieron de esta forma y hasta tuvieron la opción de escoger entre 70 artículos, entre los que se incluían platillos principales, condimentos y bebidas.
En los años 70 la forma de alimentarse en el espacio mejoró todavía más, pues se introdujo el primer refrigerador a bordo del Skylab —la primera estación espacial de Estados Unidos—. En él había 15% de alimentos congelados, así que los astronautas ya disfrutaban de helados, postres u otros platillos, mientras desde la ventana veían la Tierra.
Lo que no y lo que sí
En aquellos tiempos ya existían más opciones de comida para ellos, pero hay alimentos que a la fecha no se deben consumir en las naves espaciales, uno de ellos es el pan. Los astronautas Gus Grissom y John Young del Gemini III se rebelaron contra esta regla y metieron de contrabando un sándwich de carne a la nave, el resultado fue que las cámaras los delataron y el Congreso estadounidense los regañó, porque las migajas flotan y pueden dañar los equipos o entrar a los ojos o pulmones de los astronautas.
Por eso, desde 1985 los astronautas prefirieron comer tortillas para complementar las comidas, ya que no desprenden migajas, y se han preparado distintos platillos con ellas: burritos, tacos, hamburguesas y sándwiches de carne, crema de cacahuate, mermelada, etc.
Tacos en el espacio. Tomada de Gobiznext. Una dieta balanceada
Actualmente el Laboratorio de Sistemas de Alimentos Espaciales del Centro Espacial Johnson, en Houston, es el encargado de preparar y envasar los alimentos que se mandan a la Estación Espacial Internacional y los astronautas pueden elegir entre 200 alimentos distintos.
Además, desde la Tierra se lleva un registro de lo que come cada astronauta para que no sobrepase el número de calorías indicadas. Tienen esta norma porque los tripulantes deben tener el mismo peso y masa muscular a lo largo del vuelo; si pierden peso, será difícil que su cuerpo se recupere de la expedición al regresar a la Tierra.