Consejos para que tu campaña publicitaria tenga storytelling y sea exitosa

Vender contando historias

El publicista Howard Gossage dijo que “nadie lee los anuncios. La gente lee lo que les interesa, y a veces es un anuncio”. Eso lo aseguró en los años 60, cuando los anuncios publicitarios peleaban la atención del público en espacios delimitados en medios impresos, radio y televisión.

Hoy en día cientos de publicidades no solo siguen peleando en esos lugares, también luchan por atrapar tu mirada en buscadores y redes sociales, mientras tu interés está en lo que publican tus familiares, amigos o creadores de contenido. 

No es suficiente con que el comercial presuma las ventajas de tu servicio o producto, tampoco basta con que promueva un descuento inigualable, también es necesario que cuente una historia con la que empaticen o se sientan identificados los miembros de tu público objetivo, es decir, que los contenidos comerciales necesitan un storytelling.

Un mar de historias. Tomada de: The New York Times.
El viejo arte de narrar

¿Pero por qué destacan las historias en un mar de información? El arte de narrar se puede encontrar en todas las culturas primitivas y antiguas. En ausencia del lenguaje escrito, las culturas más antiguas usaban pieles de animales, paredes de cuevas, piedras, madera e incluso arena para dibujar, comunicar y preservar sus historias con imágenes y símbolos.

El guionista Robert Mckee asegura en su libro El guion que las historias nos llaman la atención porque todos los días buscamos una respuesta a la eterna pregunta: ¿cómo debería dirigir su vida un ser humano?

“Consumimos películas, novelas, obras de teatro y televisión en tal cantidad y con un apetito tan desmedido, que las artes narrativas se han convertido en la principal fuente de inspiración de la humanidad en su búsqueda del orden en el caos y de la coherencia interna de la vida, no solamente como ejercicio intelectual, sino dentro de una experiencia personal y emotiva. La ficción da forma a la vida.”

Robert Mckee.

Descubrirnos a través de las historias. Tomada de: Wall Street Journal.
Descubriendo el storytelling

El término storytelling fue formulado en 2003 por el académico comunicólogo Henry Jenkins para definir una nueva forma de contar historias con diferentes tipos de medios, métodos y puntos de vista. 

Se trata de un mensaje enviado desde muchos canales de comunicación, con diversos contenidos que se complementan entre sí y perfilan un mensaje extenso compuesto por varios elementos que interactúan. 

Según Jenkins, la narración transmedia puede referenciar a otras historias, motivos o personajes. En este contexto, el storytelling es una forma de comunicar una idea particular con el uso de la narrativa, enfocada principalmente en estimular la atención del receptor en la multitud de mensajes que le llegan.

Historias en el trabajo. Tomada de: Graphic Change Academy.
“Hazlo simple, pero significativo”

La frase es de Don Draper, el protagonista de la serie Mad Men, que se ubica en la transformación que vivió la publicidad de Estados Unidos entre los años 50 y 60 del siglo pasado.

La frase expresa que el mensaje debe ser sencillo para conectar fácilmente con la mayoría de tu público objetivo; sin embargo, esto no quiere decir que deba ser cualquier historia, sino que debe traer consigo un significado, un trasfondo que haya cambiado alguna percepción o idea fija del personaje principal (y, por tanto, consiga que el espectador considere esa nueva percepción).

Pero, ¿cómo lograrlo?

A continuación te presentamos algunos criterios para darle storytelling a tu campaña publicitaria.

  • La historia correcta. La historia debe representar el verdadero núcleo, la esencia, la razón de ser de tu empresa, producto o servicio, ya sea que trate sobre la cronología de la compañía, de las experiencias de sus miembros u otras partes interesadas.
  • El protagonista. Puede ser tu propia empresa, un producto o servicio, un miembro de tu compañía, un cliente o un personaje de ficción que sirva como vehículo para comunicar los valores de tu campaña publicitaria. 

Puedes usar como base los arquetipos que construyó el psicólogo Carl Jung: el inocente, el amigo, el héroe, el cuidador, el explorador, el rebelde, el amante, el creador, el bufón, el sabio, el mago o el gobernante. 

Cada uno de estos arquetipos, sus propias metas, miedos, debilidades y talentos, te pueden ayudar a descubrir qué tipo de personaje necesitas para tu campaña publicitaria.

Una historia que mueva emociones. Tomada de: Gareth Brown.
  • Estructura dramática. Toda historia debe tener planteamiento, desarrollo, conflicto y desenlace.
  1. El planteamiento es cómo era el mundo antes de la historia, por ejemplo, tu empresa funciona al 100%. 
  2. El desarrollo es que algo ocurrió en ese mundo que comienza a cambiarlo: llegó una pandemia y tu mercado se transformó. 
  3. El conflicto es que esos cambios generan un debate en el protagonista, como que la pandemia baja las ventas. 
  4. El desenlace es la resolución del problema: la empresa encontró que un producto que servía para tal cosa también servía para otros fines. El desenlace también debe traer como fondo un mensaje acorde a la esencia de tu empresa, por ejemplo, que la resolución del problema fue gracias al espíritu innovador de tu personal.  
  • Trama. Es la “carnita” con la que vas a llenar la estructura dramática. Según el guionista Blake Snyder existen 10 tipos de tramas: un monstruo en casa, el vellocino de oro, la lámpara maravillosa, un tipo con un problema, rito de iniciación, colegas que se necesitan el uno al otro, ¿por qué lo hizo?, el triunfo del tonto, soy un interno y superhéroes. Cada trama tiene su propia manera de desarrollarse y encontrar el desenlace. 
  • Entretenimiento y emoción. Los temas y conflictos deben estar alineados con tendencias actualizadas relevantes para tu público objetivo. Esto para que se sientan identificados con los problemas y se sientan intrigados hasta la resolución:
  1. Singularidad. Tu narrativa debe ser diferente de las historias de marketing de otras empresas.
  2. Concisión. Debes tener la capacidad de contar la misma historia con muy pocas oraciones.
  3. Simplicidad. Una trama que no sea compleja, sin tanto detalle para que el espectador sea un co-creador.

Con todos estos criterios ya puedes comenzar a escribir la narrativa de tu producto, servicio u oferta. Toma en cuenta los límites de caracteres o de tiempo que permitan las redes sociales para crear una campaña con storytelling que te haga destacar de los demás.

Por: Andrei Vásquez.

#mygirls o… cuando Adidas piensa en ellas y vende más

En los últimos años, las empresas se han dado cuenta de que para vender más, tener mayor prestigio y mantener la lealtad de sus clientes, tener buenas historias que contar es imprescindible. 

Adidas es una de las grandes compañías que se han empeñado en buscar la inclusión, la diversidad y la sostenibilidad en un mundo que, amenazado por el cambio climático y oprimido por las discriminaciones, aún cultiva el anhelo de que todo pueda mejorar. Y por ello, sus campañas publicitarias con un storytelling esperanzador, con mensajes potentes e imágenes dinámicas, dan en el blanco.

Y es que desde principios de este siglo XXI, Adidas ha concentrado sus esfuerzos de marketing en ofrecer historias en diversos formatos que pongan en movimiento las emociones e impulsen a la acción de comprar: desde el product placement en The Royal Tenenbaums (2001) de Wes Anderson, donde varios personajes traen prácticamente tatuada la ropa deportiva de la marca, hasta la campaña “Impossible is Nothing” de 2004, donde tomaron como slogan la frase de Muhammad Ali para transmitir el mensaje de que no existen los límites para triunfar en el mundo del deporte.

Antes del #metoo

Si con Impossible is Nothing, Adidas buscaba ampliar su audiencia a las generaciones más jóvenes, cuando en 2013 lanzó la campaña “All in for #mygirls”, el público joven femenino estaba en la mira.

Adidas decidió lanzar la campaña el Día Internacional de la Mujer (7 de marzo) y enviar un poderoso mensaje a las chicas de todo el mundo acerca de la pasión por el deporte, la alegría de practicarlo en comunidad y el empoderamiento femenino a través de una vida dinámica y saludable. Esto, años antes de la gran explosión feminista surgida a raíz del #metoo (2017).

La campaña consistía en comerciales donde se podía ver a las jóvenes disfrutando y apoyándose mutuamente al practicar diversas disciplinas deportivas e incluía un micrositio donde las clientas de Adidas podían compartir sus experiencias, vincularse con chicas de otras partes del mundo y motivarse unas a otras a cumplir sus metas.

Particularmente en la región Asia-Pacífico la campaña fue súper exitosa. La embajadora de la marca, la popular cantante y actriz taiwanesa Hebe Tien, fue pieza clave para que las jóvenes asiáticas encontraran a alguien con quien identificarse, y los comerciales de chicas pasándola bien mientras corren, hacen parkour o gimnasia juntas fueron un buen incentivo para que tan solo en China, las ventas de ropa de mujer de Adidas aumentaran 40% gracias a la campaña.

La fuerza del mensaje

Conectar con las emociones, con las ideas, con las pasiones del ser humano es lo que buscan los mensajes de empresas como Adidas. Sin duda para aumentar sus ventas, pero también como una especie de servicio a la comunidad. Sí, los mensajes optimistas alegran y venden.

Encontrar mensajes con los que los consumidores se identifiquen, con personalidades que inspiran, que entretengan, emocionen, permitan participar y compartir. Es ahí donde radica la fuerza y la eficacia del mensaje: en contar las historias que el público quiere escuchar.

 

El marketing aspiracional es ahora “inspiracional”

Hace no mucho tiempo, sin duda ya entrados en el siglo XXI e incluso un poco antes, el marketing y la publicidad tomaron una ruta distinta a la que habían seguido por décadas, es decir, anunciar, promover y vender productos mediante comerciales simples y directos donde el enfoque estaba, precisamente, en el producto y sus características y no mucho más; el mensaje era “compra” y la comunicación se daba de manera unidireccional a través de un spot en la tele o la radio, o un print en revistas y el periódico (¿los recuerdan?).

En fin, con la llegada del nuevo milenio y el adviento de frescos e innovadores medios de comunicación como los smartphones, las redes sociales, el email, los SMS y, por supuesto, internet, los anunciantes tuvieron que cambiar/evolucionar sus estrategias para no solo llamar la atención de un público cada vez más informado y bombardeado por publicidad en todo segundo, sino también hacer que su marca sobresaliera en un panorama altamente competido y globalizado.

Bombardeo en redes sociales.

La solución a esto fue el marketing aspiracional, es decir, la implementación de mensajes patrocinados, product placement y, prácticamente cualquier tipo de contenido publicitario endosado por una celebridad (o modelo o personaje extremadamente atractivo) que llevara al mortal promedio a enamorarse del producto, no por sus bondades, sino por la imagen de “éxito” y glamour proyectados por la marca. 

Los rizos de Bárbara Mori aprueban este shampoo

De Rihanna en las campañas de Puma y Matthew McConaughey manejando un Lincoln, hasta Pedrito Sola anunciando mayonesa McCormick Hellmann’s, a través del marketing aspiracional se buscaba construir la idea de la marca “premium” y vender la ilusión de que tomando Pepsi seríamos tan populares y cool como Michael Jackson. Y aunque el patrocinio de celebridades continúa siendo una práctica común en el mundo de la publicidad –basta con ver las decenas de comerciales protagonizados por Stephen Curry y Chris Paul– hoy en día la estrategia es no romantizar esos mensajes ni prometer la luna y las estrellas en una bolsa de Doritos, sino centrar la comunicación en un plano más “realista” y empático, o inspiracional.

Anuncio de Taylor Swift.
No estamos en el mismo barco

En medio de una crisis económica y sanitaria, cuando la mayoría de las personas buscan sobrevivir y no gastar millones en lujos innecesarios; cuando casi todo el mercado se compone por consumidores 2.0 (o hasta 3.0) con acceso a todo tipo de información en cuestión de segundos; cuando la pandemia de COVID-19 nos demostró que –definitivamente– no estamos todos en el mismo barco, y que mientras unos pasan su confinamiento y la actual recesión con toda comodidad en sus mansiones, otros tenemos que lidiar con la subida del precio de las tortillas; hoy no necesitamos anuncios derrochadores (que además se pueden saltar con VOD o evitar mediante streaming), sino información real, fidedigna y consejos que nos presenten los verdaderos beneficios de un producto, en lugar de quién lo usa y a qué isla griega lo llevó.

“Ser demasiado ‘aspiracional’ es ahora considerado casi repulsivo por la generación Z, quienes en respuesta han optado por usar plataformas como TikTok” –Geraldine Wharry, pronosticadora de tendencias.

Una invitación a comer pizza.

Hoy las marcas se inclinan por los influencers como voces autorizadas para comunicar sus mensajes de una manera (hasta cierto punto) más auténtica y natural, pues es más fácil relacionarse con una persona de la misma edad, viviendo en condiciones similares, que usa un producto en su vida cotidiana porque realmente cree y confía en él. 

La publicidad actual no debería presionarnos a “ser mejores”, a vivir como millonarios, a ser populares y carismáticos, cuando la realidad es que todos hacemos lo que podemos por sobrevivir, damos nuestro mejor esfuerzo por simplemente existir y llevar una vida tranquila y en paz, y si ese producto nos ayudará a ahorrar dinero o a hacer feliz a nuestra familia, pues eso es más que suficiente.

10 características que hacen a un contenido VIRAL

En el contexto del marketing de contenidos, algo “que se hace viral” es un material (artículo, blogpost, juego, trivia, vlog, podcast, infografía) que ha sido bien recibido en redes sociales y es ampliamente compartido. 

No todo puede ser contenido viral. En general, este se basa en dos cualidades: 

  • El contenido en sí mismo es digno de ser compartido.
  • El material se difunde con la suficiente amplitud como para aprovechar los beneficios de las redes.

Además, existen ciertas características que dotan a un contenido de viralidad y son:

Las 10 razones por las que compartimos un contenido y lo volvemos viral

 

  1. Es súper divertido. Todos necesitamos descansar de la seriedad de la rutina diaria, y un contenido que nos hace reír a nosotros y a quienes se lo compartimos es un elevador natural del estado de ánimo.
  2. Contiene información increíble. Cuando una información te deja boquiabierto no puedes resistirte a mandársela a tus amigos y familiares para obtener una reacción similar. 
  3. Es profundamente emotivo. Los videos, blogs, podcasts, etc. que “tocan” nuestras emociones, son ideales para compartir porque nos gusta conectarnos con otros a través de la experiencia.

    Tomada de The New York Times.
  4. Coincide con nuestra forma de ver el mundo. En estos tiempos todo mundo tiene una opinión, así que cuando encontramos un contenido que respalda nuestros valores o refuerza nuestro punto de vista es lógico que nos guste y queramos enseñarlo a quienes tienen ideas afines a las nuestras.
  5. Nos hace pensar. Cuando un contenido nos hace detenernos a reflexionar sobre las grandes preguntas de la vida, a menudo queremos compartirlo para que otros también hagan una pausa y miren “the big picture” de vez en cuando.
  6. No lo cubrieron los grandes medios de comunicación. Las noticias provocativas o relevantes que pasan desapercibidas en los principales medios de comunicación y terminan en sitios en línea pueden atraer a una gran audiencia.

    Tomada de Pinterest.
  7. Hace sonreír. Todos necesitamos recordar periódicamente el lado luminoso de la vida, así que el contenido simpático, lindo y optimista sirve a este simple propósito.
  8. Es dramático. Nuestra cultura ama un buen drama, y algo que lo contenga en altas dosis seguro que va a ser difundido por los cibernautas.
  9. Es vergonzoso. Mientras más difícil de ver sea algo, más lo van a querer ver. El contenido que explota los momentos más vergonzosos de las personas suele ser un placer culposo para los internautas.

    Tomada de Arena pública.
  10. Es provocativo… pero no tanto. La mayoría de nosotros no podemos resistirnos a ver un poco de contenido atrevido o picante, pero no tanto que no se pueda mostrar abiertamente, sobre todo si estamos en la oficina o algún otro sitio donde hay que ser razonablemente formal.

Para muchos creadores el único y principal objetivo es hacer algo “viral”, pero la verdad es que la gran mayoría de sus materiales, incluso los de muy buena calidad, no obtendrán la atención generalizada. Sin embargo, si aplicamos estas claves de la viralidad, con suerte podremos aumentar las posibilidades de que nuestros contenidos reciban la atención que merecen.

7 comerciales de miedo

En México la tradición es celebrar el Día de Muertos con ofrendas donde les ponemos a nuestros seres queridos sus platillos y bebidas favoritos para que nos visiten desde el Mictlán.

Pero en los países anglosajones celebran el Halloween (de All Hallows’ Eve, “víspera de todos los santos”) disfrazándose de personajes y objetos aterradores y pegándose de sustos. Para hacer honor a esta otra costumbre, he aquí algunos comerciales que te sacarán el buen humor y algunos sobresaltos.

7. “Killer Songs”, Spotify, 2018

Un minimetraje de buena calidad le da a Spotify la oportunidad de transmitir el mensaje de que en su plataforma puedes escuchar las canciones más “matadoras”.

6. “Unignorable Banners”, McDonald’s Europa, 2015

Realizado para promocionar el sundae de McDonald’s en Países Bajos, este comercial se vuelve memorable por combinar risas y sustos.

5. “Fragile Childhood, Monsters”, PSA, 2012

En esta campaña de una organización no gubernamental finesa para concientizar sobre las consecuencias negativas del alcoholismo, así ven los niños a sus papás cuando estos beben.

4. “Little Girl”, Phones 4U, 2011

Aquí se ilustra lo que puede suceder si uno no hace caso de las ofertas, en especial cuando de smartphones se trata.

3. “Car Commercial”, K-Fee, 2004

Esta marca alemana de café en lata nos quiere dejar plasmado en la mente su slogan: “Nunca habías estado tan despierto.” No apto para cardiacos.

2. “Horror”, Nike, 2000

“El deporte te alarga la vida.” Buen mensaje, pero en este caso no gustó. Los mensajes del público quejándose por pasar este anuncio en horario familiar decían que asustaba a los niños y promovía la violencia de género.

1. “Baby Laugh A-Lot”, Remco, 1971

Solo para niñas valientes de los años 70. Sin más comentarios…

La importancia de llamarse target

De acuerdo con el diccionario Oxford, target puede significar varias cosas: 

  1. Una persona, objeto o lugar seleccionado como objetivo de un ataque.
  2. Una marca o punto al que alguien dispara o apunta, o sea, una diana.
  3. Un objetivo o resultado hacia el que se dirigen los esfuerzos.
  4. Una persona o cosa contra la cual se dirigen o pueden dirigirse críticas o abusos.
  5. Como verbo, seleccionar como objeto de atención o ataque, o bien, apuntar o dirigir algo.

Tratándose de marketing de contenidos, la definición 3 es la indicada para referirnos al target, el público hacia el que nos dirigimos para ofrecer nuestros productos o servicios —aunque en ocasiones “apuntamos” y lo “atacamos” con mensajes.

(Tomada de: CRM impulsa).
Target a la vista

El target son todas las personas —u organizaciones— que podrían interesarse por lo que ofrecemos; por lo tanto, hay que conocerlas muy bien, saber su género, rango de edad, estado civil, nivel socioeconómico, profesión, nacionalidad, perfil digital, gustos, aficiones e incluso lo que les preocupa o les molesta.

Toda esta información nos permitirá definir cómo comunicarnos con este público, qué lenguaje utilizar para llamar su atención, lograr identificación, fidelidad y, por supuesto, mayores ingresos.

Pero, ¿cómo hacemos para obtener estos datos?, lo más lógico es preguntar directamente por medio de encuestas. En la actualidad también hay toda una gama de herramientas tecnológicas que nos permiten averiguar lo que queremos para conocer mejor a nuestro target: Google Trends, Twitter Analytics, Facebook Analytics…

(Tomada de: es Marketing Digital).
Buyer persona: la evolución

Con objeto de planear y redactar los contenidos más precisos para nuestro target, el marketing ha avanzado a un concepto de vanguardia: el buyer persona, que es la creación de un personaje que encarnará al público objetivo. 

Así vamos armando nuestro “Franken-target”. Le ponemos nombre y además de describirlo físicamente a partir de la información básica que todo target debe tener, le damos sentimientos, preocupaciones, motivaciones, metas de vida.

Una vez que creamos una o varias buyer personas que representen a nuestro target —no demasiadas para no perder el objetivo— les damos vida por medio del storytelling, hacemos para ellas historias y experiencias que el público ame y quiera emular o recuerdos que anhele revivir.

(Tomada de: Full Office).
Historias de target

El chico soltero que decora maravillosamente las paredes de su habitación dándole una nueva vida a su espacio íntimo; la pareja de edad madura que ante el nido vacío adopta una mascota y la lleva de viaje en el auto de sus sueños; la mujer multitask que se da el lujo de disfrutar un rato de ocio con una humeante taza de café en sus manos…

Son historias sencillas e inspiradoras que un creador de contenidos puede construir para que los respectivos targets de cada empresa o negocio se den la oportunidad de consumir sus productos y servicios en un intercambio de ganar-ganar.

 

Storydoing: no me lo cuentes, muéstralo

Es bien sabido que una imagen vale más que mil palabras, pero una acción es aún más contundente. Por eso, más allá de ser la buzzword de moda en mercadotecnia, el storydoing propone una visión más activa, honesta y concreta para crear una identificación con los consumidores al momento de contar la historia de nuestra marca. 

Proclamar la “muerte” de la narrativa sería absurdo, pues es la esencia misma del entendimiento humano: estamos biológicamente programados para contar historias. Sin embargo, si alguien puede ser señalado culpable de matar la credibilidad del storytelling en el medio publicitario, es la corta mira de las empresas que han convertido la narración en una receta con instrucciones: de tan genéricas, se han vuelto clichés. 

Dead Poets Society (1989. Fuente: Caninomag.
Adiós al storytelling 

Ya desde 2013, el crítico de cine Richard Brody, juzgando las limitantes que las narrativas prefabricadas pueden ocasionar, decía: “La historia es el equivalente a una melodía musical o un marco arquitectónico: es la base, no una meta; un elemento que puede ser encantadoramente memorable o ingeniosamente concebido, pero que es simplemente un punto de partida para una obra significativa, no un resultado”.

En otras palabras: para cualquier empresa es crucial tener una identidad, y aunque el primer paso para lograrlo es entender cuál es su historia, esa es solo la base de la melodía. 

La narración de una marca es su carta de presentación ante el mundo, una afirmación de su existencia y vocación: quién es, qué valora, por qué existe, cómo desea mejorar el mundo. Bien cimentada, puede impulsar el crecimiento, generar lealtad e incrementar la confianza de los compradores, pero es en el camino del autoconocimiento donde muchas marcas han caído en malas prácticas, por ejemplo:

  • Presentar una historia inconsistentes con sus métodos o productos.
  • Prometer algo que no pueden cumplir.
  • No entender quién es su audiencia y qué busca.
  • No establecer un propósito más allá de la venta.
  • No prever las maneras en que sus mensajes pueden ser mal entendidos.
  • Contar una historia que se queda en palabras y no permea en acciones concretas.

Es aquí donde surge el storydoing como una evolución del storytelling: ya no bastan las palabras vacías, se necesitan acciones concretas, innovadoras y que dejen una huella profunda en el mundo. 

Storytelling. Fuente: Pinterest.
Las señales del buen storydoing.

Según Ty Montague, autor de True Story: How to Combine Story and Action to Transform Your Business, una marca que tiene un storydoing efectivo puede reconocerse porque:

  • Tiene una historia.
  • La historia trata sobre una ambición mayúscula que busca mejorar el mundo o la vida de las personas.
  • La historia es entendida y cultivada por los responsables del liderazgo de la marca, más allá del área de marketing.
  • La historia se está utilizando para impulsar acciones tangibles en toda la empresa, desde el desarrollo de productos, las políticas de recursos humanos, compensaciones, etc.
  • Las acciones se suman para lograr un “todo” coherente.
  • Los clientes y socios se sienten motivados para involucrarse con la historia y la utilizan activamente para promover sus propias historias. 

Para tener un lugar en el mercado moderno, las marcas necesitan definir un “gran propósito” que guíe su modelo de negocio, y trabajar por alcanzarlo con acciones definidas. Aquí entra el concepto de la responsabilidad social corporativa, que se plantea desde un marco con miras a resultados sociales, ambientales y financieros específicos, además debe ser relevante, responsable, sostenible y ético. 

Just Mercy (2019) Warner Bros.
Datos comprobados 

Los resultados hablan por sí solos: el informe Consulting Purpose 2020 de Kantar encontró que las marcas reconocidas por tener un alto compromiso con su propósito han experimentado un aumento de valoración del 175% en los últimos 12 años, en comparación con la tasa de crecimiento promedio de solo 86%.

Este es un gran momento para tomar una pausa y pensar cómo quieres que tu empresa, sin importar su tamaño, impacte al mundo. ¿Cómo puedes mejorar el día a día de tus clientes? ¿Qué soluciones innovadoras para el ambiente puedes ofrecer? ¿Qué modelo de negocios quieres generar para aumentar la calidad de vida de tus empleados, de tu comunidad entera? Ya sea que estés en proceso de descubrir tu gran propósito o que tengas un camino definido, nosotros podemos ayudarte a hacerlo realidad: no solo nos apasionan las historias, sino la gente que vive y sueña detrás de ellas.

Neuromarketing: estudiando el cerebro del consumidor

“Los hombres deben saber que las alegrías, gozos, risas y diversiones, las penas, abatimientos, aflicciones y lamentaciones proceden del cerebro y de ningún otro sitio. Y así, de una forma especial, adquirimos sabiduría y conocimiento, y vemos y oímos y sabemos lo que es absurdo y lo que está bien, lo que es malo y lo que es bueno, lo que es dulce y lo que es repugnante…”

Sobre la enfermedad sagrada, Hipócrates.

El dr. Jerry Zaltman, profesor emérito de Harvard, afirma que 95% de nuestro proceso de decisión de compra es subconsciente. De ahí que los mercadólogos prácticamente quieran “meterse” en las mentes de los consumidores para averiguar sus anhelos, motivaciones, metas, aspiraciones, y así generar lealtad a las marcas y, por supuesto, ventas.

En primer lugar… la neurociencia

La neurociencia se encarga de estudiar al sistema nervioso, conformado por el cerebro, la médula espinal y la red de células nerviosas en todo nuestro cuerpo.

Los seres humanos nos hemos preguntado desde hace siglos de dónde provienen nuestras sensaciones, cómo es que podemos movernos, oír, oler y comunicarnos mediante un lenguaje, pero son los neurocientíficos quienes se han encargado de desentrañar los misterios de nuestro cerebro.

La neurociencia se ha apoyado de varias ciencias —fisiología, bioquímica, psicología, neurología, entre otras— para su desarrollo y, a su vez, otras disciplinas se han valido de ella para su trascendencia. Tal es el caso del marketing.

Neuromarketing. Tomada de: Wasi.co
Marketing y neurociencia

En publicidad casi todo se trata de estímulos. Mediante imágenes, sonidos, aromas, las compañías “provocan” al público para que se enamore de sus marcas, compre sus productos y los recomiende a otros consumidores.

Así es como los mercadólogos decidieron valerse de la neurociencia para estudiar y conocer las reacciones de los usuarios ante los anuncios publicitarios. De esta forma podrían saber:

  • ante qué estímulos reaccionaban mejor
  • predecir cuáles mensajes tendrían un mayor impacto
  • optimizar los productos y servicios de las marcas
Explorando cerebros

 En la práctica del neuromarketing se va más allá de una encuesta o un grupo de discusión para conocer la opinión de los consumidores: se les realizan estudios como electroencefalogramas, tomografías o imágenes por resonancia magnética para monitorear qué zonas del cerebro se “encienden” al mirar determinada imagen —estática o en movimiento—, escuchar una melodía o percibir un aroma.

A partir de los resultados y dependiendo de los objetivos de la marca, se aplican técnicas que buscan empatizar con sus clientes, estimular en ellos emociones que resulten en una conexión.

Los estímulos visuales son los más eficaces porque llegan de inmediato a nuestro cerebro. Los estímulos auditivos refuerzan los mensajes e incluso pueden influir en el comportamiento. Y los estímulos kinestésicos apelan a la memoria y sensaciones mediante otros sentidos como el tacto y el olfato.

Regiones del cerebro. Tomada de rodrigolbarnes.com
No te metas con mi mente

El neuromarketing no se ha salvado de las críticas, muchos consideran sus pruebas como engañosas y sus resultados poco fiables. Sin embargo, la que más resalta es: ¿realmente nos dominan tanto las emociones que nos llevan a ser manipulables, capaces de cambiar de decisión apenas veamos o escuchemos algo que nos conmueva?

Tal vez el neuromarketing se equivoca al considerarnos un manojo de emotividad sin tomar en cuenta que también somos seres racionales, pero no por esto deja de ser una técnica interesante que puede brindar grandes aportes al marketing y a las marcas que buscan ofrecer lo mejor a su clientela.

 

Diseño democrático y pequeñas historias: así es la narrativa de IKEA

 “La vida es como armar muebles de IKEA: es difícil entender cuál es el punto; no puedes juntar las piezas, siempre falta alguna parte esencial y el resultado final nunca es el que esperabas”.

Isn’t it great be Swedish, R. Fuchs

Es poco común que una compañía de venta por catálogo decida que su misión central es la de cambiar el mundo, pero ésa es la base de la cultura corporativa en IKEA, “crear un mejor día a día para la mayoría de las personas”. Esta idea, que desde una visión cínica podría parecer poco más que una frase vendedora, ha sido fundamental no sólo para el desarrollo del modelo de negocios que la consolidara como una de las marcas más valiosas a nivel mundial, sino que fue la base de una legendaria restructuración a principios de la década del 2010 que, por medio del storytelling, salvó a la tienda de caer en el olvido.

 

La razón está en las raíces

Su pintoresca historia de origen es uno de los mayores orgullos de la tienda. IKEA nació de la imaginación de Ingvar Kamprad, un chico sueco que, habiendo nacido durante una fuerte depresión económica, creció con los valores del ahorro, el ingenio y la resiliencia como las máximas virtudes: en épocas duras nada se gastaba, ni siquiera el tiempo.

Habiendo pasado su niñez ideando pequeños negocios que ayudaran con las finanzas familiares, a los 17 años vio la oportunidad de comerciar por correo todo tipo de pequeños productos que hicieran más fácil la vida de las comunidades vecinas, frecuentemente aisladas por el paraje hostil de su provincia natal, Smaland: por medio de IKEA —un acrónimo de su nombre y las iniciales de la granja (Elmtaryd) y la villa (Agunnaryd) donde creció— vendía semillas, relojes, lápices, medias, pescados y hasta decoraciones navideñas.

La llegada de IKEA

Para 1948, Ingvar decidió aprovechar las pequeñas fábricas de mobiliario de la región e incursionó en el mercado de los muebles, siempre teniendo en mente el público al que deseaba llegar: sus vecinos smalandianos, gente práctica y frugal que valoraba ante todo la capacidad de aprovechar los recursos de manera ingeniosa, los precios bajos, la alta calidad, y que nunca tolerarían el desperdicio.

En 1953, habiendo vencido con colaboraciones y alianzas la hostilidad de otros negocios que intentaban boicotearlo, abrió su primera tienda física para que posibles clientes, aún escépticos, pudieran comprobar que sus precios bajos no estaban peleados con la calidad de sus materiales.

Ese mismo año encontró una manera de bajar aún más sus costos de producción y aumentar el cuidado y calidad de sus envíos al empacar todos sus productos desarmados y embalados de forma plana: si bien era un movimiento arriesgado que requería que los compradores armaran por sí mismos el mueble deseado, también permitía eliminar de la ecuación la costosa cadena de ensamblaje, permitiendo invertir en mejores materiales y bajar aún más sus precios finales. Era cuestión de tiempo antes de que Ikea se volviera un fenómeno mundial.

Una crisis de identidad (global)

Casi 60 años después, la tienda se enfrentaba al estancamiento. En 1975 habían llegado a Canadá, en 1980 a España, en 1985 a los Estados Unidos y en 1987 al Reino Unido: sus gigantescas tiendas de diseño laberíntico requerían regalar a los visitantes un mapa a la entrada para guiarlos por sus pasillos, su cafetería y sus centros de exhibición.

Si bien la novedad solía ser recibida con una mezcla de emoción y cierta reticencia, con los años se habían posicionado, para bien y para mal, como una marca barata y un tanto excéntrica de muebles de diseño moderno —quizás en exceso— y, al ser auto armables, se les asociaba con una cuestionable calidad, algo que solo un universitario o una pareja joven de pocos recursos compraría.

Buscando un nicho

Incluso sus más icónicos anuncios de fin del siglo XX, como “Dining Room Table” —el primer anuncio protagonizado por una pareja gay en ser transmitido en la televisión abierta de los Estados Unidos—, “Chuck Out Your Chintz” —que instaba a los ingleses a olvidarse de sus abigarrados gustos para darle una oportunidad a la modernidad escandinava—,“The Lamp”  —dirigido por Spike Jonze y ganador del Lions Grand Prix en Cannes— o “Stop Being So English” —que pedía nuevamente a los ingleses que abrieran su mente a nuevas posibilidades, esta vez en más de un sentido— parecían tener poco efecto en la manera en que se percibía la marca.

No importaba si las campañas trataban de ser divertidas, arriesgadas, curiosas o innovadoras, seguía habiendo una barrera de identificación entre el comprador y los productos: puede que en tu cabeza siguiera sonando “You will always find me in the kitchen at parties” semanas después de ver el anuncio, pero difícilmente eso afectaría tu decisión de dónde comprar tu próxima alacena, sillón o cortinas. La marca no lograba ser memorable y se enfrentaba a un declive lento, pero innegable.

Un mejor día a día

En Reino Unido, ya bajo un nuevo equipo de gestión, IKEA encargó un estudio independiente que cubriera tanto a fanáticos de la marca como a detractores, detectando puntos débiles altamente preocupantes: el problema no era la calidad, durabilidad o diseño de los muebles, sino un grave deterioro de imagen.

 La recuperación no fue fácil. El equipo de mercado decidió ir a Suecia, específicamente a Älmhult, para tratar de entender de qué se trataba la marca, qué diferenciador tenía para ofrecer. Y fue entrevistándose con Ingvar Kamprad, recorriendo las oficinas y el museo que conserva las memorias tempranas de la tienda, que entendieron que la frase clave

“crear un mejor día a día para la mayoría de las personas”

se refería al impacto que los pequeños cambios en el hogar pueden tener en la vida diaria y, en última instancia, en la felicidad personal, familiar y social. Con esto en mente, reelaboraron su metodología.

Los cuatro puntos clave de Ikea

  1. Precios tan bajos que la mayor cantidad posible de personas pudieran pagarlos
  2. Distribución accesible, que podría expandirse gracias a las ventajas del comercio electrónico
  3. Rangos específicos para cada mercado: todos los productos y su presentación en tienda pasarían por una adecuación para reflejar las necesidades específicas de cada región —por ejemplo, los tamaños de ropa de cama no habían sido adaptados, aun cuando las tallas de Estados Unidos y Reino Unido eran completamente diferentes.
  4. Comunicaciones de marketing. Este punto se reveló desde un inicio como el que podría tener un mayor y más veloz impacto, pero los costos de los medios eran excesivos para el presupuesto, así que en lugar de pagar por más anuncios o por un mejor horario, se decidió cambiar la estrategia de comunicación. 

El testamento de un comerciante de muebles

Todos estos puntos habían sido esenciales en las primeras décadas de la tienda e incluso estaban reflejados en un documento canónico que Ingvar Kamprad publicó en 1976, El testamento de un comerciante de muebles, que fue repartido en su momento a todos los empleados de la tienda y que pretendía, en nueve capítulos cortos, presentar una filosofía de trabajo, venta y vida cotidiana basada en frugalidad, honestidad, calidad y sencillez.

Con el paso del tiempo y el crecimiento hacia otros países tales principios habían quedado olvidados, pero en esta nueva reestructuración se recuperarían, buscando una innovación no desde los grandes presupuestos o la mercadotecnia aspiracional, sino desde el interior, dando una mirada diferente a las herramientas que ya se tenían y que habían quedado injustamente olvidadas en un cajón.

Las historias pequeñas son las que cuentan

IKEA necesitaba reinventar el papel que jugaba en los hogares de sus clientes, demostrando que entendían la vida cotidiana y sus íntimos detalles mejor que nadie. Reflejar el día a día sería insuficiente, por supuesto: el centro no debía estar en los productos y su uso en sí, sino en la experiencia emocional del hogar por medio de la mirada del asombro, sin perder el toque divertido e inesperado.

Los primeros intentos no fueron tan exitosos, pero eventualmente comenzaron a encontrar un nuevo enfoque. El primer anuncio que marcó esta tendencia fue “Playin’ With My Friends” (2012).

Poco después nació “The Wonderful Everyday” una de las campañas más exitosas (además de longeva, pues sigue apareciendo) en la historia de la marca, cimentando no solo la identidad de la tienda a nivel mundial, sino que propuso nuevas reglas de juego para todo anuncio relacionado con la vida hogareña.

 

“The Wonderful Everyday”

La campaña está basada en dos ángulos: inspirar a los consumidores apelando a la emoción y alentar a la acción de compra demostrando el papel que los productos podrían jugar en los hogares, permitiendo a las personas crear una vida mejor en la casa que se habita, no la que se desea de forma aspiracional.

Se desarrollaron soluciones específicas para cada segmento de clientes —basándose en ejemplos de retos concretos que se presentan en el día a día de su estilo de vida— y dirigidas a los medios adecuados para cada sector: redes sociales para los jóvenes y medios impresos para los mayores.

Gran diseño, precio justo

En lugar de imponer tendencias y modas, IKEA ha tratado de mantenerse fiel a su principio de un diseño democrático que permita a una gran mayoría de la población acceder a muebles de calidad y buen diseño por un precio justo. Adaptarse a las necesidades actuales de los compradores —como espacios reducidos y rentados, donde las adecuaciones estructurales no siempre son posibles—, así como a los diversos estilos de vida e incluso adaptar su definición de “familia” y los retos que cada una implica, también les ha ayudado a llegar a un mercado cada vez más amplio.

Incluso en tiempos en que el comercio electrónico y los medios digitales amenazan el alcance de lo impreso y lo físico, IKEA ha conseguido que sus legendarios catálogos sigan siendo centrales, asignándoles hasta el 70% del presupuesto de mercadotecnia. Esto de ningún modo está peleado con la tecnología, sino que ambas se combinan con innovación y hasta humor.

Sustentabilidad y evolución

Durante más de 70 años IKEA ha sabido evolucionar y aprovechar cada problema y catástrofe como incentivos para descubrir nuevas áreas de oportunidad y crecimiento. Incluso en un año tan difícil como 2020, que ha cambiado la manera de vivir, comunicarse y trabajar para todo el mundo, IKEA continua en busca de nuevas oportunidades para hacer mejor la vida de sus clientes: en sus diversos canales de video ahora muestran recetas de cocina e ideas sobre vida sustentable, decoración, aprendizaje y mejoramiento que se pueden utilizar en casa sin necesidad de salir o adquirir nada nuevo.

En palabras de su fundador, “Cometer errores es privilegio de los activos. Siempre son las personas mediocres las que son negativas, las que dedican su tiempo a demostrar que no se equivocaron”.

Fotos cortesía de IKEA

8 razones por las cuales tu empresa u organización (sin excepción) debería tener un blog

Hoy en día existen centenares de millones de blogs —sin exagerar—, que rápidamente se están convirtiendo en una suerte de documento de identidad de sitios web de muy distintos tipos.

Para quienes no se han convencido de la relevancia de tener un blog en el mundo actual, la siguiente lista de beneficios puede resultar útil:

1 Da más identidad a nuestro sitio que cualquier otra cosa

Los sitios web de hoy necesitan dar la sensación de dinamismo y de constante renovación. Un blog que tenga entradas periódicas no solo hace ver que hay gente real detrás de la página, sino que mientras más leemos sus publicaciones, más vamos enterando de su filosofía de vida, sus principios y su modelo de negocios.

2 Es un potencial generador de leads

El reto de quienes aportan contenido a un blog es publicar información que les parezca útil y relevante a los clientes potenciales que han hecho clic en las entradas. De esta manera, no solo pueden conocer nuestros servicios, sino también darse cuenta de que dominamos el tema, así se convencen de que podemos apoyarlos en aquello para lo que ingresaron en nuestra página.

3 Recibimos retroalimentación

Una vez que hemos publicado ese contenido relevante para los clientes existentes y posibles —si hemos habilitado los comentarios, por supuesto— podemos saber qué opinan cuando publican su opinión, dudas o preguntas, ya sea directamente en el blog o en las redes sociales de nuestra empresa.

4 Establecemos una conexión directa y orgánica con nuestras redes

No es lo mismo promovernos a través de las redes sociales de manera estática, forzada e invasiva para que visiten nuestra página, que si lo hacemos de manera mucho más natural y despertando la curiosidad de la audiencia a través de publicaciones periódicas.

5 Mejoramos el posicionamiento SEO

Por cada contenido que publiquemos con el cuidado y la minuciosidad suficientes, aumentaremos la posibilidad de mejorar nuestra posición entre las páginas de nuestro tipo que aparezcan en cualquier buscador. Aprender el manejo idóneo de SEO requiere, sobre todo, práctica, pero para los interesados, Internet está lleno de cursos, muchos de ellos gratuitos.

6 Ofrece la posibilidad de reafirmarnos como una autoridad

Mientras más profundidad, investigación y conocimiento reflejen lo que estamos expresando en las entradas, con más frecuencia recurrirán a nosotros para esclarecer dudas y nos recomendarán con otros clientes potenciales, pues nuestro blog probablemente aborde los temas con más detalle que nuestros competidores.

7 Aumentamos suscriptores

Un blog interesante y novedoso hace que los lectores quieran volver a él y, por lo tanto, querrán suscribirse. Esto significa una oportunidad para nosotros, pues una vez suscritos, los usuarios recibirán mails conectados directamente con nuestras publicaciones y visitarán con más frecuencia nuestro sitio.

8 Informamos sobre nuestros productos y servicios

Ya sea que impartamos cursos y queramos informar sobre las fechas de nuestro próximo tour o que vendamos equipos de esnórquel, un blog es un recurso orgánico y amable para notificar a nuestros usuarios de manera constante sobre lo que nuestra organización está haciendo.

Así que, si tu empresa u organización aún no tiene un blog, ¿qué estás esperando? Si no tienes idea de cómo hacerlo, siempre puedes buscar algún tutorial o contactar a un profesional que te oriente y te ayude a iniciarlo.

Foto de entrada por Georgie Cobbs en Unsplash