Consejos para que tu campaña publicitaria tenga storytelling y sea exitosa

Vender contando historias

El publicista Howard Gossage dijo que “nadie lee los anuncios. La gente lee lo que les interesa, y a veces es un anuncio”. Eso lo aseguró en los años 60, cuando los anuncios publicitarios peleaban la atención del público en espacios delimitados en medios impresos, radio y televisión.

Hoy en día cientos de publicidades no solo siguen peleando en esos lugares, también luchan por atrapar tu mirada en buscadores y redes sociales, mientras tu interés está en lo que publican tus familiares, amigos o creadores de contenido. 

No es suficiente con que el comercial presuma las ventajas de tu servicio o producto, tampoco basta con que promueva un descuento inigualable, también es necesario que cuente una historia con la que empaticen o se sientan identificados los miembros de tu público objetivo, es decir, que los contenidos comerciales necesitan un storytelling.

Un mar de historias. Tomada de: The New York Times.
El viejo arte de narrar

¿Pero por qué destacan las historias en un mar de información? El arte de narrar se puede encontrar en todas las culturas primitivas y antiguas. En ausencia del lenguaje escrito, las culturas más antiguas usaban pieles de animales, paredes de cuevas, piedras, madera e incluso arena para dibujar, comunicar y preservar sus historias con imágenes y símbolos.

El guionista Robert Mckee asegura en su libro El guion que las historias nos llaman la atención porque todos los días buscamos una respuesta a la eterna pregunta: ¿cómo debería dirigir su vida un ser humano?

“Consumimos películas, novelas, obras de teatro y televisión en tal cantidad y con un apetito tan desmedido, que las artes narrativas se han convertido en la principal fuente de inspiración de la humanidad en su búsqueda del orden en el caos y de la coherencia interna de la vida, no solamente como ejercicio intelectual, sino dentro de una experiencia personal y emotiva. La ficción da forma a la vida.”

Robert Mckee.

Descubrirnos a través de las historias. Tomada de: Wall Street Journal.
Descubriendo el storytelling

El término storytelling fue formulado en 2003 por el académico comunicólogo Henry Jenkins para definir una nueva forma de contar historias con diferentes tipos de medios, métodos y puntos de vista. 

Se trata de un mensaje enviado desde muchos canales de comunicación, con diversos contenidos que se complementan entre sí y perfilan un mensaje extenso compuesto por varios elementos que interactúan. 

Según Jenkins, la narración transmedia puede referenciar a otras historias, motivos o personajes. En este contexto, el storytelling es una forma de comunicar una idea particular con el uso de la narrativa, enfocada principalmente en estimular la atención del receptor en la multitud de mensajes que le llegan.

Historias en el trabajo. Tomada de: Graphic Change Academy.
“Hazlo simple, pero significativo”

La frase es de Don Draper, el protagonista de la serie Mad Men, que se ubica en la transformación que vivió la publicidad de Estados Unidos entre los años 50 y 60 del siglo pasado.

La frase expresa que el mensaje debe ser sencillo para conectar fácilmente con la mayoría de tu público objetivo; sin embargo, esto no quiere decir que deba ser cualquier historia, sino que debe traer consigo un significado, un trasfondo que haya cambiado alguna percepción o idea fija del personaje principal (y, por tanto, consiga que el espectador considere esa nueva percepción).

Pero, ¿cómo lograrlo?

A continuación te presentamos algunos criterios para darle storytelling a tu campaña publicitaria.

  • La historia correcta. La historia debe representar el verdadero núcleo, la esencia, la razón de ser de tu empresa, producto o servicio, ya sea que trate sobre la cronología de la compañía, de las experiencias de sus miembros u otras partes interesadas.
  • El protagonista. Puede ser tu propia empresa, un producto o servicio, un miembro de tu compañía, un cliente o un personaje de ficción que sirva como vehículo para comunicar los valores de tu campaña publicitaria. 

Puedes usar como base los arquetipos que construyó el psicólogo Carl Jung: el inocente, el amigo, el héroe, el cuidador, el explorador, el rebelde, el amante, el creador, el bufón, el sabio, el mago o el gobernante. 

Cada uno de estos arquetipos, sus propias metas, miedos, debilidades y talentos, te pueden ayudar a descubrir qué tipo de personaje necesitas para tu campaña publicitaria.

Una historia que mueva emociones. Tomada de: Gareth Brown.
  • Estructura dramática. Toda historia debe tener planteamiento, desarrollo, conflicto y desenlace.
  1. El planteamiento es cómo era el mundo antes de la historia, por ejemplo, tu empresa funciona al 100%. 
  2. El desarrollo es que algo ocurrió en ese mundo que comienza a cambiarlo: llegó una pandemia y tu mercado se transformó. 
  3. El conflicto es que esos cambios generan un debate en el protagonista, como que la pandemia baja las ventas. 
  4. El desenlace es la resolución del problema: la empresa encontró que un producto que servía para tal cosa también servía para otros fines. El desenlace también debe traer como fondo un mensaje acorde a la esencia de tu empresa, por ejemplo, que la resolución del problema fue gracias al espíritu innovador de tu personal.  
  • Trama. Es la “carnita” con la que vas a llenar la estructura dramática. Según el guionista Blake Snyder existen 10 tipos de tramas: un monstruo en casa, el vellocino de oro, la lámpara maravillosa, un tipo con un problema, rito de iniciación, colegas que se necesitan el uno al otro, ¿por qué lo hizo?, el triunfo del tonto, soy un interno y superhéroes. Cada trama tiene su propia manera de desarrollarse y encontrar el desenlace. 
  • Entretenimiento y emoción. Los temas y conflictos deben estar alineados con tendencias actualizadas relevantes para tu público objetivo. Esto para que se sientan identificados con los problemas y se sientan intrigados hasta la resolución:
  1. Singularidad. Tu narrativa debe ser diferente de las historias de marketing de otras empresas.
  2. Concisión. Debes tener la capacidad de contar la misma historia con muy pocas oraciones.
  3. Simplicidad. Una trama que no sea compleja, sin tanto detalle para que el espectador sea un co-creador.

Con todos estos criterios ya puedes comenzar a escribir la narrativa de tu producto, servicio u oferta. Toma en cuenta los límites de caracteres o de tiempo que permitan las redes sociales para crear una campaña con storytelling que te haga destacar de los demás.

Por: Andrei Vásquez.

Todo lo que un mensaje de texto puede decir de ti

Cerca de 20 mil millones de mensajes de texto son enviados, diariamente, en todo el mundo. Desde promociones y spam, hasta memes y videos de gatos tocando el piano, los mensajes de texto se han convertido en el medio de comunicación más utilizado, eficiente y confiable, superando –por mucho– a los correos electrónicos y las llamadas telefónicas. 

Y es que un mensaje no solo es versátil (ya que puede contener audio, video, fotos, gifs, emojis o todo lo anterior), sino que nos brinda “espacio, tiempo y privacidad” para leer, pensar en una respuesta y tratar de ordenar nuestras ideas antes de presionar send, lo cual es sumamente práctico, especialmente para los introvertidos.

La era virtual. Tomada de Hacking Land.

No obstante, y pese a su popularidad, los mensajes de texto siguen siendo un tema escabroso que se presta no solo a malas prácticas (acoso, abuso y fotos indebidas no solicitadas), sino también a un sinfín de errores de comunicación e interpretación que en ocasiones pueden agraviar una plática amena o incluso echar a perder una relación sentimental o de negocios. 

WASSUUUUUP

Existen reglas “no escritas” para una correcta conversación por “texto”, como evitar el uso de MAYÚSCULAS (pues dan la impresión de estar gritando) o no emplear emojis que podrían resultar ambiguos para el lector (como fuego o berenjenas, a menos de que efectivamente tratemos de comunicar que el plato de berenjena a la parmesana está muy caliente). 

No obstante, en un nivel más abajo de las palabras y los GIFs se esconden la intención, el subtexto y todo el bagaje cultural, ideológico y social, tanto de receptor como de emisor, los cuales pueden llegar a sesgar o transformar la idea principal del mensaje.

Emojis y GIFs. Tomado de: Cultura Geek.
¿Un msj te delata?

En su libro Speaking in Thumbs: A Psychiatrist Decodes Your Relationship Texts So You Don’t Have To, la psiquiatra Mimi Winsberg declara que un mensaje de texto puede revelar todo lo que necesitas saber sobre la psique de una persona. 

Empleando la metodología del thin slicing, es decir, reconocer patrones de comportamiento usando una poca de información representativa, es posible determinar ciertas actitudes conductuales por el tipo de frase que se usa (los extrovertidos son más propensos a escribir algunas palabras; los introvertidos otras), o bien, de qué manera se comunica una persona (hablar constantemente en primera persona puede ser considerado como el rasgo de alguien egoísta y poco confiable).

Un msj dice mucho de ti. Tomada de: What the girl
K

Al mismo tiempo, una relación de pareja puede construirse (o desmoronarse) a partir de la efectividad de una conversación digital codificada. Por ejemplo, en una relación saludable o estable, los mensajes suelen ser de extensiones similares, pues ambos participantes están igualmente interesados en expresarse, comunicarse y entablar una charla; cuando la balanza se inclina más hacia un lado u otro, es posible interpretar esto como el desapego por una de las partes o el exceso de persistencia de la otra.

Los mensajes que enviamos, al igual que la manera en la que hablamos o las formas que tenemos de expresarnos creativamente, son un reflejo de nuestra persona. Por más que aparentemos ser extremadamente cool o audaces y confiados al “textear” con un posible pretendiente en Tinder, la realidad es que esos mensajes son solo pequeñas migajas de la personalidad y, tal como sucede con el maquillaje o las fajas reductoras, la verdad siempre, tarde o temprano, sale a relucir.

El marketing aspiracional es ahora “inspiracional”

Hace no mucho tiempo, sin duda ya entrados en el siglo XXI e incluso un poco antes, el marketing y la publicidad tomaron una ruta distinta a la que habían seguido por décadas, es decir, anunciar, promover y vender productos mediante comerciales simples y directos donde el enfoque estaba, precisamente, en el producto y sus características y no mucho más; el mensaje era “compra” y la comunicación se daba de manera unidireccional a través de un spot en la tele o la radio, o un print en revistas y el periódico (¿los recuerdan?).

En fin, con la llegada del nuevo milenio y el adviento de frescos e innovadores medios de comunicación como los smartphones, las redes sociales, el email, los SMS y, por supuesto, internet, los anunciantes tuvieron que cambiar/evolucionar sus estrategias para no solo llamar la atención de un público cada vez más informado y bombardeado por publicidad en todo segundo, sino también hacer que su marca sobresaliera en un panorama altamente competido y globalizado.

Bombardeo en redes sociales.

La solución a esto fue el marketing aspiracional, es decir, la implementación de mensajes patrocinados, product placement y, prácticamente cualquier tipo de contenido publicitario endosado por una celebridad (o modelo o personaje extremadamente atractivo) que llevara al mortal promedio a enamorarse del producto, no por sus bondades, sino por la imagen de “éxito” y glamour proyectados por la marca. 

Los rizos de Bárbara Mori aprueban este shampoo

De Rihanna en las campañas de Puma y Matthew McConaughey manejando un Lincoln, hasta Pedrito Sola anunciando mayonesa McCormick Hellmann’s, a través del marketing aspiracional se buscaba construir la idea de la marca “premium” y vender la ilusión de que tomando Pepsi seríamos tan populares y cool como Michael Jackson. Y aunque el patrocinio de celebridades continúa siendo una práctica común en el mundo de la publicidad –basta con ver las decenas de comerciales protagonizados por Stephen Curry y Chris Paul– hoy en día la estrategia es no romantizar esos mensajes ni prometer la luna y las estrellas en una bolsa de Doritos, sino centrar la comunicación en un plano más “realista” y empático, o inspiracional.

Anuncio de Taylor Swift.
No estamos en el mismo barco

En medio de una crisis económica y sanitaria, cuando la mayoría de las personas buscan sobrevivir y no gastar millones en lujos innecesarios; cuando casi todo el mercado se compone por consumidores 2.0 (o hasta 3.0) con acceso a todo tipo de información en cuestión de segundos; cuando la pandemia de COVID-19 nos demostró que –definitivamente– no estamos todos en el mismo barco, y que mientras unos pasan su confinamiento y la actual recesión con toda comodidad en sus mansiones, otros tenemos que lidiar con la subida del precio de las tortillas; hoy no necesitamos anuncios derrochadores (que además se pueden saltar con VOD o evitar mediante streaming), sino información real, fidedigna y consejos que nos presenten los verdaderos beneficios de un producto, en lugar de quién lo usa y a qué isla griega lo llevó.

“Ser demasiado ‘aspiracional’ es ahora considerado casi repulsivo por la generación Z, quienes en respuesta han optado por usar plataformas como TikTok” –Geraldine Wharry, pronosticadora de tendencias.

Una invitación a comer pizza.

Hoy las marcas se inclinan por los influencers como voces autorizadas para comunicar sus mensajes de una manera (hasta cierto punto) más auténtica y natural, pues es más fácil relacionarse con una persona de la misma edad, viviendo en condiciones similares, que usa un producto en su vida cotidiana porque realmente cree y confía en él. 

La publicidad actual no debería presionarnos a “ser mejores”, a vivir como millonarios, a ser populares y carismáticos, cuando la realidad es que todos hacemos lo que podemos por sobrevivir, damos nuestro mejor esfuerzo por simplemente existir y llevar una vida tranquila y en paz, y si ese producto nos ayudará a ahorrar dinero o a hacer feliz a nuestra familia, pues eso es más que suficiente.

Los secretos de la deep web y la dark web

Seguramente muchos de nosotros hemos oído hablar acerca del término deep web, en referencia a la red profunda de internet, lo que hace que inmediatamente se activen las alarmas de seguridad y surjan en nuestra mente pensamientos negativos asociados a esta red. 

Quizá no todo lo que creemos saber de la deep web sea real, ya que existe otro estrato más profundo de internet que representa un peligro mayor para el usuario: la dark web. Con el fin de develar los mitos y realidades acerca del tema, en los siguientes párrafos describiremos el significado de cada una de estas expresiones, así como sus diferencias principales. 

La mala fama de la deep web

La deep web se refiere a todo aquel contenido online que no está visible en la web abierta. A diferencia de la surface web o red superficial, donde los servidores son de fácil acceso debido a los motores de búsqueda (Google, Bing, Yahoo) que indexan sus páginas, en la deep web los servidores permanecen más ocultos.

La deep web alberga grandes volúmenes de bases de datos, de tal forma que el  90% del internet corresponde a esta. En esta red es posible encontrar contenido bloqueado con contraseña, como: perfiles privados de redes sociales, cuentas bancarias, correos electrónicos, bases de datos médicas. Acceder a páginas que se encuentran en la deep web solo es posible a través de la dirección exacta. 

Generalmente, el contenido en la deep web suele permanecer escondido, ya sea porque las páginas no están en formato HTML (Hypertext Markup Language), los creadores bloquean los buscadores e impiden de forma intencional mostrar la página, se requieren contraseñas para acceder a la información (por ejemplo, datos confidenciales de una empresa) o porque los buscadores no se interesan en el contenido publicado. 

Estratos de la web. Tomada de Futuro Prossimo.
Razones para no utilizar la dark web

Dentro del enorme universo de la deep web se encuentra la dark web (red oscura). Aunque ambos términos suelen utilizarse de forma intercambiable por algunos usuarios de internet, dichas expresiones no deben confundirse ya que no son lo mismo. 

La dark web es un desafío a la legalidad y representa un gran riesgo para todo aquel que se atreve a ingresar, puesto que las páginas web ocultas deliberadamente no pueden ser visitadas utilizando navegadores convencionales.  

Para poder acceder a este tipo de páginas se requiere de un software especial como TOR (The Onion Router), que trabaja utilizando varias capas. Este navegador redirige el tráfico de internet ocultando la ubicación y el usuario, así como encriptando cada mensaje y contenido. 

Al entrar a la dark web el usuario ingresa a un mundo clandestino donde es posible encontrar toda clase de información y servicios que ponen en peligro su seguridad. 

Y es que, si bien es cierto que en la dark web podemos encontrar contenido que se encuentra dentro del marco legal como publicidad digital, tesis, papers, clubs de lectura y el resto de temas que normalmente hallaríamos en la internet superficial, también es una realidad que en la dark web abundan contenidos maliciosos (malware) utilizados para fines ilegales como el comercio de armas, drogas y la publicación de videos sensibles, servicios de hacking, falsificación de documentos, entre otros.

El lado oscuro de la web. Tomada de The Daily Beast.
Para dejar más claro el tema…

Las diferencias entre la deep web y la dark web son:

  1. La deep web engloba toda esa información que está online pero a la que no se puede acceder públicamente. Para acceder a la dark web se requiere de aplicaciones específicas, como TOR.
  2. El universo de la deep web abarca el 90% del contenido de internet, en tanto que la dark web ocupa el 0.1% de esta
  3. La deep web no necesariamente es sinónimo de ilegalidad, ya que aquí se puede encontrar información completamente legal como bases de datos empresariales, perfiles privados de redes sociales, información médica y científica, correos electrónicos, información de cuentas bancarias. En la dark web el contenido es principalmente ilícito y existen “túneles de tráfico virtual”, lo que supone un enorme riesgo para la seguridad del usuario. 
  4. Los usuarios de la dark web están expuestos a algunos tipos de malware como keyloggers, malware de botnet y ransomware.

En la deep web el contenido permanece simplemente oculto (en muchos casos, por razones de seguridad) pero en la dark web la no indexación de las páginas web es completamente intencional y ampliamente enfocada a actividades indebidas.

The dark web. Tomada de CCCB Lab.

Por: Verónica González.

10 características que hacen a un contenido VIRAL

En el contexto del marketing de contenidos, algo “que se hace viral” es un material (artículo, blogpost, juego, trivia, vlog, podcast, infografía) que ha sido bien recibido en redes sociales y es ampliamente compartido. 

No todo puede ser contenido viral. En general, este se basa en dos cualidades: 

  • El contenido en sí mismo es digno de ser compartido.
  • El material se difunde con la suficiente amplitud como para aprovechar los beneficios de las redes.

Además, existen ciertas características que dotan a un contenido de viralidad y son:

Las 10 razones por las que compartimos un contenido y lo volvemos viral

 

  1. Es súper divertido. Todos necesitamos descansar de la seriedad de la rutina diaria, y un contenido que nos hace reír a nosotros y a quienes se lo compartimos es un elevador natural del estado de ánimo.
  2. Contiene información increíble. Cuando una información te deja boquiabierto no puedes resistirte a mandársela a tus amigos y familiares para obtener una reacción similar. 
  3. Es profundamente emotivo. Los videos, blogs, podcasts, etc. que “tocan” nuestras emociones, son ideales para compartir porque nos gusta conectarnos con otros a través de la experiencia.

    Tomada de The New York Times.
  4. Coincide con nuestra forma de ver el mundo. En estos tiempos todo mundo tiene una opinión, así que cuando encontramos un contenido que respalda nuestros valores o refuerza nuestro punto de vista es lógico que nos guste y queramos enseñarlo a quienes tienen ideas afines a las nuestras.
  5. Nos hace pensar. Cuando un contenido nos hace detenernos a reflexionar sobre las grandes preguntas de la vida, a menudo queremos compartirlo para que otros también hagan una pausa y miren “the big picture” de vez en cuando.
  6. No lo cubrieron los grandes medios de comunicación. Las noticias provocativas o relevantes que pasan desapercibidas en los principales medios de comunicación y terminan en sitios en línea pueden atraer a una gran audiencia.

    Tomada de Pinterest.
  7. Hace sonreír. Todos necesitamos recordar periódicamente el lado luminoso de la vida, así que el contenido simpático, lindo y optimista sirve a este simple propósito.
  8. Es dramático. Nuestra cultura ama un buen drama, y algo que lo contenga en altas dosis seguro que va a ser difundido por los cibernautas.
  9. Es vergonzoso. Mientras más difícil de ver sea algo, más lo van a querer ver. El contenido que explota los momentos más vergonzosos de las personas suele ser un placer culposo para los internautas.

    Tomada de Arena pública.
  10. Es provocativo… pero no tanto. La mayoría de nosotros no podemos resistirnos a ver un poco de contenido atrevido o picante, pero no tanto que no se pueda mostrar abiertamente, sobre todo si estamos en la oficina o algún otro sitio donde hay que ser razonablemente formal.

Para muchos creadores el único y principal objetivo es hacer algo “viral”, pero la verdad es que la gran mayoría de sus materiales, incluso los de muy buena calidad, no obtendrán la atención generalizada. Sin embargo, si aplicamos estas claves de la viralidad, con suerte podremos aumentar las posibilidades de que nuestros contenidos reciban la atención que merecen.

El encanto de los emojis

A veces un emoji dice más que mil palabras, gracias a ellos demostramos si estamos tristes, enojados, enamorados, eufóricos, en medio de un ataque de risa, etc. Actualmente, usamos esas caritas amarillas y esos pequeños dibujos casi a diario, pero su historia no es reciente, así que para conmemorar el Día del Emoji, que se celebra cada 17 de julio, aquí te la contamos.

 Inicios: el emoticono =D

Los antepasados de los emojis fueron los emoticonos, símbolos creados a partir de signos de puntuación —caracteres ASCII— y que comenzamos a utilizar cuando mandábamos SMS de texto.

  • Los inicios se remontan al año 1857, cuando el National Telegraphic Review and Operators Guide plasmó el número 73 en código morse como expresión de “amor y besos”.
  • En 1881, la revista Puck publicó por primera vez cuatro emoticonos tipográficos: alegría, melancolía, indiferencia y asombro.
La llegada del emoji

Tuvieron que pasar varios años para que los emoticonos evolucionaran hasta convertirse en los emojis que conocemos hoy en día. Si tenías duda del significado de esta palabra, aquí te lo compartimos: es una palabra japonesa en la que e, es imagen y moji, carácter.

  • El primero del que se tiene registro surgió en 1995, se trataba de un símbolo de corazón que aparecía en las opciones de los móviles Pocket Bell.
  • Fue hasta 1999 cuando la plataforma de internet móvil NTT Docomo, encargó al japonés Shigetaka Kurita el diseño de los primeros 176 emojis para sus teléfonos. Se trataba de dibujos en cuadrículas de 12 x 12 píxeles y para hacerlos se inspiró en los íconos que usaban los reportes del clima de aquella época.

    Shigetaka Kurita. (Tomada de: Vos TV).
  • Los emojis de Kurita fueron un gran éxito y en 2010 se aceptó una propuesta para poderlos incluir en todas las plataformas. Para el 2011 Apple agregó un teclado especial para los nuevos íconos y un año después Android también los añadió.

Estos símbolos marcaron una forma dinámica de comunicación y ahora los podemos encontrar en cualquier dispositivo. Se han establecido algunas reglas para las empresas que los usen en sus aparatos electrónicos, como: añadir un borde negro, los animales deben mirar siempre a la izquierda y tienen que medir por mucho 18 x 18 píxeles.

Evolución del emoji

Los emojis han ido evolucionando a la par de los cambios sociales y culturales a lo largo del tiempo. Se han agregado íconos que apoyan la diversidad ideológica, cultural y sexual: algunos ofrecen la posibilidad de cambiar el color de la piel, otros incluyen personas en silla de ruedas, personas sordas e incluso parejas del mismo género, entre otros.

(Tomada de: Siga Chile).
¿Qué significan?

Debido a que los emojis nacieron en Japón, muchos se encuentran relacionados con esa cultura. Así que, si en alguna ocasión te has preguntado el significado de alguno de ellos, puedes encontrarlo en la Emojipedia, un increíble diccionario virtual creado por Jeremy Burge, que puede darte pistas de cada dibujo.

Por ejemplo, seguramente no sabías que el trío de monos —uno tapándose los ojos, otro las orejas y uno más la boca— se relacionan con un proverbio japonés que dice “no ver el mal, no oír el mal, no hablar el mal”. Mientras que el caso del emoji de mujeres con orejas de conejo y leotardo negro representa a humanos con características animales que comúnmente aparecen en la animación japonesa.

“no ver el mal, no oír el mal, no hablar el mal”

Aunque la Emojipedia pueda ofrecernos datos interesantes del mundo de los emojis, cada país y cada persona le da una interpretación diferente, eso es lo que los hace universales y les da un toque divertido a nuestras pláticas virtuales.

 

 

Storydoing: no me lo cuentes, muéstralo

Es bien sabido que una imagen vale más que mil palabras, pero una acción es aún más contundente. Por eso, más allá de ser la buzzword de moda en mercadotecnia, el storydoing propone una visión más activa, honesta y concreta para crear una identificación con los consumidores al momento de contar la historia de nuestra marca. 

Proclamar la “muerte” de la narrativa sería absurdo, pues es la esencia misma del entendimiento humano: estamos biológicamente programados para contar historias. Sin embargo, si alguien puede ser señalado culpable de matar la credibilidad del storytelling en el medio publicitario, es la corta mira de las empresas que han convertido la narración en una receta con instrucciones: de tan genéricas, se han vuelto clichés. 

Dead Poets Society (1989. Fuente: Caninomag.
Adiós al storytelling 

Ya desde 2013, el crítico de cine Richard Brody, juzgando las limitantes que las narrativas prefabricadas pueden ocasionar, decía: “La historia es el equivalente a una melodía musical o un marco arquitectónico: es la base, no una meta; un elemento que puede ser encantadoramente memorable o ingeniosamente concebido, pero que es simplemente un punto de partida para una obra significativa, no un resultado”.

En otras palabras: para cualquier empresa es crucial tener una identidad, y aunque el primer paso para lograrlo es entender cuál es su historia, esa es solo la base de la melodía. 

La narración de una marca es su carta de presentación ante el mundo, una afirmación de su existencia y vocación: quién es, qué valora, por qué existe, cómo desea mejorar el mundo. Bien cimentada, puede impulsar el crecimiento, generar lealtad e incrementar la confianza de los compradores, pero es en el camino del autoconocimiento donde muchas marcas han caído en malas prácticas, por ejemplo:

  • Presentar una historia inconsistentes con sus métodos o productos.
  • Prometer algo que no pueden cumplir.
  • No entender quién es su audiencia y qué busca.
  • No establecer un propósito más allá de la venta.
  • No prever las maneras en que sus mensajes pueden ser mal entendidos.
  • Contar una historia que se queda en palabras y no permea en acciones concretas.

Es aquí donde surge el storydoing como una evolución del storytelling: ya no bastan las palabras vacías, se necesitan acciones concretas, innovadoras y que dejen una huella profunda en el mundo. 

Storytelling. Fuente: Pinterest.
Las señales del buen storydoing.

Según Ty Montague, autor de True Story: How to Combine Story and Action to Transform Your Business, una marca que tiene un storydoing efectivo puede reconocerse porque:

  • Tiene una historia.
  • La historia trata sobre una ambición mayúscula que busca mejorar el mundo o la vida de las personas.
  • La historia es entendida y cultivada por los responsables del liderazgo de la marca, más allá del área de marketing.
  • La historia se está utilizando para impulsar acciones tangibles en toda la empresa, desde el desarrollo de productos, las políticas de recursos humanos, compensaciones, etc.
  • Las acciones se suman para lograr un “todo” coherente.
  • Los clientes y socios se sienten motivados para involucrarse con la historia y la utilizan activamente para promover sus propias historias. 

Para tener un lugar en el mercado moderno, las marcas necesitan definir un “gran propósito” que guíe su modelo de negocio, y trabajar por alcanzarlo con acciones definidas. Aquí entra el concepto de la responsabilidad social corporativa, que se plantea desde un marco con miras a resultados sociales, ambientales y financieros específicos, además debe ser relevante, responsable, sostenible y ético. 

Just Mercy (2019) Warner Bros.
Datos comprobados 

Los resultados hablan por sí solos: el informe Consulting Purpose 2020 de Kantar encontró que las marcas reconocidas por tener un alto compromiso con su propósito han experimentado un aumento de valoración del 175% en los últimos 12 años, en comparación con la tasa de crecimiento promedio de solo 86%.

Este es un gran momento para tomar una pausa y pensar cómo quieres que tu empresa, sin importar su tamaño, impacte al mundo. ¿Cómo puedes mejorar el día a día de tus clientes? ¿Qué soluciones innovadoras para el ambiente puedes ofrecer? ¿Qué modelo de negocios quieres generar para aumentar la calidad de vida de tus empleados, de tu comunidad entera? Ya sea que estés en proceso de descubrir tu gran propósito o que tengas un camino definido, nosotros podemos ayudarte a hacerlo realidad: no solo nos apasionan las historias, sino la gente que vive y sueña detrás de ellas.

Dibujo mi vida y cuento una historia

Cuenta la leyenda que el primero que hizo un Draw my life fue el cantante irlandés Bry, quien en 2011 publicó un video en YouTube donde contaba sus 22 años de vida con dibujitos que iba haciendo y borrando sobre la marcha.

De eso se trató en un principio Draw my life, de contar autobiografías con imágenes que se van dibujando durante la narración. Pero como dice la trillada frase, “una imagen vale más que mil palabras”, acompañar un relato con dibujitos fue un mix mágico que ya es un subgénero bien establecido entre los youtubers.

De contar la propia historia se pasó a hablar de las de otros, a relatar sucesos históricos, cuentos de terror o chismes del espectáculo, a hacer tareas escolares o presentaciones novedosas, en fin, Draw my life resultó un recurso inagotable para hacer storytelling.

¿Cómo se hace?

En realidad, no importa que uno sea malísimo para dibujar, hay algunos Draw my life que prácticamente están hechos con bolitas y palitos —claro que mientras más “arte” tenga más atractivo puede resultar.

Hay que preparar previamente un storyboard, es decir, una serie de cuadros donde especifiquemos qué dibujos estarán en cada parte de la narración.

Pasando a la autobiografía, se hace esencial —además de “presentar credenciales”, como dónde nacimos o quiénes son nuestros padres— identificar los sucesos trascendentes en nuestras vidas, aquellos que significaron una transformación o nos fueron llevando a lo que somos actualmente.

En cuanto a la edición, existe una multitud de aplicaciones que nos permiten darle la velocidad y efectos deseados a nuestro video.

Érase que se era

Lo que sí es realmente importante es saber contar una historia de forma clara y bien estructurada.

Una buena guía para armar el relato es seguir “el camino del héroe” —desarrollado por el profesor Joseph Campbell.

Es la forma más tradicional y antigua de contar, y se puede encontrar desde en textos antiguos, como la Odisea de Homero o las aventuras del Rey Arturo y los caballeros de la mesa redonda, hasta las sagas de Star Wars y Harry Potter.

Hay un héroe, un joven inexperto que de pronto se vuelve el elegido para una misión, para cumplirla debe emprender un viaje lleno de obstáculos donde tendrá aliados, un maestro que le guiará, una dama a la que deberá rescatar y enemigos por vencer.

Esto se traduce en una estructura que contiene:

  1. Introducción o inicio, donde se describe al personaje y el ambiente que lo rodea.

  2. Desarrollo o nudo, que presenta los sucesos de la historia, las aventuras y problemas del personaje. Estos conflictos van aumentando hasta llegar al clímax, o sea el nudo mayor de la historia.

  3. Desenlace, la solución del conflicto y estado actual del protagonista.

Todos dibujan mi vida

La popularidad de Draw my life es inmensa. Una búsqueda simple nos da un resultado de 96 millones de videos y el canal Draw my life en español tiene 3.97 millones de suscriptores.

Draw my life es un gran recurso para contar nuestras historias o las de nuestras empresas, para reseñar películas, series o libros y una de sus grandes aplicaciones está en la educación, en videos didácticos sobre historia universal, personajes inspiradores, resolución de problemas como bullying, maltrato animal o el calentamiento global.

Ahí donde se pueda contar una historia, ahí puede estar Draw my life.

Imagen de portada por Frank Romero en Unsplash

Contenido generado por el usuario o por qué las GoPro se venden solas

Hoy en día las empresas que mejor saben vender y venderse evitando la publicidad tradicional, son las que más entienden las necesidades no solo del consumidor moderno, sino de la persona detrás. Con el paso de unos pocos años se ha vuelto indiscutible que GoPro es uno de estos casos.

Una de las múltiples maneras en que está innovando es a través de sus estrategias de marketing de contenidos: un claro ejemplo es su enfoque al contenido generado por los usuarios, conocido universalmente como «user generated content» en el siempre cambiante mundo del marketing y su constante introducción de anglicismos.

Se trata de hacer que tanto los consumidores ya fieles como los potenciales de una marca (usuarios), proporcionen por sí mismos aquello que la va a promover y definir (su contenido). Pero ¿cómo lo hace GoPro? Valiéndose, como lo están haciendo todas las empresas que se amoldan a esta era virtual, en las redes sociales, que resultan fundamentales en muchos sentidos.

Ponerse la camiseta

La campaña de GoPro, que ya no puede llamarse “campaña” como tal pues desde hace varios años quedó instaurada como un mecanismo fijo, ha consistido en hacer un llamado a todos los seguidores de las redes sociales de la marca a compartir su contenido mediante el uso de hashtags y otro tipo de recursos característicos de páginas como Instagram, para viralizarlo —y a sí mismos— al momento. De tal suerte que las posibilidades de las distintas cámaras y productos de GoPro, su alcance y su calidad hablan por sí solos en cuanto el usuario las comparte.

Y no es difícil explicar el concepto, pues, una vez echada a andar la maquinaria, los engranajes del contenido generado por los usuarios están en constante movimiento. Mientras más va convenciendo un producto, más seguidores va teniendo y (en casos como el que nos atañe) más contenido generan estos.

Los de GoPro crecen exponencialmente: son ya más de 17 millones solo en el sitio oficial de Instagram. Esto da una idea de cuántos videos y fotografías generan estos cómplices-consumidores que, poniéndolo en términos atléticos, se ponen la camiseta de GoPro (analogía que va muy bien pues por lo menos la mitad de quienes comparten su contenido son del ámbito deportivo).

La era de compartir

Lo que nos lleva a un término que ha circulado por un par de años: la «democratización del contenido». Los usuarios crean una sociedad en torno a la marca y, con base en el contenido que generan todos los días y gracias al concepto de los likes, se va estableciendo cuál es el de mayor calidad (o relevancia de algún tipo, pues de otro modo no tendrían la cantidad de “me gusta” que tienen) día con día o mes con mes.

Por extensión, todo producto exitoso en redes sociales lleva a crear alianzas estratégicas con otras empresas y marcas persona. En la era de compartir, que nuestro producto crezca por sí mismo resulta casi inconcebible. Al darse cuenta de  ello GoPro, ha generado a través de los años alianzas con empresas líderes tanto del contenido viral como del audiovisual. Véase particularmente la que tiene con Red Bull.

Además del marketing, en esta simbiosis Red Bull y GoPro hacen que el espectador no solo tenga una perspectiva más amplia de los deportes extremos, sino que la conexión del ser humano con el entorno vaya mostrándosenos cada vez menos forzada y más natural por la perspectiva de las cámaras-hombre, ya que, después de todo, empiezan poco a poco a convertirse en un solo ente.