La edición 96 de los Premios Oscar de la Academia galardonará a lo mejor del cine de Hollywood el próximo 10 de marzo. Una vez más, existe un desbalance en la categoría de mejor dirección, con poca presencia de mujeres cineastas. ¿Por qué es importante que este desequilibrio desaparezca?
Una entrega de premios suena como un evento superficial, sin embargo, cada año es más necesario que sirva como escaparate para que se reconozca el trabajo de las mujeres en esa industria, sobre todo en los puestos de dirección.
En 2024 solo hay una mujer entre las cinco personas nominadas a mejor dirección: la cineasta francesa Justine Triet por su trabajo en la película Anatomía de una caída. En 2023 ninguna mujer fue nominada en esta categoría.
De hecho, de acuerdo con la revista hollywoodense Variety, en 96 años de historia de los premios Oscar, solo ocho mujeres han sido nominadas a mejor dirección:
- Lina Wertmüller (Pascualino siete bellezas en 1977);
- Jane Campion (The Piano en 1994 y The Power of the Dog en 2022);
- Sofia Coppola (Lost in Translation en 2004);
- Kathryn Bigelow (The Hurt Locker en 2010);
- Greta Gerwig (Lady Bird en 2018);
- Chloé Zhao (Nomadland en 2021);
- Emerald Fennell (Promising Young Woman en 2021);
- y la mencionada Justine Triet.
Un poco de historia
Según la columnista Sonia Rao del Washington Post, los estudios de Hollywood fundaron la Academia para pacificar cuestiones laborales ante el surgimiento de sindicatos y para promover una visión positiva de la industria ante el público.
“Es decir, los premios de la Academia nunca se trataron solo de arte. Ser honrado por sus pares es sin duda el punto culminante de una carrera. Es especialmente un impulso de visibilidad para quienes trabajan en oficios, como el sonido o el diseño de vestuario”, escribe Rao.
Es más, Rao cita al analista de la industria cinematográfica Stephen Follows para mencionar que las películas nominadas al Oscar no siempre son las mejores: “cuanto más miro los datos o escucho historias y hablo con la gente, más me doy cuenta de que es como decir que los líderes políticos a cargo son las mejores personas”.
En el estudio What Happens When Women Take The Lead (¿Qué sucede cuando las mujeres toman la iniciativa?) de Gabriella Saxon, se resalta que “si bien el cine ha sido una industria importante desde principios del siglo XX, las mujeres tuvieron limitaciones en cuanto a su participación. La idea de que una mujer dirigiera sola un proyecto completo ni siquiera fue factible hasta los años 30”.
Las nominaciones al Oscar importan
Sonia Rao entrevistó a varios especialistas de esta industria para conocer la importancia de las nominaciones al Oscar, la cual se puede resumir en las siguientes razones:
- Inspiradoras: los logros pueden conseguir que más personas se sientan representadas por la persona que está triunfando y asuman su discurso como propio.
- Económicas: una nominación lleva a más gente al cine, lo que puede garantizar que una cineasta pueda financiar más proyectos o que sea apoyada por los grandes estudios.
- Sociales: las entregas de premios hacen más visibles algunas cintas lejanas al circuito comercial, las cuales tocan historias que pueden sensibilizar sobre temas o sectores de la población que no están en el centro del debate.
Nuevas historias por contar
Entonces los premios son un impulso para que las directoras sigan realizando películas y para que más mujeres cuenten historias en este formato que, según Gabriella Saxon, es relevante porque entre más directoras estén detrás de cámaras, veremos más mujeres reales, lejos de los estereotipos.
“El cine refleja quiénes somos en términos de preocupaciones sociales, personales y culturales en determinados momentos. Esto tiene el efecto de demostrar simultáneamente las peores partes de nosotros mismos y las mejores personas que podríamos soñar ser”, escribe Saxon.
Por último, Saxon concluye que “la representación detrás de la cámara es vital, pero lo más importante es que debemos centrarnos en cómo se trata a las mujeres que llegan allí. Elevar las voces de mujeres y directores de minorías diversifica el catálogo”.
“Significa que más personas pueden encontrar esperanza, amor y solidaridad en el cine, que anteriormente excluía ese derecho a cualquiera que no fuera blanco y hombre”, concluye Saxon.
Al final, como escribe la directora de cine libanesa Nadine Labaki: “el cine no se trata solo de hacer soñar. Se trata de cambiar las cosas y hacer pensar a la gente”.
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