Hace unas cuantas décadas, fueron la sensación, todos querían poseerlos, pero no cualquiera lo lograba. En su auge, muchos dispositivos fueron de utilidad, aunque hoy estén prácticamente muertos, descontinuados, y nos preguntemos cómo fue que alguna vez nos parecieron tan maravillosos: son los objetos-cadáver.
Esos dispositivos electrónicos en sus días fueron de lo más cool, pero muy pronto los sustituyeron otros más eficientes, prácticos, con mejores funciones y mayor capacidad. Hoy, en nuestro altar de difuntos, colocamos estos objetos-cadáver, los recordamos y les deseamos que descansen en paz.
1. El disquete o floppy disk
Desarrollado por David Noble para International Business Machines Corporation (IBM), el disquete es la USB del ayer, más grande (un cuadrado de tres y media pulgadas era el más común), más plano y con muchísimo menos almacenamiento. Haciendo cuentas, una memoria USB de un gigabyte equivale aproximadamente a ¡711 disquetes de 1.44 megabytes!
Aunque IBM lo lanzó en los años 70, en México vivió su auge en la década de 1990, cuando las computadoras personales empezaban a llegar a las escuelas y las casas. Había cajitas de plástico especiales para guardar los disquetes porque, si los dejabas fuera, se podían maltratar y perdías los pocos archivos que les cabían ¡así de delicados eran!
Y bueno, el tiempo pasó, las USB llegaron y se convirtieron en la nueva maravilla del almacenamiento. Los disquetes fueron olvidados y descontinuados en 2011. Si te queda alguno por ahí, colócalo en tu ofrenda, es un muertito que en alguna época cumplió modestamente con su cometido.
2. El bíper
En los años 90, quienes tenían bíper eran importantes, aunque la verdad es que comunicarse por estos pequeños aparatitos era todo un rollo. Si querías mandar un mensaje, tomabas tu teléfono fijo, llamabas a una operadora, le dabas el número de bíper y tu recado (cortito ¿eh?), lo escribía y lo mandaba (por señales de radio) a quien tenía el bíper. Al recibir el mensaje, sonaba un beep-beep (de ahí su nombre) y el destinatario leía el mensaje en la pantallita de cristal líquido.
Aunque fue inventado en los años 50, fue hasta los 70 cuando el bíper se usó para mensajería de emergencia en los hospitales. En los 90, se popularizó entre la población general y, a principios del siglo XXI, fue enviado al panteón de los objetos-cadáver frente al surgimiento de los teléfonos inteligentes.
3. El laserdisc
Haz de cuenta que era un CD, pero del tamaño de un vinilo (30 cm de diámetro) y servía para reproducir películas. Tanto el reproductor como los laserdisc eran supercaros, por lo que, para muchos, la experiencia fue reproducirlos en casa del amigo rico o despilfarrador.
Philips y MCA lo lanzaron al mercado en 1978, cinco años antes del CD, así que te podrás imaginar que este, pequeño, compacto y con mayor capacidad, sepultó al laserdisc, el cual no llegó ni a ver el nuevo siglo.
4. El minidisc
Era todo un señor gadget: Sony creó un disco más pequeño que un CD, aunque tenía menos capacidad, servía para grabar o para reproducir y tenía muy buena calidad de audio, además, ¡el reproductor era tan bonito…! (y tampoco salía barato).
En realidad, el minidisc fue un lindo y elegante dispositivo de transición, un puente del casete al disco compacto que tuvo su principio en 1992 y su final en 2014. Préndele una veladora por sus 22 añitos de vida.
5. El fax
Era un teléfono con escáner e impresora. Tú tenías uno o varios papeles por mandar, ya fueran textos o imágenes (o texto escrito a mano o dibujos o lo que pudieras poner en una hoja de papel). Marcabas un número y, cuando recibías una señal, comenzabas a pasar las hojas por una ranura, estas se escaneaban y se enviaban al destinatario, quien veía cómo poco a poco se imprimían en su propio fax.
Fue muy útil, sobre todo en el entorno laboral, desgraciadamente, con la llegada de internet y el correo electrónico, dejó de ser necesario. El fax es el objeto más antiguo de por aquí, ya que se empezó a trabajar en su tecnología desde el siglo XIX, se usó masivamente durante la segunda mitad del siglo XX y, aunque no lo creas, más que cadáver ¡es un zombi! Ha evolucionado al fax virtual, pero probablemente no muchos lo utilicen.
Advertencia: las descripciones de estos dispositivos fueron anecdóticas, originadas de la nostalgia. Es muy probable que no hayan sido precisas técnicamente o los dispositivos puedan recordarse desde otras experiencias. Que cada quien honre a los objetos-cadáver a su manera.
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