Pomodoro: el truco laboral para aumentar tu productividad

Técnica pomodoro

Las estrategias de gestión de tiempo están diseñadas para esos momentos cuando la lista de pendientes te rebasa y, en ese sentido, la técnica Pomodoro es ideal para retomar el control de un modo productivo y hasta entretenido. Aquí te contamos. 

En esencia, la técnica Pomodoro consiste en separar las sesiones de trabajo por descansos breves “para estimular la productividad y, a la vez, disminuir el cansancio mental”, de acuerdo con la definición de Asana, un software gestor de proyectos.  

Qué demonios es la técnica Pomodoro 

A fines de la década de los 80, el ingeniero informático Francesco Cirillo desarrolló la técnica Pomodoro cuando todavía era un estudiante universitario, básicamente, porque no lograba administrar ni su tiempo ni su productividad. 

Se le ocurrió dividir sus sesiones de estudio en diez minutos de concentración y utilizó un cronómetro con forma de tomate que se usa en la cocina italiana. Pomodoro significa ‘tomate’ en el idioma del país de la pizza (acá entre nos, podríamos decirle técnica Tomate). 

Después de experimentar con los tiempos de cada sesión y sus interrupciones, Cirillo dio con la mejor combinación, que a la postre definiría como técnica Pomodoro: descansos de cinco minutos entre sesiones de trabajo de 25, con un receso más prolongado luego de cuatro repeticiones.   

¿Cómo aumenta la productividad?  

De acuerdo con el sitio web HubSpot, “la técnica Pomodoro es efectiva por una simple razón: aprenderás a manejar tu tiempo”. 

Las distracciones son inevitables y esta técnica te ayuda a administrarlas sin que interrumpan tu flujo de trabajo, ya que también está diseñado para romperse cada 25 minutos.   

Además, esta manera de gestionar el tiempo contribuye a mejorar tu velocidad sin sentirte presionado, puesto que sabes cuántos minutos necesitas para resolver tus tareas.   

“Si trabajas en proyectos que demandan un alto nivel de concentración y enfoque, como la escritura, la programación o el diseño, la técnica Pomodoro puede ser especialmente efectiva. Dividir estas tareas en intervalos de tiempo definidos te ayuda a evitar la fatiga mental y a mantener una alta calidad de trabajo a lo largo del día”, se lee en HubSpot. 

Además, funciona con tareas repetitivas que pueden lucir como una montaña infranqueable. Por ejemplo, tu primera sesión de 25 minutos la puedes utilizar para responder correos, devolver llamadas o crear listas de tareas que necesitarás a lo largo del día. 

También ayuda a combatir la procrastinación porque, una vez que inicia el conteo de tiempo, se vence la resistencia inicial y sabes que muy pronto tendrás la oportunidad de relajarte.  

Según HubSpot “incluso si ya eres bastante organizado, la técnica Pomodoro puede proporcionarte una estructura adicional para tu día de trabajo, ayudándote a priorizar tareas, gestionar el tiempo de manera más efectiva y mantener un equilibrio entre trabajo y descanso”. 

Cómo adoptar la técnica Pomodoro 

A continuación, te compartimos una recopilación de tips para incorporar la técnica Pomodoro a tu rutina y sacarle el mayor jugo posible.  

  • Como decíamos anteriormente, usa el primer Pomodoro para realizar tareas pequeñas y desglosar los proyectos más complejos. 
  • Si una tarea requiere más de cuatro sesiones, divídela en pasos más pequeños que puedas administrar en varias sesiones. 
  • Arranca con labores sencillas para tener una sensación de avance. 
  • Si surge un nuevo pendiente pequeño, añádelo a un bloque de tareas simples para el final del día, a menos que sea urgente.   
  • Las interrupciones son inevitables, trata de administrarlas en tus descansos.   

Cómo aprovechar los descansos 

Lo ideal es usar cada break de cinco minutos para despejar la mente, no hacer nada que demande demasiado esfuerzo y, de ser posible, quitar la mirada de la pantalla. Sin embargo, también puedes administrarlos para responder correos o chats, escuchar preguntas o revisar una red social ¡de manera moderada! 

Aquí algunos tips para hacerlos productivos: 

  • hacer estiramientos; 
  • caminar; 
  • organizar el escritorio; 
  • comer algo; 
  • preparar un café o un té; 
  • o escuchar música. 

También puedes aprovechar un descanso para entrar a tu blog favorito (por ejemplo, el nuestro) y leer contenidos de este tipo: El enamoramiento afecta al cerebro, ¿o es al revés?