Las casas de subastas y el arte de vender al mejor postor

En el mercado del arte y de los bienes materiales de alto valor económico, artístico y cultural intervienen las casas de subastas, empresas que se dedican a vender bienes a quienes ofrezcan una mayor remuneración por estos. 

Las casas de subastas funcionan como un intermediario que establece el contacto entre los compradores y los vendedores. Conforme la subasta u oferta del bien se lleva a cabo, los compradores van elevando los precios, como una especie de competencia para ver quién ofrece mayor cantidad. Todo a partir de un precio inicial de salida establecido por un experto que se encarga de determinar el valor del bien. El comprador que ofrezca una mayor cantidad es quien resultará vencedor, adquiriendo el bien en propiedad. 

Mientras que algunas casas de subastas se dedican a la venta de bienes de un solo sector, otras comprenden distintos sectores, que a su vez cuentan con departamentos especializados para cada tipo de bien. 

Subasta. Tomada de Tenor.
Christie’s y otras casas de subastas importantes

En la actualidad, las empresas de subastas con mayor prestigio y trayectoria en el mundo son Christie’s y Sotheby’s, nacidas en el siglo XVIII en Londres. Sin embargo, existen otras más de renombre como Bonhams, Phillips de Pury & Company y Dorotheum, las dos primeras también fundadas en Londres y la última en Viena. 

Estas grandes casas de subastas instauran las reglas del mercado del arte y de los bienes antiguos y contemporáneos, llegando a establecer precios millonarios por la venta de los bienes, que se estiman en dólares, libras esterlinas y euros; incentivando a las personas más ricas y apasionadas por el arte a las competiciones para adquirir alguno o algunos de estos bienes. 

Fachada de la casa de subastas Sotheby’s, en Londres. Tomada de Antiques Trade gazzette.

Aunque se considera a Sotheby’s fundada en 1744 como la casa líder de las subastas, Christie’s es quizá, la más famosa de todas, con 450 subastas anuales, 80 categorías y 57 sedes en 32 países. Joyería, arte y antigüedades, vidrio y cerámica europea, arte americano, mapas, libros y pinturas antiguas son algunos de los departamentos con los que cuenta Christie’s.

Las subastas más exorbitantes de la historia

En general, en todas estas grandes casas de subastas se movilizan cifras estratosféricas de dinero, donde clientes millonarios no escatiman en la puja para adquirir obras de arte atemporales. Como en el caso de la pintura El grito de Edvard Munch, subastada por Sotheby’s en 120 millones de dólares (mdd). 

Subasta en Sotheby’s de la obra “El grito” de Edvard Munch. Tomada de Alto nivel.

En 2014 Sotheby’s realizó una impresionante subasta, donde el arte de Modigliani, Giacometti, Monet y Van Gogh fueron los protagonistas. En aquella ocasión logró venderse la escultura Chariot de Alberto Giacometti, en 101 mdd, mientras que Tete, la obra de Amedeo Modigliani se subastó en 70.7 mdd. 

A pesar de lo impresionantes que resultan estas cantidades, no han sido las mayores ofertadas en una puja. La obra de Leonardo Da Vinci denominada Salvator Mundi, realizada hace 500 años y considerada como el redescubrimiento de arte más importante del siglo XXI fue subastada en 2017 por Christie’s en 450.3 mdd, convirtiéndose así en la obra de arte más cara vendida en una subasta. 

Asimismo, el cuadro de arte pop Shot Sage Blue Marilyn de la icónica actriz de cine Marilyn Monroe realizado por Andy Warhol, se considera como la obra de arte del siglo XX mejor cotizada, al ser subastada por la casa Christie’s de Nueva York en 195 mdd. Un récord registrado en el ámbito de las subastas donde el cuadro fue presentado como “una de las imágenes más raras y trascendentes que existen”. 

“Shot Sage Blue Marilyn” de Warhol es la obra de arte más cara del siglo XX. Tomada de Sopitas.com
El carísimo arte de Picasso

Al grupo de artistas con las obras mejor valoradas se unió en 2015 Pablo Picasso, cuya obra Las mujeres de Argel –inspirada en Women of Algiers in their Apartment, de Eugene Delacroix–, fue subastada en 179.3 mdd. En aquel entonces, la venta de la obra de Picasso fue catalogada por Thierry Ehrmann, presidente de Artprice, como “la subasta del siglo”.

Si bien, la venta de bienes mediante las grandes casas de subasta se considera como una tradición, también representa una actividad exclusiva, donde los compradores se interesan por un bien preciado, ya sea por sus características estéticas o como objeto de colección. Algo a lo que todos podemos aspirar pero pocos pueden pagar.

Subasta en Christie’s de la obra Las mujeres de Argel de Pablo Picasso. Tomada de ABC.

Por: Verónica González.

Cupido-Eros y sus flechas de amor

¿Te ha pasado que cuando estás a lado de esa persona especial que “te mueve el tapete” el corazón se te acelera, sonríes más de lo normal, te llenas de una intensa energía y pareciera que los días fueran más dulces? Bienvenido al enamoramiento, ¡has sido flechado por el mismísimo Cupido!

Y ojo, no estamos hablando del amor, porque eso ya es otra historia, pero el día de hoy te compartiremos el mito de ese niño alado que flecha a las parejas a su antojo.

¿De dónde salió Cupido?

La historia de Cupido tiene miles de años en el mundo, pero hay diversos mitos respecto a su origen, algunos de los más conocidos son:

  • Según los griegos, Cupido es en realidad Eros, dios del amor y del deseo sexual y es hijo de Afrodita (diosa de la belleza y el amor) y Ares (dios de la guerra). Ahora entendemos de donde viene su intensidad.
  • En la mitología romana, se aseguraba que Cupido era hijo de Venus (la Afrodita de los griegos) y de Marte (o sea, Ares).
  • De acuerdo con Virgilio, Cicerón o Séneca, fue concebido por una mezcla de amor, noche y sombras realizada por Júpiter (principal dios de los romanos). Según esta versión, Cupido reflejaba el deseo, las pasiones, los caprichos e incluso las violencias que podemos desbordar los seres humanos.

A pesar de los diferentes mitos respecto a su nacimiento, todos coinciden en que Eros llevaba dentro de sí una mezcla de belleza y violencia, lo carnal y lo material, la riqueza y la pobreza. Además, se dejaba arrasar por sus pasiones y emociones, olvidándose muchas veces de la razón.

Cupido y sus flechas. Tomada de Tenor.
Atravesando corazones

La historia de Cupido supera hasta a los mejores cuentos de Disney. Se dice que le gustaba pasear por el bosque, en donde un día encontró ramas de madera de un fresno recién caído y con ellas hizo su propio arco y flechas. Todo comenzó como un juego, pero poco a poco fue perfeccionando sus disparos hasta volverse un experto.

Tiempo después, su madre se dio cuenta de su gran habilidad con los tiros y le regaló un arco de oro y flechas con puntas diferentes: unas con punta de oro y plumas de paloma y otras con punta de plomo y plumas de búho. Junto con ese regalo, le dio una tarea que él aceptó gustoso: se encargaría de disparar esas flechas directo al corazón de los seres humanos, las de oro serían para unir a aquellas personas que merecieran estar juntas en pareja y las de plomo provocarían olvido e ingratitud en los corazones de quienes lo necesitaran. Aquellas flechas eran tan poderosas que incluso hacían efecto en los dioses más fuertes.

Cupido también se enamoró

En este mito no pudo faltar algo muy común en las historias intensas: los celos y la envidia. De acuerdo con el mito griego, Afrodita, mamá de Cupido, envidiaba la belleza de Psique —una princesa que vivía en el mundo de los mortales— y por eso, mandó a su hijo a la Tierra con la misión de hacerla enamorarse del hombre más feo, hostil y despreciable del mundo.

Eros iba a cumplir el deseo de su madre, pero al mirar a la princesa se enamoró profundamente de ella y tiró al mar la flecha que iba destinada a Psique. En ese instante, Cupido dejó de ser solo un niño para transformarse en un joven. Tomó a Psique entre sus brazos y se la llevó a su palacio para vivir con ella, la princesa aceptó porque días atrás el oráculo ya le había predicho ese destino. Él le puso como única condición que nunca lo mirara directamente al rostro, porque una mortal no podía ver a un dios.

Eros: el eterno insatisfecho. Tomada de: VEIN Magazine.
La tentación que venció a Psique

La pareja vivió feliz por un tiempo, pero llegó el día en que Psique ya no pudo aguantar la curiosidad de conocer el rostro de su amado y rompió la promesa que había hecho. Cupido se sintió traicionado y la abandonó, no sin antes decirle: “el amor no puede vivir sin confianza”.

Para recuperar el amor de Eros, Psique acudió a su suegra Afrodita, quien le encomendó cuatro difíciles retos, uno de ellos consistía en bajar al inframundo y guardar en un cofre un poco de la belleza de la diosa Perséfone para dársela a ella. Psique no pudo evitar la tentación y de regreso del viaje abrió el cofre para volverse más bella, esa terrible decisión la hizo caer en un sueño profundo parecido a la muerte.

Pero este no fue su fin, porque Cupido la seguía en secreto y quedó enternecido al ver todo lo que ella había luchado por recuperarlo, la despertó de su sueño y pidió a Júpiter que la convirtiera en una diosa para poder casarse con ella sin temor. Al final el dios aceptó y tiempo después, de la unión entre la pareja nació Hedoné (la encarnación del placer, la sensualidad y el deleite).

Ahora que conoces más sobre Cupido, ya puedes echarle la culpa por su mala puntería o agradecerle por haber flechado tu corazón en el momento indicado.

Días sin ti: la importancia de resignificar los adioses

Cuando conocí la poesía de Elvira Sastre quedé atrapada en la manera en que plasmaba en versos la mezcla de emociones que desata un vínculo amoroso y la melancolía que deja tras de sí la pérdida de un ser amado, junto con todas las sensaciones que se experimentan a lo largo de un duelo. Leer Días sin ti (2019) —la primera novela de esta autora— fue igual de placentero, porque además de que su trama atrapa, la prosa poética en que es narrada envuelve hasta al lector más exigente.

Cruce de historias: dos amores frustrados

En Días sin ti se narran dos historias a la vez, la de una abuela y su nieto. Por un lado, se cuenta la vida de Gael, un joven escultor con una sensibilidad especial, quien al esculpir la figura de una enigmática modelo (Marta) y tras conversar con ella termina enamorándose y viviendo una relación amorosa que lo llevará a aprender más de sí mismo, de lo efímero de los momentos y de la importancia de soltar.

Tomada de Pinterest.

Por otra parte, la novela muestra fragmentos de las cartas que la abuela Dora le escribió a Gael, en ellas cuenta sus vivencias al lado de su marido y su hijo. Narra que la relación con el abuelo estuvo llena de amor, ternura, comprensión y un estrecho compañerismo. Pero esa unión feliz terminó con la Guerra Civil Española porque ahí le arrebataron la vida a su marido, dejando a Dora devastada; sin embargo, a pesar de las heridas gradualmente pudo resignificar su muerte.

“Tu abuelo me hizo sentir tanto que su hueco, esa parte de mí que le di y que le pertenece, sigue lleno. (…) Te voy a decir una cosa, cariño, que he terminado por comprender: solo la vida puede acabar con el amor. La muerte, nunca.”

¿Esculpimos al otro a nuestro antojo?

Uno de los puntos que constituye la trama de la vida de Gael es la metáfora de esculpir/construir a una persona; el protagonista va formando desde su perspectiva una Marta hecha en parte desde su mirada, desde sus propios anhelos e historia de vida.

Las versiones de la estatua de Marta van cambiando al igual que sus sentimientos por ella. Así, vamos descubriendo los cambios que aparecen ante los ojos de Gael, desde el momento en que se encuentra bajo los efectos del enamoramiento y solo ve sus cualidades, hasta tiempo después de la ruptura, cuando ocurre una metamorfosis en la manera en que la percibe.

“Si hay algo peor que olvidar a quien amas es amar a alguien que ya no existe. (…) Ahora Marta era otra, ni mejor ni peor, sino diferente, tal vez porque yo ya no la miraba igual y veía en ella cosas desconocidas hasta entonces.”

Tomada de WiffleGif.

A lo largo de la historia de Gael y Marta, Sastre nos sumerge en un trayecto que va desde la ternura y pasión del inicio de un vínculo amoroso —sin caer en el típico cuento de hadas con final feliz— hasta llegar a un camino que todos en algún momento hemos transitado: las dolorosas pero necesarias despedidas. Nos lleva a reflexionar sobre lo sublime pero efímero que es todo en la vida y en lo necesarios que son los cambios para nuestro crecimiento personal.

Busca el latido

Las cartas de Dora están llenas de aprendizajes que quieres marcar con post-its para reflexionarlos a profundidad más tarde. En ellas, además de plasmar su pasión por su profesión como maestra y la importancia de ir tras aquello que nos mueva las fibras más profundas, sin saberlo, también deja a su nieto las claves para sobrellevar el truncamiento de un amor.

“Busca el latido. Esa frase que tanto me repetía mi abuela quedaría para siempre grabada en todas y cada una de mis decisiones.”

El entrecruce y la similitud entre las experiencias de Gael y Dora son esa mezcla cómplice que hace que las páginas de Días sin ti sean un remanso de comprensión y aprendizaje para quienes se encuentran atravesando la pérdida de un ser querido —no necesariamente una pareja— o deseen reflexionar más acerca de los duelos. Y es que este libro no solo nos enseña las heridas abiertas de los adioses, sino también el camino a la sanación después de estas, la importancia de resignificarlas y recuperarse a uno mismo.

Creatividad onírica: cuando los sueños inspiran al arte

“El hombre es un genio cuando duerme” Akira Kurosawa 

Dicen que la inspiración puede surgir en cualquier momento y en cualquier lugar, ya sea leyendo un libro, sentado en la banca de un parque, tomando café o, como veremos el día de hoy, durmiendo.

La importancia de los sueños en la labor creativa no es cosa menor, ya que no solo ha influenciado diversas obras multimedia a lo largo de los años, sino que fue uno de los principales impulsores detrás de la corriente literaria, filosófica y artística del surrealismo. 

Tomando como base la interpretación de los sueños propuesta por Freud, y siendo también un recurso que los artistas emplearon para escapar de la horrible realidad por la que pasaba el continente europeo en las décadas de 1930 y 1940 (dos Guerras Mundiales, principalmente), el surrealismo nació de esa desesperación por encontrar un refugio creativo que permitiera a escritores, pintores, escultores y cineastas, rebelarse contra la cruel realidad y romper con convencionalismos sociales y culturales por medio de piezas abstractas, incoherentes incluso, pero cargadas de emoción.

La ciencia del sueño / Tomada de Medium.
El refugio creativo

[El surrealismo] es puro automatismo psíquico por el cual se intenta expresar, verbalmente o de cualquier otra manera, el funcionamiento real del pensamiento en ausencia de cualquier control ejercido por la razón al margen de toda preocupación estética o moral – André Breton.

A través de sus obras, los artistas surrealistas expresaban sus peores miedos y mayores pasiones. Y es que los sueños son un simple reflejo de la realidad, visto a través del cristal de nuestras experiencias personales, recuerdos, temores, anhelos y pensamientos inconscientes que salen a flote una vez que se pierde el control de la razón y cualquier tipo de autocensura.

Pero la influencia de los sueños no está relegada a una corriente artística de hace casi un siglo. Hoy en día, como quizás siempre lo ha sido, pero no muchos artistas se atreven a confesar, existen cientos de obras inspiradas por alguna visión onírica o surgida a partir de la siesta vespertina del autor. 

Salvador Dalí- Persistencia.

En esta ocasión analizaremos un par de los ejemplos más conocidos y documentados de este fenómeno tan común, especialmente para aquellos con sueños vívidos y capaces de recordar lo sucedido al despertar. 

Soñadora-mente, de Kurosawa

Akira Kurosawa, uno de los realizadores más aclamados e influyentes en la historia de la cinematografía, director de piezas icónicas como Nora Inu (Stray Dog), Rashomon, Ikiru y Shichinin no samurai (Seven Samurai), desarrolló, a lo largo de los años, el guion de lo que se convertiría en una de sus últimas películas: Yume (Dreams), total y completamente inspirada –basada– en sueños y recuerdos del propio director, mezcladas con historias fantásticas, mitología japonesa y cuentos de su infancia. 

A través de ocho viñetas, llenas de cándido humor, realismo mágico y reflexiones sobre el hombre y la naturaleza, Kurosawa nos da un vistazo a su genial, inquieta y ¿“soñadora”? mente; sus inspiraciones y preocupaciones, recuerdos de su familia y hasta una curiosa intervención de Vincent Van Gogh interpretado por Martin Scorsese. 

Yume (Dreams).
Psicotrópico King

Por su parte, Stephen King, escritor estadounidense de novelas y cuentos de terror, suspenso y ciencia ficción, principalmente, y autor de grandes clásicos de la literatura moderna como It, The Shining, Carrie y The Mist, entre tantos otros, alega haber escrito su novela de 2001, Dreamcatcher, tomando elementos de los sueños que tuvo en un lapso de seis meses, mientras se recuperaba de un accidente automovilístico… Y bajo la influencia de la oxicodona que lo ayudaba a soportar el dolor.

No obstante que Dreamcatcher haya sido el resultado de un viaje psicotrópico y, en palabras del mismo King, un libro no muy bueno, esta dicotomía entre sueño y creatividad es un tema que el autor ha explorado y explicado en reiteradas ocasiones, especialmente en su libro On writing: a memoir of the craft, en donde recomienda incluso tener una libreta junto a la cama, en caso de que esa chispa creativa llegue a la mitad de la noche, para que podamos capturar la esencia del sueño lo más rápido y fielmente posible.

Dreamcatcher.

Sea cual sea nuestro método, el mensaje es el mismo: buscar inspiración en los lugares menos esperados. Salir a caminar, tomar una siesta o un baño relajante, platicar con un amigo o visitar un museo; el punto es no forzar las ideas, sino dejar que fluyan, como los sueños mismos, que existen y aparecen sin que uno los llame.

El cine de oro mexicano: ¿lucha de clases, lucha de enmascarados o Lucha Villa? (Parte II)

De vuelta a los 50-60. Mientras que la psicodelia y el amor libre se apoderaban del mundo, los cineastas mexicanos comenzaron a mirar lo que causaba sensación en otros mercados, especialmente el estadounidense, que poco a poco recobraba su mandato como el epicentro del showbusiness y la industria cinematográfica. Lo que encontraron: monstruos (literalmente hablando) y superhéroes encapuchados que ayudaban a restaurar la paz en un presente posguerra.

Y de ese híbrido temático, que podría parecer un absurdo colosal en manos de cualquier otro país (con excepción, quizás, de Japón) es que surge el cine de luchadores: los superhéroes mexicanos; hombres y mujeres extraordinarios, con fuerza y habilidad sobrehumana, que ponen sus talentos al servicio de una nación aterrorizada por vampiros y vampiresas, momias, hombres lobo, extraterrestres y hasta el mismo Satanás.

Cine de luchadores /Tomada de Time Out México.
El Santo, el Cavernario… 

No pretendemos asegurar que el cine de luchadores es más importante o influyente que el cine de “oro” aunque sería interesante averiguar qué personaje es más reconocido a nivel mundial: Pepe el Toro o el Santo pero su trascendencia no es un tema menor. 

El cine de luchadores quizás no ejemplifique tan bien ese realismo mágico mexicano que admiramos en obras como Nazarín de Buñuel o la literatura de Juan Rulfo, después de todo, las intrincadas metáforas de Pedro Páramo son un tanto más complejas que ver a Blue Demon, Santo y Capulina enfrentándose en un mano a mano con la hija de Frankenstein. 

Tomada de Giphy.

No obstante, y al final del día, se trataba de hombres y mujeres que un niño podía ver en la pantalla grande una tarde, y admirar por la noche, en un combate de máscara contra cabellera en la Arena México. De este modo, balanceando esa disparatada fantasía con un realismo que ningún otro género cinematográfico podría igualar (salvo los documentales, pero ¿quién quiere ver una película para hacer todo lo opuesto a “escapar de la realidad”, es decir, quedarse en la realidad y deprimirse?).

El que se fue a la Villa

Finalmente tenemos a la tercera “lucha” de este ensayo: la querida Lucha Villa, a la que hacemos alusión no solo por prestarse para un simple juego de palabras (aunque esa es la verdadera razón), sino como representante de aquello en lo que se convertiría el cine nacional durante las décadas de los 80 y 90, una vez que los luchadores colgaron sus capas y el cine norteamericano transicionaba hacia el terror slasher, la comedia sexy y el cine de acción/kung-fu. 

Con un currículum que incluye Las Noches del Blanquita, El Fiscal de Hierro, El Mil Usos II y Semana Santa en Acapulco, la diva de Chihuahua simboliza esa época de estancamiento y plagiarismo vil que adoptaría la industria, buscando capitalizar cualquier modo de entretenimiento que fuera popular en los Estados Unidos. De ahí que surgieran respuestas mexicanas al cine de acción, con los Hermanos Almada; a la comedia sexy/erótica/“picante” de la mano de César Bono, Polo Polo, Tun Tun y Héctor Suárez, así como su variante menos afortunada, el “cine de ficheras”, instigado por la ya legendaria cinta Bellas de Noche

Y aunque sí, se podría decir sin temor a equivocarnos, que este ha sido uno de los puntos sino es que el punto más bajo de la cinematografía nacional en sus casi cien años de vida; historias crudas y vacías que se basaban en el desnudo y el albur para vender boletos.

No obstante, el impacto social de este cine, especialmente el de ficheras, fue tremendo, pues nuevamente se levantó la cortina para dejar entrever el funcionar del bajo mundo de la ciudad; aquel que todos sabían que existía, pero nadie se atrevía a admitirlo. Al mismo tiempo que Sara García se convertía en la abuelita de México, Sasha Montenegro pasaba a ser la “mamacita” de México. 

Entre broma y broma, la verdad se asoma

¿Es entonces para terminar este divague estimulado por cafeína y chocolate menos importante esta etapa que las anteriores, solo porque se apelaba al denominador más bajo? Después de todo, estas cintas también marcaron una época, también lanzaron al estrellato a decenas de artistas y también dieron de comer a sonidistas, escritores, gaffers y extras por más de una década. 

Calabacitas tiernas/ Tomado de Tumblr

Nadie puede menospreciar el cine de oro nacional. Después de todo, casi un siglo después sus historias, personajes y situaciones siguen siendo relevantes, pese a que la sociedad mexicana sea diametralmente opuesta a lo que apreciamos en Calabacitas tiernas. La familia nuclear compuesta por siete u ocho hijos, más sirvientes y nanas viviendo en una casa de dos pisos, con patio central y jardín (¿los recuerdan?), suena como un prospecto igual de inverosímil que Drácula moliendo a coscorrones a Alushe. Sin embargo, es una fórmula efectiva, que nos recuerda una época mejor, una época “dorada” donde no existían la delincuencia ni el calentamiento global y todo podía resolverse con una canción.

No obstante, y si a relevancia contemporánea nos vamos, los luchadores siguen estando tan vigentes ahora como hace 50 años si no es que más hasta convertirse en una parte ubicua de la cultura popular nacional y mundial. No solo el concepto de la lucha libre es ampliamente aceptado y adoptado en casi cualquier rincón del planeta, el cine de luchadores posee un estatus “de culto” en Europa y Asia, incluso mayor al de otras vertientes cinematográficas divergentes y visionarias como el expresionismo alemán, el surrealismo o el horror de Hammer y Universal, pues Santo, Tinieblas y compañía destilaron lo mejor de cada uno de esos géneros, en un elixir igual de exótico, cautivador y místico que aquellos confeccionados por el malévolo Doctor Brancov.

Si quieres conocer más sobre el cine de oro mexicano y te perdiste el capítulo I de este texto, solo da click aquí

¿Un análisis psicológico de Frida Kahlo?

 “Yo sufrí dos accidentes graves en mi vida, uno en el que un autobús me tumbó al suelo… El otro accidente es Diego.” -Frida Kahlo

Desde hace algunos años, en México se ha extendido la llamada “fridomanía”, se trata del fanatismo por la pintora Frida Kahlo. Su arte ha ido más allá de los museos y encontramos sus obras hasta en souvenirs como tazas, playeras, cuadernos, bolígrafos, etc.

Algunos opinan que es una artista sobrevalorada o que su obra no es lo suficientemente revolucionaria, mientras otros creen que fue de las mejores pintoras, disfrutan de sus obras y tienen pósters suyos en las paredes de sus cuartos.

Más allá de las críticas a sus pinturas, lo cierto es que en ellas dejó plasmada parte de su vida interior, un reflejo de su alma, su personalidad, vivencias y sentimientos.

La personalidad de Frida Kahlo

Muchas de sus obras muestran el dolor que padeció —tanto físico como emocional— a lo largo de su vida, y es por eso que no solo los críticos de arte se han interesado en analizar su obra, sino también algunos psicólogos. Uno de ellos fue el profesor de la Facultad de Psicología (UNAM) José de Jesús González Núñez, quien asegura que para comprender la personalidad de la pintora hay que entender su herencia, desarrollo y el medio ambiente en el que se desenvolvió.

  • Herencia: una parte de nuestra personalidad se ve impactada por aspectos físicos y biológicos que hemos heredado de nuestros familiares. En el caso de Kahlo, sufrió poliomielitis a los 7 años, este es un hecho que pudo impactar directamente en su forma de ser.
  • Desarrollo: en los inicios de nuestra vida, cuando entramos en contacto con el medio ambiente que nos rodea, nuestra personalidad va tomando características que se reflejan en la adultez, por eso es tan importante la manera en que nos relacionamos con nuestros padres, familiares o cuidadores. Frida tenía una buena relación con su padre, él fue quien le habló de las relaciones de amistad, amor y sexuales, además de que le enseñó a revelar y a usar la cámara fotográfica. Había mucho cariño entre ellos y de acuerdo con González Núñez, en su adultez Kahlo desplazó este amor hacia su querido Diego Rivera. 

    Los padres de Frida Kahlo.
  • Medio ambiente: el tercer punto importante es el ambiente que nos rodea y las experiencias que tenemos tanto biológica como psicológicamente. En el caso de Frida hubo varios hechos que la marcaron y fueron causa de su sufrimiento, el más impactante fue un choque en autobús cuando tenía 19 años, este suceso la dejó con la columna vertebral destrozada en tres partes y un gran daño en el vientre que le impidió tener hijos; también se dañó su clavícula y hombro.

La pintora pasó semanas en cama y tuvo 32 operaciones quirúrgicas a lo largo de su vida. Durante ese tiempo y en varias etapas en que no salía de la cama, encontró en la acuarela una huida de su realidad, dejando huella en sus cuadros de las emociones que la desbordaban.

Opiniones encontradas

Otros estudiosos de Frida aseguran que diversos sucesos, como la relación amor-odio que tenía con su madre, produjeron conductas maniacas en ella; o que la idea obsesiva de la muerte que aparece en varios de sus cuadros se debió a que no pudo tener hijos.

El sufrimiento de Frida también se ha atribuido a su relación tormentosa con Diego Rivera, que lejos de ser una historia romántica, estaba llena de dependencia, desencuentros e infidelidades, estas últimas eran por parte de ambos y se dice que durante un tiempo fueron por mutuo acuerdo, pero llegaron a su fin cuando Frida encontró a su marido siéndole infiel con su hermana.

Por su parte, Araceli Rico, otra estudiosa de la artista, menciona en su libro Frida Kahlo: Fantasía de un cuerpo herido que los estudios psicoanalíticos que existen alrededor de su vida y obra dejan fuera el contexto social de la época y la tradición del arte mexicano, centrándose solo en la artista y esto puede mostrar una interpretación incorrecta de la biografía de Kahlo. Así que algunas interrogantes de la vida y obra de la pintora difícilmente se terminarán de resolver.

 

 

Drones 2021: artistas de la cámara

Aunque no se puede retroceder en el tiempo, hay instantes que se pueden capturar por siempre en una fotografía, y eso lo saben muy bien los participantes de los Drone Photo Awards 2021 —producidos por Siena Awards—, quienes con su cámara encontraron una forma fascinante de ver el mundo.

En este concurso todas las fotografías aéreas fueron bienvenidas, sin importar si se tomaron con drones, desde helicópteros, cometas o hasta globos aerostáticos. Participaron 2,900 fotógrafos y aficionados de 105 países, en diversas categorías: deporteboda, vida silvestre, personas, urbano, naturaleza, abstracto.

Ganador del 2021

Aunque la competencia estuvo muy reñida, el ganador del año fue Terje Kolaas, quien logró capturar en su foto a miles de gansos volando, en un viaje que los llevaba a sus sitios de cría en Svalbard, en el Ártico. Para lograr esta toma, el fotógrafo esperó el momento en que las aves comenzaran su vuelo y pudo inmortalizarlo gracias a su dron. Esta foto, nombrada “Pink-Footed Geese Meeting the Winter”, lo hizo ganador del título de “Fotógrafo de drones del año”, además se llevó a casa 500 mil euros en equipo fotográfico, entre otros premios.

Ganadores de diversas categorías

Aunque Kolaas fue el triunfador general, hubo otros ganadores y finalistas en cada una de las categorías. Aquí te presentamos algunos de los más destacados.

El australiano Phil De Glanville se llevó el primer lugar en la categoría “Deporte”, con una imagen que mezcla el talento del surfista Ollie Henry con los maravillosos paisajes de la naturaleza marina. Mientras el surfista se balanceaba sobre una ola gigantesca, un arcoíris resplandeció sobre el mar, dándole más encanto al instante.
En la categoría “Boda”, el italiano Matteo Original se llevó el primer lugar con una fotografía que muestra a unos recién casados que, mientras se miran con ternura, caminan por un sendero que pareciera ir directo a las nubes. Esta imagen tuvo un título ideal: l’Infinito insieme a te, que significa “hacia el infinito junto a ti”.
El primer lugar de la categoría “Personas” fue muy reñido. Alexandr Vlassyuk fue uno de los finalistas, con una imagen en donde él mismo fue modelo. En ella destacan los contrastes: él y una chica vacacionan en traje de baño sobre un mar congelado que da la impresión de ser un cristal roto. Vlassyuk comentó que la toma no fue sencilla y que al realizarla estaban a una temperatura de -10 grados Celsius.
El primer lugar de “Personas” se lo llevó Trung Pham Huy con una foto que muestra a un pescador en medio de un manglar; los árboles que lo rodean, vistos desde arriba, parecen venas blancas y es que durante el invierno los árboles pierden todas sus hojas en esta zona.
Por otra parte, la foto ganadora de “Abstracto” tiene una mezcla de colores y formas, que hacen recordar los cuadros de Van Gogh. Se trata de una captura hecha por Gheorghe Popa, en la que se combinan los colores de la naturaleza de un río con los desechos químicos que son producto del proceso de extraer cobre y oro, lo que le da unos tonos poco comunes.

Estas son solo algunas de las imágenes finalistas, los fotógrafos ganadores de cada una de las categorías recibieron una estatuilla de cristal del premio Pangea; además, sus fotos estuvieron exhibidas del 23 de octubre al 5 de diciembre de 2021, en la exposición “Above Us Only Sky”, en Siena, Italia.

Si no pudiste viajar hasta Italia para visitar esta increíble exposición y quieres conocer todas las fotos ganadoras, solo da click aquí.

 

¿Quiénes son los savant o personas con “síndrome del sabio”?

Al igual que el universo, el cerebro se encuentra lleno de misterios, dentro de él guardamos tanta información que podría compararse con la de una gran biblioteca o —en términos actuales— con la gigantesca memoria de una PC. A pesar de que la memoria es limitada para la mayoría de nosotros, para las personas con el “síndrome del sabio” o savant no lo es, ellos tienen una gran capacidad de almacenamiento y habilidades increíbles.

¿Te imaginas poder memorizar libros enteros, aprender idiomas fácilmente o tocar un instrumento musical sin tener que estudiar?, sin duda sería algo fantástico y es posible para algunos savant. Pero no todo es tan maravilloso como parece, porque a pesar de ser personas superdotadas en algunas cosas, tienen discapacidades mentales, físicas, del habla, sociales o motoras, e incluso muchos de ellos no pueden cubrir sus necesidades más básicas y la mitad de los casos se relacionan con trastornos del espectro autista.

Tomada de Amino Apps.
¿Cómo surgió el término del síndrome del sabio?

Fue el psiquiatra Benjamin Rush, quien en 1798 narró por primera vez el caso de un paciente que mostró una habilidad increíble para calcular la edad de las personas con solo verlas durante unos segundos, pero todavía no existía una palabra para denominar a quienes tenían esta condición.

Casi cien años después, John Langdon Down —famoso por sus aportes en cuanto al síndrome de Down— dio a conocer el término “idiot savant” (“idiota erudito”) para referirse a estas personas superdotadas, pero este resultó denigrante y poco aceptado. Después se les llamó “sabios autistas”, pero también fue erróneo porque no todos los savant tienen autismo. Actualmente se les conoce como savant o personas con “síndrome del sabio”, una definición mucho más acertada.

¿Qué ocurre en el cerebro de los savant?

A pesar de que hoy en día existen grandes avances tecnológicos en neurociencias, no hay un estudio médico que explique al cien por ciento esta condición, pero hay teorías al respecto: se cree que los savant tienen una disminución de las habilidades del hemisferio izquierdo del cerebro (que se encargan de las cuestiones lógicas, simbólicas y lingüísticas), mientras que las habilidades del hemisferio derecho están aumentadas (las artísticas no simbólicas, habilidades visuales, motoras, música y artes plásticas), también algunos tienen una gran habilidad matemática.

Daniel Tammet, Savant británico.
Los savant más famosos de la cultura popular

A lo largo de la historia se ha escuchado del caso de varios savant, cada uno con talentos diferentes.

  • Tony Deblois: tiene Síndrome de Asperger y es invidente, pero toca el piano desde los 2 años, ¡además puede interpretar de memoria unas 8 mil canciones!
  • Alonzo Clemons: un excelente escultor de figuras de animales que se venden como pan caliente, en precios de hasta 45 mil dólares.
  • Daniel Tammet: un savant británico que aprendió islandés en una semana y habla 11 idiomas diferentes.

    Stephen Wiltshire.
  • Stephen Wiltshire: desde los 3 años se comunicaba por medio de dibujos y con solo mirar una vez paisajes o edificios los plasma detalladamente. Este caso es muy parecido al de August, uno de los personajes de la novela Lo que no te mata te hace más fuerte (2015) de David Lagercrantz, un niño autista que —aunque no habla— dibuja de una forma impresionante y logra captar detalles que para otros pasarían desapercibidos, además despierta distintas emociones en quienes los ven.
La verdadera historia de Rain man

Otro de los savant más conocidos en la historia es Kim Peek (1951), quien nació con el cráneo agrandado y con daños en el cerebelo. Esta condición no le permitía hacer cosas tan básicas como abrochar su camisa, pero su memoria era sorprendente y recordaba 10 mil libros completos; si te preguntas cómo había leído tantos libros en su vida, la razón parece de otro mundo: ¡con cada ojo leía una página diferente al mismo tiempo!

Además de leer tanto, también memorizó mapas que incluían calles y carreteras de Estados Unidos, así que el GPS se quedaba corto a su lado y su precisión era infalible.

Rain man.

Todas estas asombrosas habilidades llegaron a oídos de un guionista durante un congreso de una asociación de niños con discapacidad, quien quedó impactado con la historia y decidió llevarla a la pantalla grande con la película Rain Man (1988), protagonizada por Dustin Hoffman y Tom Cruise.

Para que los gestos y rasgos de personalidad transmitieran la verdadera esencia de Peek, Hoffman se reunió varias con él. Convirtiéndose así en una conmovedora historia basada en hechos reales que llegó a un gran número de espectadores alrededor del mundo.

 

 

Llega a Chapultepec la exposición “La higiene es nuestro derecho”

“Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”. Viktor Frankl.

Para muestra de la frase anterior, la pandemia por COVID-19, que nos ha hecho modificar nuestros hábitos de higiene y preocuparnos más por nuestra salud.

Somos afortunados quienes podemos cuidarnos y llevar a cabo las medidas de higiene, pues no en todos los países ni sitios de México se tienen los recursos necesarios para llevar a cabo un buen lavado de manos y de acuerdo con el estudio “Progresos en materia de agua para consumo, saneamiento e higiene en las escuelas. La COVID-19 en el punto de mira”, realizado en 2020 por la OMS y la UNICEF, 15% de las escuelas no cuentan con acceso a agua para beber, 6% no tiene sanitarios y 17% no cuenta con lugares para lavarse las manos con agua y jabón.

“Ki’i óol Paal (niños felices)” Brian (18 años) de Quintana Roo.

Viendo este panorama, la UNICEF y la compañía de higiene Essity trajeron hasta la Primera Sección del Bosque de Chapultepec la exposición La higiene es nuestro derecho. Se trata de una colección de 57 fotografías —divididas en tres secciones— que busca mostrarnos la necesidad de que todos los niños tengan acceso al agua y a las prácticas de higiene.

Un concurso de niños y adolescentes

La parte central de la exposición está compuesta por las fotografías finalistas y ganadoras del concurso La higiene es nuestro derecho, que se realizó a finales del 2020 e inicios del 2021 y participaron más de 100 niñas, niños y adolescentes de varias partes de la República Mexicana. Se trata de fotografías rebozadas de una gran creatividad que se mezcla con la conciencia que han hecho respecto a la importancia de la higiene.

Los primeros lugares se los llevaron: Mariana Isabel Mendoza García, de 15 años y originaria de Campeche; Miguel Ángel Granados Flores, un chico guanajuatense de 18 años; y Dulce Sofía Hernández Díaz, de 14 años, del estado de Chiapas.

“Cuidar de ti es cuidar de mí”.  Esmeralda (13 años) de la CDMX.
Suecia en México

En la segunda parte de la exposición, la esencia sueca se hace presente con el compendio organizado por Essity y la galería Fotografiska, se trata de una obra de tres fotógrafos de Suecia: Ida Borg, con El ciclo de vida; y Paul Hansen y Åsa Sjöström, con Mano con mano. En este compendio, los fotógrafos muestran imágenes de los diversos retos que han vivido las personas alrededor del mundo en la lucha por mantenerse sanos y llevar a cabo las medidas de higiene.

UNICEF en el mundo

En la tercera parte de esta muestra fotográfica, se dan a conocer las acciones realizadas por la UNICEF en varios rincones del mundo para brindar mejores condiciones al acceso de agua, higiene y saneamiento durante el 2019-2021, durante la pandemia causada por COVID-19.

Tomada de: López Dóriga Digital.

Así que, si quieres conocer algunas de las fotografías puedes dar click aquí o si quieres verlas en vivo, date una vuelta con la familia, tu crush o con tu mejor amigo al bosque de Chapultepec. La entrada es libre de martes a domingo de 6:00 a 17:00 horas y la exposición estará disponible hasta finales de septiembre.

 

Así escriben los que escriben

Solemos pensar que, como la literatura es una expresión artística, el escritor se sienta a esperar a las musas y se pone a escribir cuando “la inspiración le llega”. Esto no pasa. O sí, pero en contados casos. 

Para los hombres y mujeres que viven del oficio literario, escribir viene acompañado de horarios, rutinas, sudores, supersticiones, manías e inseguridades y la anhelada inspiración los alcanza trabajando. Aquí algunas costumbres de reconocidos escritores: 

Más temprano que tarde

Levantarse temprano es más una regla que una excepción y lo que hacen la mayoría de los autores más premiados: Carlos Fuentes e Isaac Asimov empezaban todos los días a las seis, Ernest Hemingway y Susan Sontag al amanecer, Haruki Murakami y Silvia Plath a las cuatro de la mañana, Kurt Vonnegut a las cinco y media, William Gibson y Goethe a las siete, como parte de una larga lista.

Inspiración. (Tomada de Gif Animados)

Casos contrarios: Simone de Beauvoir se levantaba de malas y comenzaba a escribir hasta las diez. Roberto Bolaño, Honoré de Balzac y Charles Bukowski eran noctámbulos. Por último, Juan Carlos Onetti, quien solo trabajaba cuando las musas lo abordaban, pasó largos periodos de su vida acostado y leyendo  novelas policiacas.

Andando y creando

No son pocos los escritores que dan largas caminatas. Puede que sea por gusto, pero estudios científicos revelan que caminar aumenta la producción creativa. Así que tal vez por eso Charles Dickens, Virginia Woolf, obert Louis Stevenson y otros autores caminantes escribieron tantas páginas durante sus carreras literarias. Y ni qué decir de Murakami, que condimenta su mínimo de seis horas diarias escribiendo como poseso con largas carreras.

Caminata. (Tomada de Pinterest).
Maniáticos

¿Cuál manía será más extraña? Gabriel García Márquez no podía concentrarse si no había en su escritorio un jarrón con una rosa amarilla. George Bernard Shaw se construyó una cabaña sobre un mecanismo giratorio para que el sol pudiera iluminar su ventana todo el transcurso del día. Victor Hugo escribió un par de novelas… desnudo, para no caer en la tentación de salir a la calle. Otro romántico, Friedrich Schiller, se inspiraba con aroma a manzana podrida. Había quienes exigían silencio absoluto y cero interrupciones para “dejar salir el genio”, como Juan Ramón Jiménez y Roald Dahl. 

Pero quizá T.S. Eliot les ganó a todos al ponerse maquillaje ¡verde!, según él para mostrar un semblante cadavérico y demostrar que podía ser un escritor audaz y rebelde.

Gabriel García Márquez . (Tomada de LeerMx)
Supersticiosos

Se dice que Jack Kerouac todos los días antes de empezar a escribir, se ponía de rodillas y rezaba. Scott Fitzgerald —más que nada para justificar su alcoholismo— redactaba de noche bebiendo champaña. Ana María Matute jamás escribía de espaldas a una puerta. Hemingway no trabajaba sin tener a mano un amuleto, y es cierto que escribía de pie, pero no por supersticioso, sino para aliviar el dolor de una vieja herida en la pierna.

Revisar, revisar, revisar

Siguiendo con Hemingway, era un maniático de las revisiones y releía y corregía sus obras más de treinta veces. Patricia Highsmith consideraba las correcciones más importantes que la escritura en sí, y dedicaba las tardes a revisar y reescribir el trabajo de las mañanas. Simone de Beauvoir también pasaba unas horas al día solo revisando y corrigiendo. Murakami es tan obseso de las revisiones como de correr. Y así muchos otros.

Correcciones. (Tomada de Tenor).

Sean cuales sean los hábitos y las manías, lo más importante es no parar, sobre todo si se está en pleno desarrollo de una obra, o como lo hacía Ray Bradbury, que escribía a diario sin falta, sin importar el sitio o las condiciones de trabajo. Para él, eso significaba hacer lo que más amaba desde que el mago de una feria lo señaló con una espada de fuego y le dijo, “vive por siempre”:

“Descubrí que tal vez podía vivir por siempre si me convertía en escritor. Así que he estado escribiendo cada día desde esa vez en Tucson, Arizona. En los últimos 75 años nunca he dejado de escribir.”