El fenómeno Mariko Aoki: un asunto escatológico

El fenómeno Mariko Aoki: un asunto escatológico

Corría el año 1985, en Japón, la Revista de Libros (Hon no Zasshi) publicaba en su sección de cartas la de una mujer de 27 años llamada Mariko Aoki. Ella confesaba que cada vez que visitaba una librería y comenzaba a hojear libros, le entraban unas ganas insoportables de defecar.

Lejos de acabar como una nota aislada, la carta de Mariko despertó la atención de los lectores, y no solo eso, pues comenzaron a llegar más cartas de japoneses que decían experimentar el mismo fenómeno. Esto hizo que la revista publicara un largo artículo acerca del “fenómeno que actualmente sacude la industria de las librerías”.

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El fenómeno Mariko Aoki

Al parecer, no era la primera vez que en Japón se sabía de casos como este. En los años 50 y 70, sendos textos hablaban de fenómenos similares y se llegó a conversar de él en un par de programas de radio y TV; sin embargo, fue gracias a Mariko Aoki que el tema se volvió lo que hoy llamaríamos “viral”.

Pero ¿qué sienten exactamente Mariko y quienes comparten con ella esta experiencia? Después de pasar un rato en una librería (generalmente una librería grande, puede ser de libros nuevos o de segunda mano), repentinamente les asalta la necesidad de evacuar tras hojear y oler los libros, sin importar que sean obras académicas, literarias o historietas. Si se salen de la librería, la urgencia empieza a disminuir inmediatamente. 

¿Por qué diablos…?

Durante décadas, especialistas (gastroenterólogos, psicólogos) han sido cuestionados para averiguar las razones del fenómeno Mariko Aoki. Hipótesis hay muchas; explicaciones concretas, ninguna. Las teorías más destacadas son cuatro:

  • Con el olor a tinta y papel dan ganas de…
  • Para quienes tienen la costumbre de leer en el baño, se forma una asociación inconsciente entre leer y cagar. Esto ocurre también cuando se ponen en cuclillas para tomar los libros de “hasta abajo”, postura que se vincula con la de defecar. 
  • La ansiedad que produce estar en un lugar donde hay demasiada información disponible “afloja los intestinos”.
  • Por el contrario, estar en un lugar que nos gusta y donde nos podemos distraer de la rutina es relajante y favorece la digestión.

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Estas teorías tienen que ver con el eje intestino-cerebro, el cual sugiere que la experiencia mental de una persona afecta su tracto gastrointestinal. Otras hipótesis son:

  • La lectura vertical, en la que los ojos se mueven de arriba a abajo una y otra vez, desencadena el impulso.
  • El “ejercicio” que se hace al caminar por una librería cuando la persona es sedentaria y sufre de estreñimiento.
  • La taza de café que se sirve en la librería o que se bebe antes de ir a comprar libros acelera el movimiento del aparato digestivo.
  • Y la teoría más cagada: la energía psíquica de un libro puede influir en el tránsito intestinal.

¿Es o no es?

Han pasado casi 40 años desde que el mundo conoció el fenómeno Mariko Aoki. Las hipótesis se siguen acumulando sin que sepamos nada en concreto. La ausencia de estudios académicos sobre este refleja que los profesionales de la salud no han mostrado interés en encontrarle explicaciones. Algunos no lo atribuyen a una causa única, sino a una combinación de factores variables en cada individuo.

No faltan quienes lo califican de mito urbano, aunque los testimonios demuestran su existencia: según encuestas, una de cada 10 personas en Japón siente ganas de evacuar cuando se encuentra en una librería. 

Lo cierto es que, si estás en una librería y ves a alguien pálido, sudando frío, agarrándose la panza y caminando con la mirada perdida como si buscara un baño, entonces podrías ser testigo del fenómeno Mariko Aoki… o ese alguien podrías ser tú. 

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