Mexicanismos: así hemos enriquecido al idioma español

Regionalismos Mexicanismos idioma español

Los regionalismos son palabras, modismos o alteraciones del lenguaje en una zona geográfica determinada. En el caso de esos términos que se han creado en nuestro país, les llamamos mexicanismos.

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Según el Instituto Cervantes casi 500 millones de personas hablan español como lengua materna, lo cual representa seis de cada 100 personas en el mundo. No solamente es el idioma oficial de España y gran parte de Latinoamérica, sino también de Guinea Ecuatorial en África. México es el país con más personas hablantes de español.

Es imposible que tantas personas de lugares tan diferentes hablen el mismo idioma de cabo a rabo, con exactamente las mismas palabras y los mismos modismos. Por eso es normal que cada zona geográfica tenga sus propios términos y sus propias maneras de torcer el idioma, sin que esto quiera decir que esté mal. Estas apropiaciones geográficas del lenguaje son los famosos regionalismos.

Vivan los mexicanismos

Los mexicanismos son palabras o frases que surgieron en nuestro país, y en algunos casos solo se entienden en alguna región de México.

Términos como “teporocho”, que es como le decimos a las personas tomadas que viven en la calle —y que en el siglo pasado bebían una porción de alcohol del 96 por cada tres de refresco— u oraciones como “el ajonjolí de todos los moles” que solo se comprenden en el contexto mexicano.

Algunos términos incluso tienen origen prehispánico, como “ya te cayó el chahuistle” que se refería a una enfermedad de la hoja de maíz que causaba devastación en los cultivos y crisis alimentaria y por lo tanto ahora se usa como un mal augurio.

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Otros mexicanismos tienen que ver con la manera en que torcemos el lenguaje. Por ejemplo, cuando decimos “báilale” en lugar de “baila” o “ya tiene tiempo” en vez de “ya pasó tiempo” o “algo debe saber” en lugar de “Pedro debe saber algo”.

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