En los días en que estamos aburridos o simplemente queremos despejarnos o divertirnos, un videojuego puede ser la opción para sumergirnos en una realidad alternativa. Pero en esos momentos jamás nos pasa por la mente todo lo que hubo detrás del invento de ese videojuego.
Tal vez no sabías que los realizadores trabajan sin descanso durante jornadas extenuantes para lanzar los videojuegos en las fechas acordadas, esta práctica se conoce con el nombre de crunch y hoy en día aún es usada por muchos estudios de videojuegos. Estos agotadores periodos de trabajo pueden extenderse por semanas, meses, ¡o incluso años!
Esto no se acaba… hasta que se acaba
Cuando hay un evento en donde se debe presentar un videojuego o la fecha de lanzamiento se acerca, la empresa decide que hay que dedicar más horas de trabajo a alcanzar la meta, en ocasiones es una orden para los empleados o bien, se deja a elección de cada uno. Aunque el tiempo de trabajo a veces llega a ser de 80 a 100 horas a la semana, la mayoría de los inventores decide aceptarlo (a pesar de que algunas empresas no pagan esas horas extras).
Si te preguntas qué es lo que lleva a los miembros del equipo a tomar la descabellada decisión de trabajar sin descanso alguno, la respuesta es que en esta industria el crunch ya se ha normalizado e incluso se considera una oportunidad para destacar del resto.
En otros casos, las compensaciones económicas son lo que motiva a los trabajadores. También la presión social influye, pues ver a los compañeros laborando fuera de su horario hace que el resto del equipo se sume a la causa, ya sea por solidaridad o para evitar posibles problemas.
Las consecuencias del crunch
El descanso y la desconexión son fundamentales en cualquier empleo y no tenerlos puede traer graves consecuencias. En el caso de los realizadores, se ve afectada su salud física y/o psicológica. Varios trabajadores han reportado de forma anónima no tener energía por la falta de sueño, presentar cambios de humor y niveles altos de estrés. Algunos de ellos incluso se han dado de baja en la industria de videojuegos.
Además, el cansancio excesivo provoca que algunos videojuegos tengan errores, ya sea en los códigos del juego, el arte, los diseños o en cualquier otra área del desarrollo.
Para muestra de lo anterior, basta con echar un vistazo a una entrevista realizada por Gameinformer a Krzysztof Nosek, uno de los responsables de Call of Juarez: The Cartel (2011), quien aseguró que el fracaso de este juego fue provocado por el crunch:
“Teníamos el entusiasmo y la dirección para crear un buen juego, pero simplemente no había suficientes horas durante el día para encajar todo (…) Por agotamiento cometimos errores estúpidos que requerían más parches más adelante. Perdíamos los estribos fácilmente y en algún momento desarrollamos una actitud bastante surrealista hacia el proyecto en su conjunto.”
Los casos más conocidos
Apenas en años recientes se ha escuchado más del crunch, pero es un tema que se dio a conocer desde 2004, cuando la esposa de un desarrollador de Electronic Arts presentó quejas en una carta anónima.
De acuerdo con datos de Business Insider, algunas de las empresas que han estado envueltas en esta polémica en los últimos tiempos son: Epic Games con Fortnite, Rockstar Games con Red Dead Redemption 2 y nuevamente Electronic Arts con Anthem.
¿Algún día acabará el crunch?
El crunch existe por varias causas, las principales son: la duración, el nivel de producción del videojuego, las fechas de entrega y la falta de organización, así como una cultura en la que las horas extras de trabajo son vistas como algo positivo.
Cambiar esta situación es complicado; sin embargo, muchos trabajadores no estaban conformes con ella y por eso crearon la iniciativa Game Workers Unite UK, la cual se convirtió en 2018 en un sindicato que busca poner fin a las horas extra no remuneradas, mejorar la diversidad, la inclusión y establecer salarios justos.
Se trata de un largo camino por recorrer y a pesar de que en muchas empresas no se han cumplido al cien por ciento los objetivos, la iniciativa ya ha dado sus primeros frutos y varias plataformas de reclutamiento ya se han afiliado a la campaña de Game Workers Unite.