La venganza de los Paketones

—¿Qué es eso?

—¿Qué?

¡Eso que se ve allá al fondo! Al costado del edificio blanco.

Ah, sí. Parece un Paketón.

¿Paketón? ¿Y eso qué es?

—Vámonos de aquí. Mientras más lejos de él mejor. Son entes virtuales que hace años nos pusieron por todas partes para que los viéramos con nuestros dispositivos electrónicos y los cazáramos.

Pero… lo estamos viendo con nuestros propios ojos y encima me dices que nos alejemos, ¿qué pasa?

Cuando estemos en un lugar seguro te cuento.

(Traslado a un lugar seguro)

—¿La vieja biblioteca donde trabajo te parece un lugar seguro?

Sí, es tan vieja que todavía tiene un archivero de fichas bibliográficas. Tú mejor que nadie sabes que al gobierno los libros no le importan y no destina presupuesto para estos edificios antiguos. Como aquí no hay ni una computadora tenemos ventaja porque los Paketones no se sienten atraídos al no detectar dispositivos tecnológicos.

Pero nosotros traemos celulares…

Sí, pero dos celulares en este edificio no emiten las suficientes ondas para atraer a los Paketones mientras los mantengamos apagados.

Está bien, te creo. Ahora sí, dime qué pasa.

“Hace unos setenta años (tú todavía no nacías) se lanzó al mercado un juego de realidad aumentada llamado Paketón Ve. Consistía en detectar paquetes-monstruo virtuales de colores que una aplicación previamente colocaba en el paisaje urbano. El jugador contaba con un arsenal para cazarlos, desde resorteras hasta balas de cañón. 

“Al principio fue toda una fiebre de cacería de Paketones, pero poco a poco pasó de moda, por lo que los creadores desarrollaron una nueva tecnología, esta vez los Paketones estaban a la vista de todos bajo la forma de hologramas, lo que produjo una nueva oleada de ‘matanzas’ de estos pobres entes.

“Entonces ocurrió la mutación. De pronto los Paketones comenzaron a ser… corpóreos. Era como si las partículas de luz emitidas por el láser atrajeran a los átomos a las imágenes holográficas de los Paketones y los cargaran de masa, con lo que pasaron de la virtualidad y se convirtieron en seres reales y al estar condicionados para ser asesinados, creyeron que ellos tenían que hacer lo mismo con nosotros y empezaron a atacar. 

“Las ondas electromagnéticas emitidas por los dispositivos electrónicos parecían darles energía y fuerza suficientes para arrojarse sobre cada ser humano que encontraban a su paso y aplastarlo. La masacre causada por los Paketones dio lugar al Gran Apagón, en el que prácticamente tuvimos que destruir el 99% de los dispositivos electrónicos para disminuir su poder y destruirlos, esta vez con armas reales.

“En menos de un año logramos eliminar a estos mutantes y como la historia es de los vencedores, para evitar una crisis económica de proporciones devastadoras se decidió borrar de los registros esta lamentable guerra y convencer a la humanidad de que los Paketones nunca habían existido. 

“Han pasado varias generaciones y ahora, a mis 94 años me doy cuenta de que los jóvenes de 50 como tú no tienen ni idea del verdadero origen del Gran Apagón, que todavía atribuyen a una crisis de energéticos debida a la catástrofe climática. Ya pocos guardamos memoria de esa guerra aberrante y absurda, de esa alteración de la realidad que nos sumió por unos meses en una pesadilla que no tuvo nada de virtual. 

“Pero esos pocos también sabemos que los Paketones no fueron erradicados por completo. Tal vez fragmentos de materia de la que se formaron flotan aún en el ambiente y de vez en cuando logran esculpir alguna de estas criaturas. Voy a encender mi celular unos minutos para notificar al Ministerio para que localicen y supriman al Paketón que acabamos de ver”.

(Estruendo a las puertas de la biblioteca)

¿Qué fue eso?

No sé.

¿Estás segura de que dos celulares no emiten las suficientes ondas para atraer al Paketón?

Creía que no pero ahora…

(La sombra es enorme, infinita. El silencio total)