El metro de la Ciudad de México presume ya poco más de medio siglo de historia, son 53 años transportando todos los días a millones de personas (4.6 millones al día en la actualidad). Sin embargo, el tiempo le ha cobrado la factura a este icónico sistema de transporte, que con el paso de las décadas se vio rebasado en todos los sentidos y hoy —ya sea por pésimas administraciones o manejos turbios— se habla más de sus fallas mecánicas, accidentes y cortocircuitos que de su eficiencia y puntualidad.
En ese sentido, el comienzo del 2023 no fue la excepción, el metro inició este año con nuevos videos sobre sus deficiencias y se encuentra de nuevo en boca de todos. Por esa razón, decidimos repasar un poco más de su historia, ¿qué hay más allá de todo lo malo que está ocurriendo con su servicio? Olvidemos por un momento aquellas ocasiones en que nos hizo llegar tarde a nuestros destinos y recordemos algunas de sus curiosidades.
¡Oh la la!: un metro producido en Francia
Todo inició en el país galo, cuando la marca Alstom se hizo cargo de la primera flota compuesta por 59 convoyes. De hecho, el proyecto de este sistema de transporte fue posible gracias a un crédito de Francia. Alstom propuso que el tren se moviera con neumáticos y utilizó de referencia un modelo llamado MP 59, que ya circulaba en París en ese entonces y al terminar la producción llegaron a la capital desde Veracruz en 1968.
¿Sabes cómo se conforma un tren del metro?
Nos hemos subido en muchas ocasiones a sus vagones, ¿pero sabemos a ciencia cierta cómo se conforma un convoy? Bueno, pues cada tren se compone de nueve carros, de los cuales seis son motrices, es decir, tienen tracción propia y ocupan las posiciones 1, 3, 4, 6, 7 y 9; el resto son catalogados como remolques, lo que significa que no cuentan con tracción. Según informa el Sistema de Transporte Colectivo, cada convoy puede transportar a poco más de 1,530 personas: 1,170 paradas y 360 sentadas.
La cultura subterránea y la sala de cine en la estación Zapata
Toda la red de este sistema de transporte podría considerarse una capital cultural. Desde sus inicios se consideró promover la cultura y las artes, pero esa idea evolucionó a niveles inimaginables. Hoy la mayoría de las estaciones cuentan con exposiciones temporales o incluso permanentes. Por ejemplo, están el famoso Túnel de la ciencia en La Raza y el Museo del metro en Mixcoac (cuenta con siete salas). Otro caso es el de la estación Zapata, que en 2017 inauguró una pequeña sala con 35 butacas y una pantalla de cuatro metros de largo por dos de alto. Ahí, los lunes, miércoles y viernes se ofrecen proyecciones gratuitas de cine mexicano a partir de las 16:00 horas.
Hallazgos arqueológicos
La historia del metro también tiene su carga histórica: en la construcción de la línea 4 en 1978 —justo donde se ubica la estación Talismán— se descubrieron los restos fósiles de un mamut, el cual vivió en la Edad de Hielo y tiene entre 10 mil y 12 mil años de antigüedad. Este ejemplar mide cuatro metros de alto y puedes verlo en las instalaciones de la estación.
¿Por qué el metro se detiene entre túneles en horas pico?
Esta tal vez sea una de las dudas más frecuentes. Un estudio de la UNAM realizado por investigadores del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) para optimizar el servicio, reveló que esto se debe a que en cada estación el metro debe detenerse entre 20 y 25 segundos para abrir sus puertas y permitir que las personas salgan y entren a los vagones. El problema es que en horas pico estos tiempos son imposibles de alcanzar y puede tomar de tres a 10 minutos cerrar las puertas, lo que genera caos en toda la red del metro.
Por: Gabriel Guajardo.