De acuerdo con el diccionario Oxford, target puede significar varias cosas:
- Una persona, objeto o lugar seleccionado como objetivo de un ataque.
- Una marca o punto al que alguien dispara o apunta, o sea, una diana.
- Un objetivo o resultado hacia el que se dirigen los esfuerzos.
- Una persona o cosa contra la cual se dirigen o pueden dirigirse críticas o abusos.
- Como verbo, seleccionar como objeto de atención o ataque, o bien, apuntar o dirigir algo.
Tratándose de marketing de contenidos, la definición 3 es la indicada para referirnos al target, el público hacia el que nos dirigimos para ofrecer nuestros productos o servicios —aunque en ocasiones “apuntamos” y lo “atacamos” con mensajes.
Target a la vista
El target son todas las personas —u organizaciones— que podrían interesarse por lo que ofrecemos; por lo tanto, hay que conocerlas muy bien, saber su género, rango de edad, estado civil, nivel socioeconómico, profesión, nacionalidad, perfil digital, gustos, aficiones e incluso lo que les preocupa o les molesta.
Toda esta información nos permitirá definir cómo comunicarnos con este público, qué lenguaje utilizar para llamar su atención, lograr identificación, fidelidad y, por supuesto, mayores ingresos.
Pero, ¿cómo hacemos para obtener estos datos?, lo más lógico es preguntar directamente por medio de encuestas. En la actualidad también hay toda una gama de herramientas tecnológicas que nos permiten averiguar lo que queremos para conocer mejor a nuestro target: Google Trends, Twitter Analytics, Facebook Analytics…
Buyer persona: la evolución
Con objeto de planear y redactar los contenidos más precisos para nuestro target, el marketing ha avanzado a un concepto de vanguardia: el buyer persona, que es la creación de un personaje que encarnará al público objetivo.
Así vamos armando nuestro “Franken-target”. Le ponemos nombre y además de describirlo físicamente a partir de la información básica que todo target debe tener, le damos sentimientos, preocupaciones, motivaciones, metas de vida.
Una vez que creamos una o varias buyer personas que representen a nuestro target —no demasiadas para no perder el objetivo— les damos vida por medio del storytelling, hacemos para ellas historias y experiencias que el público ame y quiera emular o recuerdos que anhele revivir.
Historias de target
El chico soltero que decora maravillosamente las paredes de su habitación dándole una nueva vida a su espacio íntimo; la pareja de edad madura que ante el nido vacío adopta una mascota y la lleva de viaje en el auto de sus sueños; la mujer multitask que se da el lujo de disfrutar un rato de ocio con una humeante taza de café en sus manos…
Son historias sencillas e inspiradoras que un creador de contenidos puede construir para que los respectivos targets de cada empresa o negocio se den la oportunidad de consumir sus productos y servicios en un intercambio de ganar-ganar.