La señora Moliner

María Moliner fue una señora española que nació en Zaragoza, España, en 1900 y murió en Madrid en 1981. Tuvo un esposo y cinco hijos: tres hombres, una mujer y un diccionario.

En 1952 su hijo, el arquitecto Fernando, le regaló a su madre el Learner’s Dictionary of Current English (1948), de A.S. Hornby y otros. Esto inspiró a la señora Moliner para escribir su propio diccionario del idioma español. En un principio pensó en algo “sencillo” a terminar en un plazo de dos años, pero este modesto proyecto se convirtió en un trabajo de 15 años que culminó con el Diccionario de Uso del Español en dos gruesos volúmenes.

El diccionario Moliner, editorial Gredos.

Dicen los conocedores que el Moliner era mejor que el Diccionario de la Real Academia Española, pues la señora incluyó cientos de palabras notificando que no estaban en DRAE y además agregó ejemplos de uso y otras “linduras” que lo hicieron realmente valioso, especialmente para escritores.

De su vida

La vida de la señora Moliner fue sencilla, por no decir simple. Nació en Zaragoza en 1900. Comenzó a trabajar desde los 15 años dando clases particulares de latín, historia y matemáticas. Estudió Historia y Filología y trabajó como archivista y bibliotecaria la mayor parte de su vida. Combinó la escritura del diccionario con su trabajo en la biblioteca de la escuela de ingenieros industriales de Madrid. En 1974 murió su esposo. Cuenta su hijo que desde entonces, María “echó el cierre” y nadie logró comunicarse con ella hasta su muerte en 1981.

María Moliner, bibliotecaria.

De su obra

Por su diccionario, Moliner fue la primera mujer nominada para ocupar un sitio en la Academia de la Lengua Española, sin embargo, le fue otorgado a un filósofo. María declaró que tuvieron razón en no elegirla, puesto que “lo único” meritorio que ella había hecho en su vida profesional había sido un diccionario, pero… si lo hubiera hecho un hombre, todos se hubieran asombrado de que no estuviera en la Academia.

Después de su muerte, Gabriel García Márquez publicó en el periódico El País un artículo titulado “La mujer que escribió un diccionario”, donde contaba curiosidades al estilo del realismo mágico, como que su verdadero oficio era remendar calcetines, que no respondía las cartas porque era muy perezosa (según decía ella) o que su marido medía con cinta métrica los cúmulos de fichas con las palabras que iba definiendo. Al parecer, esto se lo había contado al escritor colombiano Pedro, uno de los hijos de Moliner.

Pero luego, otro hijo, Fernando, dijo que lo escrito por García Márquez eran puras mentiras, que el esposo nunca midió los ficheros ni María lo escribió mano ni partía las hojas en cuatro para trabajar. ¿Quién dice la verdad? Nunca lo sabremos, aunque en las fotos de la señora se le puede ver trabajando ante unos atriles y una máquina de escribir.

Moliner trabajando en su diccionario.

En realidad, lo importante es que si uno no encuentra una palabra en el Diccionario de la Lengua Española ni el del Español de México, siempre puede acudir al Moliner, es muy probable que ahí esté.

Foto de entrada por Aaron Burden en Unsplash