En el contexto del marketing de contenidos, algo “que se hace viral” es un material (artículo, blogpost, juego, trivia, vlog, podcast, infografía) que ha sido bien recibido en redes sociales y es ampliamente compartido.
No todo puede ser contenido viral. En general, este se basa en dos cualidades:
- El contenido en sí mismo es digno de ser compartido.
- El material se difunde con la suficiente amplitud como para aprovechar los beneficios de las redes.
Además, existen ciertas características que dotan a un contenido de viralidad y son:
Las 10 razones por las que compartimos un contenido y lo volvemos viral
- Es súper divertido. Todos necesitamos descansar de la seriedad de la rutina diaria, y un contenido que nos hace reír a nosotros y a quienes se lo compartimos es un elevador natural del estado de ánimo.
- Contiene información increíble. Cuando una información te deja boquiabierto no puedes resistirte a mandársela a tus amigos y familiares para obtener una reacción similar.
- Es profundamente emotivo. Los videos, blogs, podcasts, etc. que “tocan” nuestras emociones, son ideales para compartir porque nos gusta conectarnos con otros a través de la experiencia.
- Coincide con nuestra forma de ver el mundo. En estos tiempos todo mundo tiene una opinión, así que cuando encontramos un contenido que respalda nuestros valores o refuerza nuestro punto de vista es lógico que nos guste y queramos enseñarlo a quienes tienen ideas afines a las nuestras.
- Nos hace pensar. Cuando un contenido nos hace detenernos a reflexionar sobre las grandes preguntas de la vida, a menudo queremos compartirlo para que otros también hagan una pausa y miren “the big picture” de vez en cuando.
- No lo cubrieron los grandes medios de comunicación. Las noticias provocativas o relevantes que pasan desapercibidas en los principales medios de comunicación y terminan en sitios en línea pueden atraer a una gran audiencia.
- Hace sonreír. Todos necesitamos recordar periódicamente el lado luminoso de la vida, así que el contenido simpático, lindo y optimista sirve a este simple propósito.
- Es dramático. Nuestra cultura ama un buen drama, y algo que lo contenga en altas dosis seguro que va a ser difundido por los cibernautas.
- Es vergonzoso. Mientras más difícil de ver sea algo, más lo van a querer ver. El contenido que explota los momentos más vergonzosos de las personas suele ser un placer culposo para los internautas.
- Es provocativo… pero no tanto. La mayoría de nosotros no podemos resistirnos a ver un poco de contenido atrevido o picante, pero no tanto que no se pueda mostrar abiertamente, sobre todo si estamos en la oficina o algún otro sitio donde hay que ser razonablemente formal.
Para muchos creadores el único y principal objetivo es hacer algo “viral”, pero la verdad es que la gran mayoría de sus materiales, incluso los de muy buena calidad, no obtendrán la atención generalizada. Sin embargo, si aplicamos estas claves de la viralidad, con suerte podremos aumentar las posibilidades de que nuestros contenidos reciban la atención que merecen.